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Un director finlandés para revivir la música de Silvestre Revueltas

Salonen realiza lecturas ejemplares de la   obra de este mexicano alcohólico y comunista para el que ideología y creación eran lo mismo.

 

Esa-Pekka Salonen conduce la Filarmónica de Los Angeles


Por Diego Fischerman
t.gif (862 bytes) "Sí, hay un pesado lastre en todo lo que nos encadena a ese deber estúpido de dar una clase miserable para comer. Tener mujer, hijos, ser pobre, sufrir privaciones, hacer antesalas para pedir empleos, no tener para medicinas cuando se enferma el hijo, etcétera. Todo eso es muy hermoso en poesía. Es el putrefacto aliciente de los creadores que ha inventado la burguesía." La frase pertenece a unas notas autobiográficas escritas por Silvestre Revueltas. El compositor mexicano nunca citó textualmente al folklore de su país, jamás consideró que la música debiera ser "pintoresca" ni representar como una postal a un paisaje determinado. Y sin embargo, es difícil imaginar una música más mexicana que la de Revueltas. Su sonido no muestra, en todo caso, los rasgos más aparentes (ritmos, instrumentos, melodías) sino, como quizás el cine de Ripstein,  algo que está detrás: un aliento a tequila, el gesto hosco, el humor duro.

  Nacido el último día del siglo XIX y muerto de alcoholismo en 1940, esos pocos años le alcanzaron a Revueltas para dejar una de las obras más importantes de la música americana. Años en los que, como pocas veces, biografía y creación marcharon al unísono. Voluntario en la Guerra Civil Española --en el medio de la lucha se las arregló para organizar conciertos con sus obras para soldados y obreros-- y secretario general de la Liga de Escritores y Artistas Revolucionarios, la ideología política, en su obra, lejos de estar disociada de la creación o de ser un mero revestimiento, se imprime en los propios materiales. En las estructuras armadas a partir de superposiciones, repeticiones, estridencias y aparentes faltas de estructura, en el rechazo al pintoresquismo y en una suerte de reivindicación esencial de la cultura del pueblo.         

  Revueltas no compuso sinfonías, óperas ni conciertos. De las formas tradicionales de la música europea, la única que cultivó fue el cuarteto para cuerdas. En cambio, escribió para el cine (Redes, La Noche de los Mayas) y fue maestro de Alex North, uno de los autores de música para la imagen más importantes que dio la industria estadounidense, escribió para la radio (8 x radio) y para grupos atípicos. La orquesta, en sus manos, se parece bastante poco a la orquesta sinfónica europea (incluso a la orquesta de otros compositores latinoamericanos, como su compatriota Carlos Chávez o el argentino Alberto Ginastera). Más allá del confesado parentesco con la estética de Debussy  y de una innegable cercanía con Varèse, su música representa una especie de margen radical. Como Charles Ives en Estados Unidos --pero más lejos aun de las tradiciones y del mercado internacional--, Revueltas está en las afueras, en el borde, de casi todo. De la música europea, desde ya, pero también de las distintas formas que tomó el nacionalismo en Latinoamérica.

  Que el notable director finlandés Esa-Pekka Salonen haya decidido dedicarle un CD, al frente de la orquesta de la que es titular (la excelente Filarmónica de Los Angeles) viene a subsanar una de las injusticias más flagrantes del mercado. Si bien es cierto que Silvestre Revueltas goza de un favor algo mayor que cualquiera de los otros compositores de este continente, en este momento no se conseguía en Buenos Aires ni un CD con su música. El excelente álbum editado hace unos años por Catalyst y distribuido por BMG no fue repuesto en Argentina y los discos con sus cuartetos de cuerdas publicados por New Albion son inconseguibles. El nuevo CD, además de encontrarse a buen precio en algunas de las sucursales de una cadena disquera, recoge las mejores versiones que hasta ahora haya tenido en grabaciones la música de Revueltas. La orquesta suena con un ajuste, una sutileza y un empuje y potencia asombrosos. Salonen dirige con precisión obsesiva los intrincados ritmos y no permite que la idea de masa desdibuje los detalles estructurales. Sensemayá, Ocho por radio, Homenaje a Federico García Lorca, Ventanas y las Pequeñas Piezas Serias Nº 1 y 2, brillan además gracias a la fenomenal grabación, realizada con tecnología de 20-bits.

 

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