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Ganó bien San Lorenzo en un partido desprolijo, no demasiado bien jugado en el que la jerarquía de un notable futbolista, el joven Leandro Romagnoli, marcó la diferencia. Cuando a los 38 minutos del segundo tiempo se paró frente a la pelota a poco más de veinte metros del arco, recto a Córdoba, dio cortos tres pasos y la colocó suavemente por encima de la barrera lejos del arquero, se hizo justicia. No necesariamente con San Lorenzo sino con él. Romagnoli merecía ganar y lo hizo. Estuvo bien. El primer tiempo alternó apuro con lagunas de molicie, siempre en un nivel muy discreto. Hasta que apenas pasados los veinte minutos Tuzzio y Barijho jugaron a los guapos amenazadores empujándose las frentes respectivas y Madorrán los echó bien, habían tenido oportunidades parejas con leve predominio de Boca: dos disparos de afuera de Pereda y Pérez, y un pelotazo en el palo del mismo Barijho en la mejor llegada colectiva de los de Bianchi, y, por el lado de San Lorenzo, aproximaciones que terminaron en dos mano a mano de Ariel López con el solvente Córdoba y algún tiro de afuera, todo bajo la sabia batuta de Leandro Romagnoli. Pero hubo expulsiones y los de Ruggeri lo resolvieron mejor. Tanto, que después de una gran jugada del petiso número diez de San Lorenzo �llegó, tiró, recuperó, hizo el pase atrás a Erviti�, López lo madrugó a Matellán y tocó al gol. Boca tardó en ponerlo a Moreno para equilibrar. Lo hizo desde el inicio y Ruggeri inmediatamente retrucó con Ortiz por el desdibujado colombiano Grisales. Precisamente a Moreno le anuló Madorrán un gol extraño antes de los diez y lo compensó otorgándoles a los de Bianchi un penal inexistente por foul a Ruiz que convirtió Pérez con autoridad. Quedaron como al principio y ninguno llegaba claro. San Lorenzo lo tenía a Romagnoli complicando por izquierda, muy solo, que sin embargo habilitaba a Pusineri que llegaba por derecha a cabecear. Pasó dos veces. En Boca, empujaban sin llegar. Hasta que entró el recuperado Franco, hizo un par buenas, se juntó con el diez y aunque se ligaron patadas, Traverso terminó expulsado. Ahí San Lorenzo tuvo su cuarto de hora final: el gol merecido y el toque con ole que acompañó la despedida. Estuvo bien.
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