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Los 15 (menos uno) hablan mucho, pero pueden poco

Nathan Meron (izq.), hasta ayer embajador israelí en Viena.
En la foto, con el presidente Thomas Klestil, hace dos años.


Página/12 en Francia
Por Eduardo Febbro Desde París


t.gif (862 bytes) El proyecto de 14 de los 15 países miembro de la Unión Europea tendiente a aislar a Austria en caso de que asuma un gobierno aliancista entre conservadores y neonazis tropieza con algunas ambigüedades y claros límites operativos. El gobierno francés admitió ayer que Austria podrá participar plenamente en los Consejos de Ministros de la Unión, a pesar de la amenaza de �congelamiento de los contactos bilaterales� que pesa sobre Viena. El portavoz de la Cancillería francesa explicó que, en el estricto plano legal, nada impide a los ministros austríacos acudir a los consejos. El único alcance que tendría la decisión europea de poner fuera de la UE al gobierno impulsado por el neonazi Jeorg Haider corresponde a las �relaciones bilaterales entre los 14 Estados� y, por ende, no afectan el funcionamiento de las instituciones de la Unión. Más allá de las especulaciones institucionales, a las que el líder de la extrema derecha austríaca calificó de �excitación en el gallinero cuando el zorro todavía no ha entrado�, la formación del gobierno en Austria provocó un terremoto en la clase política del Viejo Continente. Sismo que no evita el ridículo, cuyo mayor protagonista es el senador autonomista italiano, Antonio Serena, quien pidió ser austríaco. En París, el célebre cazador de nazis Serge Klarsfeld reclamó a Francia que aplicara un boicot contra Viena. Klarsfeld dijo: �Europa es un club y un delincuente no debe entrar en el club. Haider cometió un crimen al elogiar el nazismo, se trata de un atentado contra el pudor público�. Mientras Klarsfeld sostenía que, si se aísla a Austria, este país �reflexionará cuando vea cuáles son las consecuencias�, el Premio Nobel de la Paz, Elie Wiesel, dijo a Página/12 que la Unión Europea tenía una suerte de �derecho de injerencia humanitaria para oponerse al ingreso de la extrema derecha austríaca en el seno de un gobierno�. Según Wiesel, lo que pueda hacer la Unión Europea frente a los hechos en Austria será un test de �cómo se está defendiendo la democracia en Europa�. El Premio Nobel recordó el �peligro que concentra a veces el voto mayoritario: no hay que olvidar que Hitler tuvo más partidarios que opositores�. En todo caso, para Wiesel, lo que acaba de ocurrir constituye �un giro en la historia de Europa�. Los adjetivos no faltan para calificar el acceso al poder de la extrema derecha en Austria. El secretario general del Partido Comunista francés, Robert Hue, habló de �un día negro para Europa�, mientras que el canciller belga Louis Michel consideró que �por primera vez un país europeo acaba de romper el cordón sanitario que existía entre los Estados�. Los únicos contentos son los miembros de la extrema derecha francesa, que convocaron para este sábado a una manifestación ante la embajada de Austria en París con el propósito de �defender las libertades del pueblo austríaco�.

 

 

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