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CUESTIONAN AUTOPARTISTAS EL ACUERDO CON BRASIL
Autazos por el régimen común


Si las terminales no se comprometen a usar más piezas locales, la industria y los sindicatos afirman que habrá cierres y despidos.

 

Débora Giorgi, secretaria de Industria, entre dos fuegos


Por Cledis Candelaresi
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Jaqueados por la competencia externa, fundamentalmente del Brasil, los autopartistas decidieron presionar públicamente al Gobierno y al Congreso de la Nación para obtener algún tipo de protección inmediata, bajo la amenaza de cierres y éxodos masivos de empresas hacia aquel país limítrofe. Pero, al menos en lo inmediato, ni el Poder Ejecutivo ni los legisladores de la Alianza están dispuestos a ceder a esos reclamos, que enturbiarían su relación con las poderosas automotrices. La Secretaría de Industria les ofrecerá como paliativo algunas de las medidas generales que está diseñando para beneficiar al conjunto de la industria local, pero no aquellas que específicamente exige el sector metalmecánico como urgentes. Los diputados oficialistas, comandados por el diputado Juan Pablo Baylac, tampoco avanzarán en la sanción de un proyecto de ley que obligaría a las terminales radicadas en el país a utilizar hasta el 50 por ciento de autopartes fabricadas en la Argentina.

  Las cámaras autopartistas, integradas en Adimra y Cima, junto a la Unión Obrera Metalúrgica de la República Argentina y la Asociación de Supervisores Metalúrgicos (Asimra), ayer difundieron un comunicado con las principales exigencias ante Industria y el Parlamento, advirtiendo que, en caso de no ser escuchadas, no sólo habrá despidos multitudinarios sino movilizaciones callejeras contra la política oficial.

  Para evitar en marzo esa posible manifestación encabezada por los dirigentes de la Uomra, Economía debería subir del 2 por ciento actual a un promedio del 15 por ciento los aranceles de importación de autopartes, incluyendo los productos que hoy vienen desde Brasil con arancel cero. El Congreso, por su parte, tendría que acelerar la sanción de aquel proyecto de ley que Diputados aprobó hacia el final del gobierno anterior sólo en particular, impulsado por el PJ pero también avalado por la Alianza, y que forzaría a las terminales a ensamblar los coches con no menos de la mitad de sus piezas fabricadas efectivamente en industrias locales.    

  Según subrayaba ayer ante este diario el gerente de Adimra, Ricardo Güell, el desbalance con Brasil es enorme: entre 1992 y 1998 el déficit comercial bilateral ascendió a 19 mil millones, de los cuales 11 mil correspondieron al sector autopartista. Parte por las ventajas competitivas que tiene ese país sobre la Argentina (sus costos de producción son menores), parte porque la importación desde allí es libre.

  Las protestas autopartistas no son nuevas. Pero recrudecieron con la propuesta que anunciaron hace dos semanas las terminales nucleadas en Adefa, algunas autopartistas (cautivas de las automotrices) reunidas en Afac y el gremio Smata, especialmente, porque tuvieron una especie de guiño del Gobierno. Entre otros puntos irritantes para los fabricantes independientes de autopartes, ese plan privado prevé que se mantenga en el 2 por ciento el arancel para importar piezas desde afuera del Mercosur y en 35 para autos terminados, el mismo desbalance en la protección que existió en los últimos años.

  Este esquema, tan ventajoso para las automotrices como perjudicial para Adimra y las otras cámaras del sector, serviría de transición, hasta que la Argentina y Brasil acuerden un régimen común definitivo para la región, en lo posible, sobre esa base. Esto difícilmente ocurrirá antes de los próximos seis o siete meses, demasiado tiempo para que una industria en crisis se sostenga.

  Los fabricantes de autopartes tienen la percepción de que el Gobierno de la Alianza será tan proclive a defender los intereses de las terminales como lo fue el del justicialismo. En parte, esta presunción se funda en el hecho de que la secretaria de Industria, Débora Giorgi, hizo una especie de guiño público al plan sugerido por Adefa. Lo que los hombres de empresa ignoran es que la funcionaria estuvo más animada por la intención de demostrar que su incipiente gestión tiene respaldo empresario y gremial que porque le seduzca su contenido. A pesar de ello, Economía no está dispuesta a romper el statu quo acordado con la administración brasileña.

  Los autopartistas iniciaron ayer su periplo por los despachos oficiales visitando a Baylac, titular de la Comisión de Industria en formación. Pero según aseguró el legislador radical ante Página/12, el proyecto que permitiría subir de 12 a 50 por ciento la proporción de partes nacionales en los vehículos es inviable, ya que no permitiría sostener ninguna negociación con Brasil.

 

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