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ASI LO VEN


La saga que sigue

 Ayer fueron recibidas en La Habana como heroínas las abuelas del balserito Elián González, el niño náufrago que sigue todavía en Miami, a quien su padre reclama y a quien ellas fueron a visitar. El presidente cubano Fidel Castro y 1600 niños pioneros participaron en el recibimiento más multitudinario desde la llegada de Juan Pablo II en 1998.

Granma

Han transcurrido varios días del encuentro de Elián y sus abuelas en la residencia de la monja Jeanne O'Laughlin. Pero es difícil desprenderse de la primera imagen que ponía en duda la auténtica neutralidad de aquella ¿santa? Residencia: O'Laughlin recibía con besos y un fuerte abrazo a la prima secuestradora y a sus familiares guardaespaldas. La verdad no demoró en descubrirla. La monja terminó convertida en una más dentro de aquel despreciable circo. Acaso no sabe diferenciar entre lo que es un padre, unas abuelas y unos parientes sin escrúpulos que han convertido al niño en una "alcancía" a la que tributan mafiosos y otros desperdicios. Miami nos acaba de enseñar otra de sus caras. No existe allí escenario seguro, ni siquiera en la casa de una religiosa que, dicho sea de paso, ha violado públicamente uno de sus sagrados mandamientos: no mentir.(Félix López.)

El Nuevo Herald

La saga del niño náufrago Elián González ha tomado nuevos rumbos desde que sus abuelas se reunieran con él este miércoles. Lo que está más allá de toda especulación es la presencia en el grupo que acompañó a las mujeres del reverendo Pablo Odén Marichal, presidente del Consejo de Iglesias de Cuba, que viene sirviendo desde hace mucho como instrumento de penetración, intimidación y extorsión del gobierno de Castro en el seno del protestantismo cubano. No nos dejemos engañar. Su presencia en la comitiva dista de ser una gestión humanitaria o pastoral a favor de este niño huérfano o de los beneficios que dicen obtendría de regresar a Cuba. Se trata tan sólo de una campaña política que pretende lograr un acercamiento entre los gobiernos de Cuba y Estados Unidos, al acentuar los contactos directos entre funcionarios y sensibilizar a la opinión pública norteamericana de lo que, haciendo una lectura ingenua de los hechos, podría verse como un simple caso de reunificación familiar. (Vicente Echerri.)

Fue bueno mientras duró

 La decisión que tomarán hoy los tribunales británicos amenaza con poner fin a los 15 meses en los que el ex dictador chileno Augusto Pinochet estuvo preso en Londres, siempre a punto de ser extraditado a España por delitos que empezaron siendo de genocidio y acabaron siendo de tortura (y sólo las cometidas desde 1988). La vuelta a Chile sería por "humanidad". 

El País (Madrid)

Lo ocurrido en Chile durante los 15 meses de detención del dictador demuestra que este hecho ha tenido trascendentales consecuencias en nuestra sociedad chilena. Si los exámenes demuestran que Pinochet se encuentra efectivamente en inminente riesgo de morir, o que está incapacitado para enfrentar el juicio, no cabe sino aceptar su retorno, por la más elemental razón humanitaria. De todas formas, según la legislación chilena, a diferencia de España e Inglaterra, toda persona, si no está demente, debe responder ante la Justicia por sus actuaciones criminales. Si no hay capacidad para juzgarlo en Chile, quedarían en evidencia algunas conclusiones preocupantes: la transición democrática no sólo se encuentra inconclusa, sino con difíciles perspectivas reales de concluirla, los familiares de las víctimas tendrían plena razón en buscar justicia en el exterior, y quienes afirmaron que en el país había condiciones para hacerlo se equivocaron gravemente o, lisa y llanamente, mintieron. (Isabel Allende, hija de Salvador Allende.)

La Hora (Santiago)

La situación del senador vitalicio Augusto Pinochet parece una historia de nunca acabar. Cuando se había echado a andar toda una operación para traerlo de regreso, nuevamente el caso se encuentra entregado a las instancias judiciales. Mientras tanto, los chilenos siguen a la espera de que el asunto llegue a su término. Los caminos de regreso de Pinochet son sinuosos, inciertos y demorosos. Y es una carrera contra el tiempo, porque en Chile hay un gobierno y un presidente que asumieron el compromiso de traerlo de regreso antes de terminar el mandato, y también hay un cuadro político absolutamente distinto, que ya no lo tiene colocado en el centro alrededor del cual giran las decisiones de la oposición. Ello se puede ver claramente en declaraciones de dirigentes que prefieren verlo de regreso al país, pero no a la política, y en el hecho de que la bandera de la defensa esté enclavada mucho más firmemente en el corazón de las Fuerzas Armadas.(Editorial.)

La revolución parda

 Esta semana, por primera vez desde la caída del Tercer Reich en 1945, en una nación de la Unión Europea, los neonazis están más cerca que nunca de formar gobierno. Votado por uno de cada tres austríacos, el partido populista, ultraderechista y xenófobo de Jörg Haider avanza en sus conversaciones para formar una coalición gobernante con los conservadores.

Libération

En Austria, Haider es una estrella de rock o un deportista. Siempre en forma, corriendo maratones o escalando montañas, es a la vez el personaje que fascina y el amigote con el que podemos discutir en el bar. Suscita sentimientos un poco infantiles. No es un azar que haya hecho de la lucha contra la pederastia uno de sus caballos de batalla preferidos y que la primera declaración común entre su partido y los conservadores haya sido la de endurecer la represión contra los violadores de niños. ¿Quién sabe si sus partidarios no se sienten inconscientemente como niños engañados? Los viejos sentimientos feudales de una Austria que no ha conocido la revolución burguesa se han transformado en amor por el nuevo líder. Y esta vez no es el racismo antisemita el preferido, sino el antiafricano. El partido de Haider acusa --una vez más-- a los médicos africanos de ser "asesinos de nuestros niños". (Klaus Ottomeyer, profesor de psicosociología en la Universidad de Klagenfurt, la tierra de Haider.)

Der Standard (Viena)

No veo en Austria una revolución parda, sino sólo desesperación. La democracia burguesa es la forma de dominación del capitalismo. Esto lo han entendido todos, y votaron en consecuencia. Contra (el canciller socialdemócrata Viktor) Klima, que parece regentear tres peluquerías en Viena, y contra (el vicecanciller conservador Wolfgang) Schüssel. La gente entiende con facilidad que con esos dos las cosas no van a cambiar. Y por lo tanto eligen a Haider, como última vía de escape de una democracia burguesa podrida. La marginalización que (los medios occidentales y extranjeros) ha infligido a Haider ha aumentado mucho su atractivo. Hubiera ido cien veces a tomar una cerveza con Haider antes que con Schüssel. Es mucho más simpático.(Franz Xaver Kroetz, dramaturgo alemán.)

 

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