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SERGIO WIDDER * Lo
que pasó en Austria es algo que veíamos venir de lejos, no sólo allí
sino en Europa en general: el resurgimiento de grupos que reivindican y
retoman las banderas de los viejos nazis. Es el neonazismo, que de
"neo" sólo tiene las formas nuevas, ya que reivindica lo mismo
que Hitler en los años '30. Haider tiene una larga historia como demagogo
que usa el discurso racista y xenófobo para ganar adeptos, una historia
que el Centro Simon Wiesenthal viene siguiendo de cerca. Por desgracia, el
suyo no es un caso aislado, Austria no es un caso aislado. Es un caso en
el que un grupo logró un "éxito" que otros grupos similares
todavía no lograron, pero que están buscando. Está Jean Marie Le Pen en
Francia, están Vladimir Zhirinovski y Albert Makashov en Rusia, está la
Liga del Norte italiana, por citar apenas a los más conocidos. Son todos
movimientos xenófobos que crecen en Europa, como parte de una ola
extremista de derecha que también afecta a Canadá y EE.UU. y en menor
medida a Latinoamérica.
Hay similitudes entre la carrera de Haider y la de Hitler que
resultan alarmantes. Haider alcanza este espacio de poder por el voto,
rompiendo el equilibrio de poder tradicional con su irrupción, como
ocurrió con los nazis en Weimar a principios de los años '30. El
presidente austríaco, como en su momento el alemán, dice no tener otra
salida que convocar a Haider para que forme gobierno. La historia parece
repetirse, aunque vemos que no existe la crisis que pasaba Alemania en
1933. Austria tiene hoy menos del 5 por ciento de desempleo y una inflación
muy baja. Estos grupos extremistas no son un emergente de una crisis
socioeconómica. ¿Cuáles son las razones por las que llegan al poder? ¿Cuál
es el grado de xenofobia en una sociedad como la austríaca, para que sin
crisis opte por votar a un demagogo como Haider?
Una diferencia entre 1933 y 2000 es que el mundo parece tomar una
actitud activa y Austria puede quedar aislada internacionalmente. Es una
forma de presionar para que este tipo de grupos no llegue a dirigir los
destinos nacionales de un país. Parece haber una decisión de actuar, una
capacidad de hacerse cargo de la historia reciente de Europa. Desde que
Haider alcanzó números electorales importantes, el Centro comenzó a
promover acciones del Parlamento y la Unión Europea en su contra, tomando
como antecedente las que se tomaron contra Le Pen por iniciativa de grupos
de derechos humanos y antirracistas. * Representante para América latina del Centro Simon Wiesenthal. ROSENDO
FRAGA
Hace ya más de medio siglo que terminó la Segunda Guerra Mundial.
Sólo los austriacos mayores de 73 años tenían menos de 18 cuando terminó
la conflagración. * Director del Centro de Estudios Unión para la Nueva Mayoría. RAUL
ALCONADA SEMPE *
La cuestión central es por qué una sociedad que ha demostrado
durante los últimos 55 años un comportamiento de acuerdo a los
parámetros democráticos europeos no reaccionó a tiempo y permitió el
ascenso de este gobierno. Creo que Austria, al igual que otros países
menores europeos, se siente de segunda categoría, porque son las
reuniones del Grupo de los Siete las que establecen las grandes pautas del
mundo, que después son discutidas por las Naciones Unidas y la Unión
Europea. Y esa suerte de marginación genera una reacción nacionalista:
Austria quiere un protagonismo como el que tuvo a principios de este siglo
y en la Segunda Guerra Mundial. Por otro lado, uno de los temas
fundamentales que motiva la reacción nazi de Haider, y que se ve
claramente en otros países industrializados de Europa, es la
desocupación. En este aspecto, la política europea de inmigración es
bastante parecida: que los ciudadanos nacionales sean desplazados en favor
de mano de obra más barata despierta el pánico ante lo que consideran un
avance de los extranjeros. Pero lo que preocupa gravemente sobre Austria
es que uno de los máximos líderes del nuevo gobierno haya reivindicado
el accionar de los hombres de las SS. De todos modos, no creo que haya
margen para que vaya más allá de esas declaraciones, porque ante la
primera exhibición de actitudes nazis los conservadores romperían la
alianza. Además no creo que el pueblo austríaco tenga vocación nazi.
Puede sentirse afectado en relación con la inmigración, pero creo que
ante el primer intento del nuevo gobierno de * Secretario de
Relaciones Internacionales del Comité Nacional de la UCR.
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