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Ecos de la devaluación brasileña  en un cordial diálogo rioplatense

El presidente uruguayo, Sanguinetti, recibió a De la Rúa con una comida en Colonia.

El presidente Fernando de la Rúa visitó ayer a su par uruguayo Julio María Sanguinetti. Las dificultades del Mercosur y la demora en la construcción del puente a Colonia, en la agenda


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Desde hace tiempo que los problemas del Mercosur ocupan la agenda central en cada reunión de presidentes de la región. Y el encuentro que Fernando de la Rúa mantuvo ayer con su colega de Uruguay, Julio María Sanguinetti, no podía ser la excepción: ambos mandatarios ratificaron en público su "confianza" en el fortalecimiento del bloque comercial, pero también admitieron la existencia de "dificultades", y en privado analizaron las desigualdades económicas planteadas con Brasil. El otro motivo de preocupación expresado por las autoridades uruguayas fue la demora en la construcción del puente Buenos Aires-Colonia.

  Colonia fue precisamente la ciudad uruguaya donde De la Rúa y Sanguinetti se reunieron durante poco más de tres horas. El encuentro fue el último del mandatario uruguayo con un colega argentino antes del 1 de marzo próximo, día en que traspasará el mando al electo Jorge Batlle. En el caso de De la Rúa, la reunión formó parte su segunda salida al exterior como Presidente y de su primera visita como tal a un país del Mercosur. A Brasil, De la Rúa había viajado poco antes de asumir, el 10 de diciembre pasado.

  "Analizamos la situación del Mercosur con una visión positiva y optimista, con la seguridad de que lo llevaremos adelante con gran adhesión a los principios que permitieron fundarlo", afirmó De la Rúa. A los problemas con Brasil se refirió Sanguinetti: "No ignoramos las dificultades que hemos tenido que pasar en los últimos tiempos, los desarreglos económicos que hemos tenido que superar, pero todos tenemos la convicción de que nuestra fortaleza macroeconómica nos permitirá seguir afrontando estos temas y superar aquellos escollos que todavía tenemos por delante", señaló el uruguayo. Declaró también, de todos modos, que había tratado el tema con De la Rúa "con un espíritu afirmativo, con la convicción compartida de que la Argentina, Uruguay, Brasil y Paraguay tienen un destino común para seguir construyendo".

  Lo que analizaron De la Rúa y Sanguinetti son los problemas que genera dentro del bloque comercial la devaluación de la moneda brasileña registrada el año pasado. La Argentina enfrenta el traslado de varias empresas a Brasil y Uruguay sufre las consecuencias de la suspensión por parte de ese país de la compra masiva de sus productos lácteos.

  La reunión entre ambos mandatarios tuvo lugar en la residencia de verano que los presidentes uruguayos tienen en Colonia, construida a principios de siglo por el argentino Aarón Anchorena. De la Rúa viajó con su mujer, Inés Pertiné, y Sanguinetti lo recibió junto a su esposa, Martha Canessa. Los cuatro compartieron con los cancilleres Adalberto Rodríguez Giavarini y Didier Opertti un almuerzo en el que se sirvió un consomé al jerez de entrada, ravioles de ricota como plato principal y omelette surprise de postre. Para beber se seleccionó un buen vino uruguayo.

  "Esperamos que no sea eterno", le planteó en ese marco Sanguinetti a De la Rúa a propósito de la demora del Congreso argentino en el tratamiento del proyecto de construcción del puente Buenos Aires‑Colonia. "Nada debe ponerse en duda, queremos llevar adelante los tratados y hay muchas comisiones y grupos de trabajo que están trabajando sobre ése y otros temas (de la relación bilateral", contestó De la Rúa ante la inquietud.

 

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