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El ministro Gallo, entre
declaraciones optimistas por la buena predisposición de los españoles
para evitar la meneada quiebra de ARSA, deslizó que el pasivo genuino de
la aerolínea de bandera es menor al conocido públicamente, 830 millones,
pues está viciado por asientos contables incorrectos, entre ellos los
contratos de leasing por las nuevas aeronaves. "Esto no es para
incorporarlo ahí", se quejó. Al funcionario también le pareció
"sorprendente" la sucesión de malas administraciones.
No obstante su sorpresa, el
Gobierno aceptó los reclamos de la SEPI e informó la ya anunciada
suspensión del acuerdo de Cielos Abiertos con Estados Unidos. "No
queremos involucrar un acuerdo bilateral en una situación que nos parece
de mayor prioridad, que es el rescate de Aerolíneas", declaró
Gallo. "La decisión argentina se ha comunicado a la embajada
norteamericana a través de la Cancillería", agregó.
Gallo, que la semana pasada
respondía "no, absolutamente no" cuando era consultado sobre la
posibilidad de aportar dinero para el rescate de la empresa, luego de la
reunión con los funcionarios de la SEPI se mostró más cauto.
"Aunque tengamos el 5 por ciento de las acciones, queremos ver
primero el plan de negocios" y "cuando tengamos el plan en su
conjunto ahí daremos nuestra opinión", declaró ayer.
El plan aplicado en Iberia a
partir de su crisis en 1996 consistió en un fuerte ajuste, en particular
sobre las rutas menos rentables y, consecuentemente, la reducción del
personal de vuelo. Esta posibilidad, aunque vaya contra lo declarado por
el jefe de Gabinete, Rodolfo Terragno, quien afirmó no querer que suceda
con Aerolíneas lo mismo que con los ferrocarriles --donde tras las
privatizaciones se abandonaron los destinos con menos tráfico-- sería
absolutamente factible dadas las relaciones contractuales del personal de
ARSA. En el caso de los pilotos, por ejemplo, más del 50 por ciento de
sus horas de vuelo son "extras" y la reducción de frecuencias sólo
reduciría esta porción. Según fuentes gremiales, los 70 millones que
piensa afectar la SEPI apenas cubrirían lo adeudado con Aeropuertos
Argentina 2000 (30 millones), Repsol-YPF (30 millones) y la Fuerza Aérea
(entre 7 y 8 millones).
Cuando hace dos años se decidió
la reestructuración de Iberia tras su quiebra técnica, la compañía
recibió 1000 millones de dólares de rescate del Banco Central Europeo.
En contrapartida, se comprometió su privatización y el desprendimiento
de las empresas que, como ARSA, controlaba en el exterior. De allí nació
Interinvest, hoy propietaria del 85 por ciento de Aerolíneas, y la gestión
primero de la SEPI en 1997 y luego de American Airlines.
En las actuales condiciones, la
postergación del plan durante dos meses y el aporte de fondos hasta
entonces, aparecen, por un lado, como una presión para empleados y
gobierno para la futura aprobación del plan. Por otro lado, para los
funcionarios españoles es una forma de postergar conflictos para después
de las elecciones en su país el 12 de marzo. Además, puesto que la SEPI
es estatal, tras las elecciones generales podría surgir un nuevo gobierno
y, consecuentemente, el recambio de funcionarios.
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