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Senador uno: "Apenas asumió,
en diciembre, a Corach le dieron un despacho de 30 metros, al que le agregó
una oficina para el personal que le cedió Jorge Rodríguez, el ex jefe de
Gabinete. Corach lo pintó y le puso alfombra roja, como la que había en
la Casa de Gobierno cuando era ministro del Interior. Y se fue de
vacaciones a la India".
Senador dos: "A Rodríguez,
que asumió días después (el 22 de diciembre), le habían dado un
despacho chiquito en la planta baja. Pero cuando volvió, después de
pasar las fiestas en su provincia, se encontró con que su oficina había
sido ocupada durante la Nochebuena por otro legislador. Rodríguez se fue
a quejar a Alasino. Después, no se sabe por qué, el formoseño derribó
la puerta del flamante despacho de Corach, le puso cerradura nueva y dejó
a dos de sus colaboradores que se turnaron para hacer guardia en su
interior durante las 24 horas". Senador tres: "Después de numerosas quejas y apelaciones
primero diplomáticas y luego ofuscadas ante las autoridades del bloque
justicialista, Corach llegó ayer hasta las puertas del despacho 640, en
el cuarto piso, acompañado por media docena de hombres que integran su
custodia personal. Dijo estar dispuesto a todo".
Senador cuatro: "Tuvimos
que convocar a una reunión de urgencia del bloque para solucionar el
tema. Corach no estaba dispuesto a que le usurpen de esta manera su
despacho, porque no correspondía ya que había tomado debida posesión de
él, y Rodríguez se negaba a abandonar su conquista". Aquí el
senador recuerda que la toma de despachos es una tipica competencia que se
pone en marcha en cada renovación parlamentaria. Finalmente, gracias a la mediación del jujeño Tell, se acordó que Corach recuperaría sus oficinas, y a Rodríguez le asignarían otras en el tercer piso del Congreso. "Fue la bienvenida a Corach, una esmerilada para bajarle los humos", dicen en Palacio.
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