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El motel Katz es oscuro y lúgubre bajo la lluvia. Su propietario,
el Sr. Katz, observa con recelo la llegada de los huéspedes. Eustace,
Muriel y Coraje atraviesan empapados el umbral, instalando sus personas de
colores estridentes en medio del lobby. Un trueno sacude los vidrios y...
minutos más tarde, alguien grita en la ducha. Si tras el experimento de
clonación del director Gus Van Sant Psicosis aparecía como un caso
cerrado para homenajes y plagios, John Dilworth se apresta a refutar esa
idea, al inspirar en la película el primer episodio de su nueva tira.
Katz --discípulo felino de Norman Bates-- es un gato siniestro que se
entretiene criando arañas asesinas que se cuelan por las cañerías para
comerse a los huéspedes. Coraje, un pequeño perro moteado que apareció
por primera vez en el corto The chicken from outer space (El pollo
extraterrestre, del mismo director), y que ahora deberá superar los
temores que lo acosan para rescatar a sus dueños de una muerte segura. El
pollo extraterrestre, auspiciado por Hanna-Barbera y Cartoon Network, fue
nominado al Oscar en 1995.
Con una propuesta estética que
recupera la idea de suspenso en el dibujo animado, "Coraje: el
perro..." presenta en la misma línea fondos hiperrealistas, en los
que se insertan personajes imposibles, acompañados de una banda sonora
desbordada y atemorizante. "Son técnicas mezcladas", se limitó
a comentar Dilworth en una entrevista, reticente a revelar alguno de los
secretos que lo constituyeron como una de las figuras más importantes de
la animación televisiva. Trabajó para el segmento "Liquid
television" de MTV, dentro del que se proyectaron sus cortos Angry
cabaret y Smart talk with raisin. Dentro del mundo musical fue también
responsable de la dirección conceptual del video de Cher con Beavis y
Butt-Head. Hace casi una década fundó Stretch Films Inc., un estudio de
diseño y producción de animación neoyorquino. De allí surgieron una
serie de producciones que difícilmente califiquen como el tradicional
dibujo animado infantil. En el planeta Dilworth hay personajes mezquinos,
egoístas y sádicos, que hacen la vida imposible a sus héroes (que son,
ellos mismos, seres poco ortodoxos).
El mismo cinismo que alimenta
la reputación de Dilworth en el mundillo de la animación independiente
hace de sus entrevistas sesiones complicadas para quien pregunta: "Me
desagrada la palabra capitalizar", advierte a un periodista ávido de
conocer sus obsesiones en relación a lo paranormal. "No he conocido
a nadie que no reaccione bien a lo esencial, al aceite de oliva, sal y
ajo. Para los verdaderos aventureros, azúcar", ironiza ante un
cronista deseoso de develar sus secretos.
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