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LA UNION EUROPEA AMENAZO CON AISLAR A AUSTRIA
Antineonazis europeos, uníos


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Haider lo hizo. Además de llegar a ser el político austríaco más popular, ahora el neonazi Joerg Haider logró la infrecuente proeza de unir a la Unión Europea (UE), pero en su contra. Catorce gobiernos de la UE advirtieron ayer que si su Partido de la Libertad (FPOE) integraba el nuevo gobierno, Austria podía dar prácticamente por suspendidas sus relaciones con los países de la UE. A saber, "no habrá ningún contacto oficial bilateral a nivel político, los embajadores austríacos sólo serán recibidos a nivel técnico y no se apoyará a candidatos austríacos para puestos en organizaciones internacionales". Esta acción sin precedentes fue decidida unánimemente por todos los miembros de la UE. Con la excepción, por supuesto, de Austria. El presidente de turno de la UE, el premier portugués Antonio Guterres, subrayó que era una "reacción común" ante la inminencia de un gobierno de coalición de conservadores y neonazis.

  Si bien Guterres la coordinó y emitió, la advertencia de ayer no fue una medida institucional de la UE, dado que ésta no tiene ningún mecanismo legal para emitir tal amenaza. Fue, en realidad, una advertencia en común de los gobiernos individuales de Alemania, Bélgica, Dinamarca, España, Finlandia, Francia, Grecia, Holanda, Irlanda, Italia, Luxemburgo, Portugal, el Reino Unido y Suecia. De hecho, Austria no podría ser sancionada por la UE, explicó ayer el ministro de Relaciones Exteriores francés, Hubert Vedrine, dado que "estamos lejos de que exista allí una situación de violaciones serias y constantes a los derechos humanos". Pero, con esta salvedad, "si Austria trae a Haider a su gobierno, deberá saber que estará vigilada como ningún otro país lo ha estado dentro de la UE". De hecho, la Comisión Europea de la UE se reuniría hoy para discutir esta posibilidad.

  En Viena, el líder conservador Wolfgang Schuessel (quien sería el canciller del gobierno negro-pardo y se precia de ser pro-europeo) se mostró francamente furioso ante el pronunciamiento de "los 14". "Austria no es un país en vías de desarrollo. No necesitamos lecciones democráticas", disparó. También se manifestó agraviado por el hecho que el saliente gobierno austríaco no fue consultado en ningún momento sobre la medida. Concluyó advirtiendo que estaba intentando "contactarme telefónicamente" con Guterres. El presidente Thomas Klestil aseguró que hoy discutirá la situación con el canciller socialdemócrata saliente Viktor Klima y el mismo Schuessel. Desde el FPOE, su secretario general Peter Westhaler buscó minimizar todo el asunto. "No es motivo para irritarse, no existe ningún boicot y las declaraciones siempre están sujetas a diferentes interpretaciones", aseguró. Pero Haider fue menos reservado. En una entrevista televisiva condenó como "aventurera" la advertencia: "Se deciden sanciones por el hecho de que los austríacos no votan como quiere el extranjero". Siguiendo esa veta nacionalista, criticó a Klestil por "desproteger a la República de los ataques del extranjero".

  La presión europea no es particularmente apreciada por el electorado austríaco. La mayoría ya da por sentado que la formará de un gobierno donde no faltarán los neonazis. En los medios, hubo reacciones indignadas  contra la advertencia de ayer. Una encuesta reveló que el 43 por ciento de la población cree que la presión extranjera era "un problema" y un 19 por ciento que era "un gran problema". Esas cifras podrían ser un argumento para los partidarios de nuevas elecciones, que ayer sumaron al cazador de nazis Simon Wiesenthal. Pero todo parece indicar que el FPOE saldría primero en ellas.

 

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