|
The
Guardian Por
Kate Connolly
El mismo Haider admitió
ayer que el mejor regalo de cumpleaños era el triunfo de su partido, a
las puertas de formar gobierno en coalición con los conservadores. La
noticia del fracaso de las conversaciones del actual canciller socialdemócrata,
Viktor Klima, con los conservadores fue todo un clímax para Haider, que
dedicó su vida a procurar aplastar el sistema de partidos tradicional. Y
la posibilidad de una alianza negro (conservadora)-parda (neonazi) ayer
parecía cada vez más ineluctable. El líder de los populares austríacos
(OEVP), el vicecanciller y ministro de Exteriores, Wolfgang Schüssel, está
decidido a sacar adelante su coalición de gobierno con el Partido Liberal
(FPOe) del ultranacionalista Haider, aunque no cesen las críticas desde
el extranjero. Schüssel, que aspira a suceder a Klima en la Cancillería,
salió ayer en defensa de su futuro aliado político y exigió a los
socios de la UE que "emitan juicios y no prejuicios".
Una señal de la
inquietud que provoca la cercanía de Haider al poder, con lo que
significaría como victoria de la derecha xenófoba en el interior de la
Unión Europea ocurrió en Alemania. La cadena estatal de televisión ARD
le retiró imprevistamente a Haider la invitación a un talk show de
horario central. La decisión ocurrió precisamente después de permitir
que cientos de neonazis marcharan por la puerta de Brandemburgo en Berlín,
en el primer despliegue de estas características desde la caída del
Tercer Reich.
Haider debía debatir
con Daniel Cohn-Bendit --"Danny el Rojo", líder del Mayo
estudiantil francés de 1968--, con el ministro del Interior alemán, Otto
Schily, y con el segundo líder de la comunidad judía, Michel Fridman.
Pero en ARD indicó que los participantes en el debate habían amenazado
con retirarse si Haider estaba entre los invitados.
La cadena de televisión
se excusó en un comunicado: "Creemos que a los populistas de derecha
como Haider debe enfrentárselos en la discusión, más que ignorarlos o
aislarlos". No está claro si el canal de televisión o sus invitados
recibieron alguna presión de las autoridades. Pero el canciller socialdemócrata
alemán Gerhard Schroeder dijo que "los acontecimientos en Austria me
preocupan". Las opiniones de Schroeder, publicadas ayer en el
tabloide derechista Bild am Sonntag, estaban dirigidas claramente a la
sección de la población alemana con mayor simpatía por la xenofobia de
Haider.
|