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INVESTIGAN LA INTIMIDACION AL FISCAL OSORIO
Amenazas con autor anónimo

El fiscal Miguel Osorio, quien investiga la mafia del oro y las cuentas de Yabrán en Suiza, encontró su casa dada vuelta.


Por Adriana Meyer
t.gif (862 bytes) El fiscal federal Miguel Angel Osorio volvió de sus vacaciones en Pinamar el domingo a la tarde y apenas abrió la puerta de su departamento, ubicado en el centro de San Fernando, entendió el mensaje. Lo primero que vio fue un crucifijo dado vuelta, las fotos personales cambiadas de lugar y un pedazo de papel en el que manos anónimas pegaron letras recortadas de diarios para formar la frase "Miguel, tranquilizate, la próxima va en serio". Más tarde, el fiscal que investigó --entre otras-- la causa sobre la "mafia del oro" comprobó que se habían llevado tarjetas personales de sus contactos, dos pasaportes y dos tarjetas de crédito.

  El edificio es modesto y no cuenta con ninguna medida especial de seguridad. Los violentos visitantes habrían ingresado por la terraza, rompieron la puerta que lleva --escalera caracol mediante-- a una pequeña cocina. De allí se llevaron todos los vinos, pero no tocaron las botellas de whisky que había en el living. Sobre los sillones había ropa tirada, al igual que en las habitaciones. Al parecer, cuando terminaron de revolver todos los placares y cajones se sentaron a fumar los habanos que guardaba el fiscal en una alacena y tomaron alguna bebida. Usaron cuatro copas. Sin embargo, los peritos no encontraron ninguna huella. "Fue un trabajo limpio y profesional, sin evidencias", destacaron los investigadores. Según Osorio, la policía y el fiscal que interviene actuaron con rapidez.

  En una de las paredes del living los mensajeros escribieron "ja,ja,ja", y pusieron ropa de color negro adentro del inodoro. "Cuando lo vi pensé que era un animal muerto", comentó aún conmovido el fiscal a Página/12, mientras recordaba una escena de El Padrino.

  --¿Le robaron material relacionado con alguna causa judicial?

  --No porque no tenía nada de eso en mi casa. Rompieron una caja fuerte pero estaba vacía. Dejaron mil cien pesos que tenía en un cajón. Y había una computadora portátil pero no tocaron.

  --No fue un robo, pero tampoco buscaban algún documento específico.

  --Claro, esto fue una actitud intimidatoria y creo que es la primera parte de un mensaje. Según sea la respuesta que den las instituciones seguirán con una escalada o dejarán de emitirlo. Empezaron con una apuesta alta. Si vuelven a intentarlo será para mostrarme quiénes son los que tienen la capacidad operativa de hacerme semejante violación.

  --¿Puede vincularlo a alguna causa en particular?

  --Qué sé yo... puede ser tanto la del oro, como el pedido a (Carlos) Silvani para que trate de cobrar el IVA a las empresas que estuvieron involucradas en ese escándalo, como la de la Fuerza Aérea (N. de R: en la que están imputados miembros de Inteligencia de esa fuerza por espionaje a periodistas) o la de las cuentas de Alfredo Yabrán en Suiza...

  --¿Pudieron establecer qué día entraron a su casa?

  --No, pero debe haber sido en los últimos cuatro días. Los vecinos relataron que una noche de la semana pasada hubo una fiesta con música a alto volumen que bien puede haber tapado el ruido de estos individuos.

  --Cuando fue atacado el fiscal Pablo Lanusse, ¿usted trabajaba con él?

  --Sí, pero fue distinto porque empezó con amenazas telefónicas y tuvo una progresión. En cambio, esto comenzó de golpe. No recibí nunca amenazas.

  --Usted le dijo en diciembre a Página/12 que "hay intereses económicos muy grandes que no permiten una adecuada investigación, dada la capacidad que tienen de corromper". ¿Podría vincular esa frase con lo que le pasó?

  --Cuando mando un oficio a la DGI es una presión para tratar de recuperar unos cien millones de pesos. Los fiscales tenemos la obligación de mover las causas que nos parecen dormidas. Entonces, es muy difícil desvincularlo de esta agresión. Uno siente una enorme soledad en términos institucionales. Aunque los fiscales federales que estaban trabajando en Comodoro Py firmaron un oficio al procurador en solidaridad con lo que estoy viviendo y para que se tomen las medidas correspondientes.

  --¿Pero podría precisar con qué caso está relacionado el ataque?

  --Sí, pero prefiero no mencionarlo. Tanto investigadores como víctimas y testigos sufren una gran desprotección.

 

 

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