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ENTREVISTA AL ACTOR JORGE RICCI
La utopía y la pampa

 

 

El Equipo Teatro Llanura de Santa Fe presenta una puesta en la que la planicie argentina sirve como metáfora de la historia reciente. "La pampa es nuestra geografía inevitable", argumenta

 

Ricci, también autor y dramaturgo, fundó la compañía en 1973


Por Hilda Cabrera
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Inspirada en dos personajes extraídos de la realidad, "reminiscencias que se tienen del mundo pueblerino", El cruce de la pampa, de Rafael Bruza, podrá verse a partir de este viernes en el Teatro del Pueblo. La puesta fue realizada por el Equipo Teatro Llanura de Santa Fe, que mostró este trabajo, supervisado por el autor Mauricio Kartun, no sólo en su ámbito. Esta compañía --fundada en 1973 por el actor Jorge Ricci, también director y dramaturgo (Zapatones, Sueño de juventud, Actores de provincia, El que quiere perpetuarse)-- llevó la obra por escenarios de América y Europa, presentándola en noviembre del '99 en el prestigioso Festival de Otoño de Madrid. Se trata de una propuesta entrañable, "relacionada con la adolescencia del autor", según dice Ricci en diálogo con Página/12. "Los personajes, un maratonista ciego y un filósofo e historiador, son originarios de San Francisco, Córdoba. El historiador, el doctor Villafañe, fue incluso intendente de la ciudad", precisa el actor.

  De todas formas, "el tratamiento es libre, se corresponde con algunos extraños prototipos de provincia e insinúa la idea de viaje y el encuentro con el presente", completa. En este punto, la pieza adquiere carácter de "metáfora de los últimos tiempos del país". Ricci es aquí Villafañe, y Bruza (autor y actor), Alvarito. Dirige Daniel Machado y Miguel Novello se encarga de las luces. La música pertenece a Hugo Druetta, la escenografía y el vestuario a Carlos Méndez, y la asistencia de dirección a Sandra Franzen. Director de Cultura de la Universidad Nacional del Litoral (UNL) y autor de ensayos (entre otros, Hacia un teatro salvaje), Ricci prepara otra pieza sobre un texto propio, Café de lobos, "una vuelta de tuerca de Actores de provincia". En cuanto al apoyo de la Universidad, es "sólo institucional: económicamente funcionamos como grupo privado, independiente", aclara.

  --¿Qué significado tiene para usted la pampa? ¿Es un paisaje favorable o adverso?

  --Es el lugar de nuestras vivencias, y de ahí proviene el nombre del  Equipo. No podría decir si es favorable o desfavorable. Es nuestra geografía inevitable. Influye en la temática de nuestras obras, en el aire beckettiano que tienen, unas más que otras, por estar situadas en un espacio sin límite. En Actores de provincia, la pampa influía en el tratamiento de la distancia, en la mirada sobre los pueblos. En El cruce... sucede algo parecido. Si en aquella otra historia los actores buscaban una trama, aquí Alvarito y Villafañe intentan asir el presente. Esa resonancia del paisaje se halla también en la literatura de nuestros escritores. Pienso en los relatos de Juan José Saer.

  --De quien estrenaron una obra...

  --De Juani, que es también un amigo, hicimos Verde y negro, y tenemos la intención de armar otra historia a partir de un fragmento de La vuelta completa, una novela de juventud. Es un tramo muy teatral, una fiesta de estudiantes.

  --A propósito de El cruce..., el director Daniel Machado ha hecho referencia a la necesidad de una autopsia de la utopía. ¿Qué opina sobre este punto?

  --Aquí, en este trabajo, no soy más que actor, pero sé, porque trabajamos en equipo, que la intención no es sólo enfrentar una situación utópica, sino ir al hueso e interpretarla.

  --¿Qué es para usted la utopía?

  --Un deseo de perfección, una fuga hacia adelante, en todos los aspectos de nuestra vida.  

  --¿Una cuestión personal?

  --No. Cuando lo personal intenta reflejar lo colectivo deja de ser un proyecto individual. Si bien no soy el autor de El cruce... y soy consciente de que hay diferencias entre mi dramaturgia, hecha de historias aparentemente más elementales y de un humor directo, y la de Bruza, quien trabaja una cuerda más intelectual y analítica, creo que Alvarito y el doctor Villafañe son espejo de un determinado contexto real y filosófico.

  --¿La obra sugiere la necesidad de dar un sentido a la propia vida?

  --No me atrevería a certificar que los personajes estén abocados a justificar su vida. Sin embargo, los dos están de alguna manera envueltos  en una utopía, entendida como una pasión esencial que no tiene por qué ser justificada.

  --¿Cuál es el público de Teatro Llanura?

  --Este espectáculo lo presentamos con auspicio de la Universidad Nacional del Litoral, a la que estamos ligados desde hace años (Bruza es director del taller de teatro), pero como equipo nos movemos más allá de Santa Fe. Buscamos al público dentro y fuera de la Argentina. En los últimos cinco años hicimos frecuentes giras por España y participado de festivales internacionales. En nuestra ciudad el público no es tan numeroso como para que podamos sostener una temporada. Hasta ahora, hicimos una buena cosecha, también con El clásico binomio y Actores de provincia, donde, como en El cruce..., contamos historias muy puntuales que, sin embargo, son bien comprendidas en el extranjero. En todo el mundo hay gente con utopías parecidas a las de los personajes de El cruce..., o con fantasías de éxito, como en binomio. El público de teatro, en cualquier parte, se parece al que conocemos, tiene algo de marginado, integra una especie de "lote utópico".

  --¿Cómo es hoy la concurrencia a los teatros?

  --Salvo durante los festivales, cuando los espectadores forman una  cofradía, las obras son vistas por una cantidad limitada de gente. Pero es injusto quejarse, siempre hay alguien en la platea. En el teatro ocurre lo mismo que en la literatura. Un escritor con diez mil lectores puede considerarse feliz. Como escribe el director inglés Peter Brook en El espacio vacío, un espectáculo comercial en Londres reúne en una noche la cantidad de gente que pudo congregar en 20 años el teórico y director polaco Jerzy Grotowsky con sus piezas experimentales. Sólo que del comercial no quedará nada, y del trabajo de Grotowsky un arte y una marca.

 

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