Por Pedro Lipcovich
El asesinato de otro taxista en ocasión de robo �el cuarto en lo que va del año� desencadenó el anuncio de una huelga de choferes, que podría dejar fuera de servicio hasta siete de cada diez taxis durante las 24 horas del próximo jueves. En este marco, se acentuó el debate sobre cómo prevenir estos delitos: la Policía Federal, en la línea de actualización tecnológica que propone su actual jefatura, señala la eficacia de las mamparas de protección y sistemas de alarma que se usan en otras ciudades; los propietarios de taxis descreen de estos elementos, y en todo caso dicen que no pueden pagarlos; los peones señalan que �para los empresarios, el repuesto más barato de un taxi es el chofer�. Entretanto, la policía incrementó los controles vehiculares, secuestró dos autos robados y mató a uno de sus ocupantes.
Ayer a las 2.30, Raúl Francisco Iasimone, de 62 años, peón de taxi, llevaba en un Renault 9 a un pasajero (o dos: todavía no se sabe), al 4700 de la calle Bacacay, en Villa Luro. De pronto el pasajero lo amenazó con un arma calibre 9 milímetros. Aparentemente, Iasimone intentó resistirse, y su asaltante le metió seis balas en el cuerpo. El homicida dejó al peón en la vereda, sin alcanzar a quitarle los veinte pesos que llevaba, y huyó con el auto, que abandonó a cuatro cuadras del lugar del crimen.Ante el cuarto asesinato de taxistas en 34 días, el Sindicato de Peones de Taxis de la Ciudad de Buenos Aires declaró la huelga de 24 horas para el próximo jueves. El secretario general del gremio, Jorge Omar Viviani, anunció además que �si no hay una solución, interrumpiremos el servicio por tiempo indefinido en el horario nocturno, de 22 a 6�. Según explicó Viviani a este diario, �estamos esperando los resultados de un estudio técnico sobre el tema que hace la Policía Federal; el martes tenemos una reunión con el comisario general Rubén Santos (jefe de policía). Todos sabemos que hay tecnología de punta, como mamparas divisorias, distintos elementos para disuadir a los asaltantes�.En efecto, el comisario Carlos Solá, jefe de comunicación social de la Policía Federal, anunció a este diario que �además de acrecentar los controles en la vía pública, la policía va a dar un listado de medidas de seguridad que debieran tomar los propietarios de taxis�, entre las cuales mencionó �las mamparas para separar al conductor de los pasajeros, que se usan en ciudades como Nueva York y Montevideo: son de poliuretano rígido e incluyen un chapón de acero para el respaldar del conductor�. Además, �las administradoras de radiotaxis dispondrían de un teléfono punto a punto con el comando radioeléctrico, para transmitir instantáneamente la alarma que el chofer activaría con un botón; esto se complementaría con rastreadores satelitales que indican en cada momento la posición del vehículo�. En cambio, Enrique Celi, titular de la Unión de Propietarios de Taxis, se mostró escéptico de la tecnología: �Los bancos tienen sistemas de alarma y sin embargo los roban�, dijo a este diario. El representante patronal pide en cambio �más policías en la calle y más penas para los ladrones�. Sobre las mamparas, �el Banco Ciudad tendría que dar créditos para pagarlas porque nuestra recaudación bajó un 30 por ciento�. Viviani contestó que �los empresarios no quieren poner un mango para la seguridad del trabajador. Para el empresario, el repuesto más barato de un taxi es el chofer�.Abel Fatala, secretario de Obras y Servicios Públicos del gobierno porteño, opta por �poner más agentes policiales en las calles para prevención y controlar a los taxis, incluso con detectores de metal para constatar si los pasajeros van armados, mientras se analiza la posibilidad de incluir elementos de seguridad en los coches�. En la ciudad hay 38.000 taxis, de los cuales 25.000 son manejados por peones. El Sindicato espera una adhesión del 70 por ciento, contando con que �también muchos patrones van a parar�, según Viviani. El miércoles la policía interceptó dos taxis robados: el conductor del primero fue detenido y los ocupantes del otro se tirotearon con la policía: uno de ellos, cuya identidad no se dio a conocer, resultó muerto.
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