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Por Carlos Polimeni Desde Punta del
Este Cuando se habla de la shakespearización de la escena internacional, por la abundancia de montajes de las obras del clásico autor inglés, en desmedro de obras más contemporáneas, locales o que signifiquen riesgos artísticos, este espectáculo debería ser un ejemplo básico. Para los prejuiciosos, un elemento más: encabeza el elenco la actriz televisiva �hoy en el incalificable �Verano del �98�� Florencia Peña, que, además, es una de las productoras. O, mejor dicho, lo encabeza porque es la productora. ¿Florencia Peña, la ex �pechocha� de �Son de 10� interpretando a Shakespeare? No se desanime, lector, siga leyendo, aunque sea unas pocas líneas más. Primero que nada, hay que aclarar que el espectáculo está firmado por Claudio Hochman, y entonces tal vez los ceños de desfrunzan: se trata de uno de los directores teatrales jóvenes más serios de Buenos Aires, y si hiciera falta probarlo, su puesta para el Teatro San Martín de La tempestad de Shakespeare, en versión para chicos (y, la verdad, grandes) bastaría y sobraría. La pregunta es: ¿qué hacen juntos Hochman y Peña? Si hay que empezar por el final, Hochman, Peña y el elenco, hacen de Shakespiriando (sic) un espectáculo interesante y digno, que está claramente inspirado en los aciertos de la versión mencionada de La tempestad. La idea es similar: trasladar a un ámbito diferente del original �La tempestad del San Martín transcurría en una isla tropical� las historias que cuentan las obras del genio del teatro isabelino. Aquí la apuesta ha sido bastante elevada, ya que son diez obras y, además, la narración es musical: se cuenta de pe a pa el argumento de cada una adaptándola a un ritmo y a una situación geográfica diferentes, con todos los riesgos que eso conlleva.Espectáculo de divulgación, esta especie de Shakespeare para principiantes podría operar al revés de La tempestad: siendo para grandes, seguramente será el favorito de los chicos, si en mayo, como planea la compañía, desembarca en Buenos Aires. Antes, en marzo y abril, estarán en Montevideo, ya que por todo febrero siguen en Punta del Este. Hochman batalla desde años contra los prejuicios en torno a Shakespeare: �El tomaba historias de griegos y las adaptaba a su época... ¿Por qué razones ocultas nosotros no deberíamos adaptar a Shakespeare?�, planteó hace tres años a Página/12, antes del estreno de su niña mimada. Hochman dirigió varios espectáculos para niños, como El collar de Perlita, un Cyrano y El tacaño y obras para grandes, como Un crimen secundario y Un veneno saludable.Los cuadros, en rigor sketches, en que se divide Shakespiriando tienen altos y bajos, pero en casi todos son sorprendentes las resoluciones. Los tres hombres del elenco se lucen bastante más que las cuatro mujeres, y eso es lógico: Gustavo Monje (Laurel y Hardy, en el papel de El flaco y La bella y la bestia) es un experto en musicales, y Diego Reinhold deslumbra con su gracia escénica, mientras que la siempre simpática conductora televisiva Daniela Fernández y Sandra Ballesteros parecen auténticas debutantes en un género complejo y físicamente exigente. El rap del comienzo, �El rap del príncipe Hamlet� podría confirmar los peores pronósticos, pero la corrida hacia el México según Les Luthiers y El Chavo de �Romeo y Julieta� es brillante. También impresionan el poder de síntesis con que se esboza como ragtime �Ricardo III� (�Richard Three, jazz, blues y otras canciones�), la tragedia de �Otelo� convertida en drama de estereotipos tangueros (�Otelo, el negro del Abasto�), �Chacarera del rey Lear� y �Un sueño de películas del setenta en una noche de verano�. El final, �Se viene �La tempestad� (con mucha salsa)� opera de recordatorio, para los iniciados, del origen para nada bizarro del proyecto.Absolutamente prohibido para los que esperen encontrar algo más que la exterioridad de las historias que Shakespeare contaba �que indagan, de modo inevitable, en las paradojas y miserias de la condición humana� el espectáculo, en cambio, es recomendable para los que pretendan una puerta de acceso divertida a una colección de historias famosas, o al menos conocidas, contadas en un formato original. Si las canciones del espectáculo salen algún día en disco, serán, también, un aporte interesante a la desacralización de obras que fueron escritas para todos, no para algunos. Aunque, sir William, está claro que todo será siempre según el cristal con que se lo mire.
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