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Se va el caimán
La preocupación de los funcionarios de la línea no era nueva. Ya
en la inspección iniciada en diciembre de 1996 habían llamado la atención
sobre operaciones realizadas por el Banco República con empresas off
shore constituidas en Bahamas. La constancia de esa inquietud quedó
plasmada en el expediente 100.234/97. En aquella oportunidad hicieron
también otros hallazgos. Verificaron por ejemplo que:
* Existían ingresos por servicios de intermediación facturados al
Federal Bank Limited pero cuya realización era dudosa. Los inspectores
solicitaron constancias que nunca les fueron remitidas.
* El principal origen de los fondos del Banco República eran líneas
de crédito internacionales por 322,5 millones.
* Se habían realizado numerosas operaciones de compraventa de
moneda extranjera por mostrador y por sumas superiores a los 50 mil dólares
sin asentar los datos de las personas que las realizaban (en infracción a
las normas del BCRA sobre lavado de dinero). Se observaron asimismo
operaciones con clientes que no tenían cuenta en el banco
(Intercontinental Bank Uruguay, Novo Bank Trust, Inmobiliaria Dec).
* En la cuenta que el Banco República tenía abierta en el
Citibank de Nueva York se registraban voluminosos movimientos realizados
con el Federal Bank. Subrayaron el hecho de que la mayoría de esas
acreditaciones del Federal Bank correspondía a operaciones con empresas
vinculadas (República
Valores, República Compañía de Inversiones, Cabaña Los Gatos. Todas
sociedades de Raúl Moneta).
Por el Federal Bank había
circulado la primera gran coima del caso IBM-Banco Nación. Un millón de
dólares cuyo seguimiento condujo a Nueva York al juez Federal Adolfo
Bagnasco, interesado en solicitar el levantamiento del secreto bancario. A
los pedidos de informes de los parlamentarios, el Banco Central respondió
que ignoraba qué era el Federal Bank. Sin embargo, en octubre de 1994,
Carlos Basílico, en su carácter de representante designado por el
Federal Bank, había solicitado al BCRA autorización para radicar una
sucursal en la Argentina. El trámite dio origen al expediente 19.750/94,
Pero la cerrada oposición de los técnicos de la línea, quienes
recordaron a sus jefes que Bahamas (donde fue constituido el Federal Bank)
es "zona de riesgo" para el lavado de dinero, forzó al
directorio del BCRA a denegarla. Con posterioridad, Raúl Moneta inició
gestiones para abrir una sucursal del Banco República en las islas Gran
Cayman, un trámite que el Central se mostró interesado en facilitar. Bancos de arena
La inspección volvió a
repetirse dos años después, a mediados de 1998. La advertencia que en
esa segunda ocasión formularon los técnicos fue clara como el agua.
Pusieron de relieve el oscuro origen de República Holdings Limited, el
nombre con que Moneta había rebautizado a UFCO, la sociedad constituida
en las Islas Vírgenes con 50 mil dólares por todo capital, propietaria
del 34 por ciento de las acciones del CEI. La localización UFCO-República
Holding en un paraíso fiscal, zona de riesgo en cuanto a maniobras de
lavado de dinero "dificulta la evaluación de esta empresa",
dijeron. Y agregaron que su calidad de "empresa vinculada e
importante depositante" restaba "también transparencia al grupo
controlante del Banco República S.A.". Enunciar la escasa
"transparencia" de los accionistas mayoritarios de una entidad
financiera no era, por cierto, un señalamiento menor.
Del mismo modo, pusieron en
cuestión "importantes aspectos relacionados con otros residentes en
el exterior". Hablaban del Federal Bank Limited, The Winterbotham
Trust Company Limited, Ludgate Investments Limited, Southwark Assets
Management Limited, Lolland Stocks Limited, Scott & Chandler Limited,
Cairo Holdings Limited, Budleigh Limited Uruguay S.A. Empresas y bancos
que, tal como reveló Página/12, habían sido constituidos en Bahamas, el
mismo día, con números correlativos y el mismo representante: Carlos Basílico,
delegado de Moneta para este tipo de negocios. Lo que los inspectores
marcaron respecto al comportamiento de ese abanico de off shores con
nombres rimbombantes tampoco fue moco de pavo: tenían operaciones
significativas "y llamativas" con el Banco República.
¿En qué consistía lo
"llamativo" de esos movimientos? La muestra seleccionada para
investigar cómo ingresaban o egresaban voluminosos fondos del exterior
había dejado en evidencia un mecanismo casi idéntico: el epicentro era
una cuenta abierta por el Banco República en el Citibank de Nueva York.
Esa cuenta recibía depósitos desde el Federal Bank o, por el contrario,
los giraba hacia él. El monto, unos 200 millones de dólares mensuales.
