Por Esteban Pintos
La secretaria de Cultura del Gobierno de la Ciudad busca una figura para ejemplificar de qué va su nueva función. �Es como que yo me acostumbré a la gestión directa, a pensarlo, proponerlo y ejecutarlo. Como secretaria lo que hago es aprobar ese tipo de ideas, y empujar los proyectos. Que son muchos y de diferentes áreas. Me siento como haciendo girar muchos platos a la vez, como esos malabaristas callejeros, y después me ocupo de verificar que continúen girando�, le dice a
Página/12. Teresa Anchorena no es nueva en la función pública durante el gobierno radical. Antes fue subsecretaria de Cultura, y más lejos en el tiempo, también directora del Centro Cultural Recoleta. Así que todo esto no es nuevo, pero sí �diferente�, según sus palabras. Ahora es tiempo de ejecutar una política cultural que tiene una fecha de vencimiento, consecuencia del calendario electoral de la ciudad. El plazo de todos sus proyectos es, pues, agosto: el mes en que asumirá el nuevo jefe de Gobierno. Aún así, la secretaria planea una intensa actividad para el 2000, que se inicia hoy, justamente, con un conjunto de espectáculos, charlas, conferencias, obras de teatro y demás, bautizado �Buenos Aires
Verano�.
�¿Cuáles serán los lineamientos generales de su política al frente de la Secretaría de Cultura de Buenos
Aires?
�Vamos a tener una etapa corta ya que trabajaremos hasta agosto. Pero, igualmente, la prioridad que nos pusimos con el doctor Olivera y el director del Teatro Colón es solucionar, uno por uno, todos los problemas que han ido produciéndose en el teatro en estos últimos tiempos. Eso fue un cuello de botella para toda la actividad prevista desde la secretaría. Pero también queremos crear una propuesta de mejor funcionamiento. El Colón es un lugar muy importante, posiblemente sea el sitio cultural más importante del país, pero en estos años acumuló muchos problemas de organización. Queremos solucionar esos problemas y encarar una reforma aún más importante en cuestiones estructurales del teatro. Los problemas del Colón están identificados, y estamos haciéndoles frente uno por uno. La semana que viene habrá un anuncio oficial sobre el edificio, la temporada, los conflictos gremiales, los contratos, la cuestión de planta permanente o temporaria. Además, no olvidemos que esta es una época de campaña electoral y, por lo tanto, el Colón puede asomar como un tema de debate más o menos permanente. Cualquier cosa que pase ahí toma una dimensión importante, y enseguida los medios se hacen eco. Pero, sin dudas, hay problemas reales pero también hay problemas que toman envergadura en momentos políticos intensos como éste.
�A propósito del Colón, la sinfonía compuesta por Charly García que iba a presentar en el teatro al frente de una orquesta sufrió algunas posposiciones. ¿Tienen miedo por la personalidad �volátil� de García?
�No, en lo más mínimo. Le aseguro que la palabra �miedo� no apareció en ningún momento. Creo que Charly García va a querer lucirse, él es un artista y los artistas respetan mucho el ámbito del teatro... Es también un hombre inteligente, un gran músico y lo que va a hacer quedará como un hito en la historia del teatro: música contemporánea en el Colón.
�Además del teatro, ¿qué otras cuestiones son prioritarias para su gestión?
�Otro tema que le interesa a este gobierno es el de la protección y promoción del patrimonio arquitectónico de la ciudad. Tenemos una ciudad muy bella, pero poco cuidada. Sentimos que este es el momento para hacerlo: es ahora o nunca. Si Buenos Aires quiere ser una ciudad importante en el mundo tiene que tener una identidad cultural propia, y eso es producto de la historia. Y la historia de una ciudad está reflejada en sus edificios. El año 2000 es un muy buen momento para decir �de aquí no pasamos�, para una puesta general de valor. Debe ser un cambio importante. Creo que el gesto más moderno que podemos llegar a adoptar como gestión cultural es ocuparnos de cuidar el pasado de la ciudad.También está en marcha la instalación de �El Museo del Tango�, que estará ubicado en la que fue la casa de Carlos Gardel, en la calle Jean Jaures, en el Abasto. Es una donación de una empresa privada. Estamos terminando la parte de gestiones administrativas, y las obras se iniciarán a mediados de este mes. La idea es que esté listo en tres meses. Otra intención es marcar lugares de la ciudad en donde hayan nacido o vivido personajes célebres, importantes para nuestra historia. La idea es marcar casas y direcciones con los �aquí vivieron�.
�¿Cuál fue la idea con la que se concibió �Buenos Aires
Verano�?
�Proponemos un verano musical con 100 espectáculos en 35 escenarios, ya sean al aire libre o bajo techo, distribuidos por toda la ciudad y con entrada libre y gratuita. A esta iniciativa se suman todas las áreas de la secretaría: museos, teatros, centros culturales, ferias y bibliotecas, con toda una serie de actividades que, sólo en algunos casos, tendrán un costo para las entradas. El programa consiste en distribuir cultura por toda la ciudad y al mismo tiempo poder mostrar el talento de muchos artistas. En esto también entra en juego la idea de revalorizar los barrios, que ha sido uno de los mandatos que tenemos. Siendo el Dr. Olivera el creador de los centros de gestión y participación, este ciclo refuerza esa intención y es coherente con una política general de gobierno. La idea de la descentralización como uno de los ejes centrales de nuestra política. Con mayor o menor posible convocatoria de público, se trata de actividades que lo que intentan mostrar es una amplia variedad de propuestas. Recitales, obras de teatro, charlas en bibliotecas, clases de baile en las plazas... Espectáculos de calidad en todos los lugares, no solamente en aquellos sitios en donde quepa una gran cantidad de público.
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