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"Sé que hay veces en las
cuales la Justicia parece que no funciona porque hay errores judiciales;
todos conocemos el caso Dreyffus", deslizó la ingeniera en el
programa "La Cornisa", que conduce Luis Majul, cuando le
preguntaron si tenía miedo de ir presa, "pero no tengo razones para
creer que la Justicia no vaya a funcionar en mi caso", agregó.
El parangón con el caso
Dreyffus generó una dura réplica de su sucesor en la Secretaría, Oscar
Massei, quien le respondió que no está haciendo "una caza de brujas
sino cumpliendo con el deber de cualquier funcionario público".
El viernes pasado, como publicó
Página/12 de manera exclusiva, Massei respaldó las conclusiones de un
informe de la Auditoría General de la Nación que había señalado graves
irregularidades en la ejecución del Programa de Desarrollo Institucional
y Ambiental (Prodia). Entre otras cosas, la AGN denunció el pago de
enormes sobreprecios y diferencias entre el presupuesto original y los
gastos efectuados, además de contrataciones a dedo que reemplazaron los
llamados a licitación pública. Y el lunes, el funcionario reveló que
también estaba investigando "el gasto exorbitante" que insumió
la organización de la Conferencia sobre Cambio Climático, para la que se
destinaron 12 millones ochocientos mil dólares.
La ex secretaria enfrentó el embate con un doble argumento. Por un
lado, acusó a su sucesor de estar buscando con su denuncia remediar
"el pecado mortal de hacer dicho que había encontrado en orden la
Secretaría". Por el otro, apuntó a descalificar el informe de la
AGN.
En tren de desmentir punto por
punto las conclusiones de ese trabajo, la ex funcionaria negó que el
ingeniero Santiago Bignoli, quien tuvo la dirección general de la
coordinación de proyectos del Prodia, se hubiera ocupado al mismo tiempo
de refaccionar su petit hotel de Junín 1435. También se refirió a la
parte sustancial de la acusación, que cuestiona el uso de dineros del
Prodia en diversos trabajos de construcción para la Secretaría.
"Dicen que hicimos esas
obras con dinero del Banco Interamericano de Desarrollo cuando fue
justamente al revés", sostuvo Alsogaray. Su argumento fue que las
remodelaciones ya estaban en marcha y fueron ofrecidas al BID como
contraparte de lo que debía aportar el Gobierno al Prodia, para evitar
"el alquiler de oficinas extra para los expertos el Banco". El
BID, según su versión, aceptó el trato bajo la condición de la que
Auditoría controlara la obra, "lo que se hizo en el '96 y '97".
En esa línea, María Julia se
quejó de que dos meses antes del alejamiento de Menem del poder se
retomara el tema "con una auditoría sobre lo que ya estaba auditado,
hecha por una sección que no tenía jurisdicción". Finalmente acusó
al Gobierno de "dar información errónea a la prensa", y a la
AGN de haber retenido sus conclusiones para que ella no pudiera
responderlas.
Comparando los precios de
mercado con los que pagó la ex funcionaria, los auditores encontraron
sobreprecios altísimos. Por ejemplo, que un revestimiento cuyo metro
cuadrado costaba $5,80 se pagó 49 pesos, o que se desembolsaron 43 pesos
por vidrios que valían sólo $9,79. Sobre el punto, María Julia sólo
dijo que le parecía "absurda" la inclusión "del precio de
un inodoro". También prefirió eludir toda explicación sobre los
doce millones gastados en la organización de la Cumbre sobre Cambio Climático.
Y consideró el aumento de su patrimonio como un "tema privado"
sobre el que "simplemente, hay una investigación en curso" que
no prueba ninguna imputación.
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