La propuesta que, en consecuencia, hicieron los inspectores tenía un
trasfondo alarmante. Solicitaba de las autoridades del BCRA "diversas
medidas para conocer la naturaleza de la relación de dichas empresas con
la inspeccionada (el Banco República), a saber: requerimientos de
información a los bancos centrales de Bahamas y Uruguay, pedidos de
antecedentes a la Inspección General de Justicia y consulta a Estudios y
Dictámenes Jurídicos acerca de la procedencia de requerir información
al Citibank S.A.". Caribe Social Club
El informe contenía, además, una serie de señalizaciones
igualmente significativas:
* República Holding (ex UFCO,
vinculada con el Banco República) había declarado a fines de 1996 un
patrimonio neto de 278 millones de dólares y sus ganancias alcanzaban los
121 millones, cifra que no se correspondía con la rentabilidad media de
ninguna empresa legal.
* República Holding, en 1997,
había pagado un dividendo de 120 millones de dólares a Adamson Inc. ¿Quién
era Adamson Inc.? Una sociedad constituida en Islas Vírgenes Británicas,
con un patrimonio neto de 340 millones y ganancias por 332 millones de dólares.
Otro milagro de las prodigiosas islas caribeñas.
* A mediados de 1998, el Banco
República mostró un pasivo de 441 millones de dólares y el principal
origen de sus fondos eran las líneas del exterior: 132 millones
provenientes, principalmente, de sociedades de Bahamas cuyo representante
era Carlos Basílico.
* El Banco República realizó
importantes operaciones con el Republic National Bank Gran Cayman, cuyo
representante era... Carlos Basílico.
* A esa fecha, los diez
principales depositantes del Banco República eran: República Holding,
principal accionista del CEI (30,97 millones); CEI (17,93 millones);
Dredsner Bank Lateinamerika (10,43 millones); Enrique Kipp --agente de la
mesa de dinero del Banco República-- (9,95 millones); Richard Handley
--hombre fuerte del Citibank-- (5,25 millones); Alejandro Romay (5,21
millones); Telefónica de Argentina (5,03 millones); Cairo Holding Ltd.
(4,60 millones); Bladex Panamá (4,01 millones); Republic National Bank
Gran Cayman (3,12 millones). La suma totalizaba casi el 57 por ciento del
total de los depósitos del banco. Casi todas personas y empresas
vinculadas, o ignotas off shore.
* Entre junio de 1998 y febrero
de 1999, es decir en el período previo a su caída, el Banco República
disminuyó sus depósitos en 90 millones. Resultaba destacable que entre
los depósitos fugados estaban los de sus empresas vinculadas: República
Compañía de Inversiones había puesto a buen recaudo 6,3 millones; República
Holding (ex UFCO, importante accionista del CEI), 30,9 millones; el CEI,
4,2 millones; Alberto Petracchi (abogado y socio de Moneta), 1,8 millón.
También habían volado las sociedades caribeñas vinculadas: Southwark
Assets Management Ltd. retiró 1,2 millón; Bladex Panamá se llevó 4,1
millones y hasta el propio Richard Handley (Citibank) trasladó a un sitio
más seguro 3,01 millones.
* El Banco República no había
puesto en práctica los programas contra el lavado de dinero proveniente
de actividades ilícitas, que implementó el Central a través de la
Comunicación A-2814.
Al finalizar el relevamiento y
con todas las cartas en la mano, los técnicos del Banco Central emitieron
una opinión drástica: "El desconocimiento de las empresas radicadas
en dichas zonas de riesgo --Bahamas e Islas Vírgenes-- resta
transparencia al grupo controlante del Banco República. También son
varias las empresas controladas por la vinculada CEI-Citicorp Holdings que
tienen domicilios en zonas de riesgo y son varias también las empresas
constituidas en esas zonas que tienen operaciones con el Banco República
(v.g. Federal Bank Limited, The Winter Botham Trust Company Limited,
Ludgate Investments Limited, Southwark Asset management Limited, Lolland
Socks Limited, Scott & Chandler Limited, Budleigt Limited Uruguay
S.A.). Lo anterior y las inversiones de la entidad y de sus accionistas en
el CEI, las del banco en el Edificio República (transformada en préstamo
a República Compañía de Inversiones), la gestión cumplida en el Banco
Mendoza y los elevados préstamos a Candia Inversora S.A./Inversora Ancona
S.A. (titulares de Peñaflor S.A.) son indicativas de las particularidades
y del riesgo asumido por el management del Banco República".
Pese a la gravedad del diagnóstico
de los inspectores enviados por el propio Banco Central, ni Javier
Bolzico, vicesuperintendente y jefe directo de los inspectores, ni Manuel
Domper, miembro del directorio y responsable del área de lavado de
dinero, ni Pedro Pou, presidente del BCRA, acusaron recibo de las
preocupaciones de la línea. Quizás así se explique por qué los bancos
argentinos --obligados a notificar a la autoridad financiera sobre las
operaciones sospechadas de lavado-- sólo denunciaron 20 en el largo lapso
de 4 años.
"Queremos que queden
documentados los datos de quién paga y de quién recibe el dinero",
explicó el jefe de Gabinete, Rodolfo Terragno, el viernes último al
presentar el proyecto. La norma girada al Congreso deja abierta, además,
la facultad del Ejecutivo de bajar el tope para las operaciones en
efectivo sujetas a pago documentado a 5000 pesos.
En los últimos años, se había
convertido en una práctica que la compraventa de inmuebles, autos,
aviones o barcos entre particulares se concretara en efectivo, usualmente
en dólares. Además de una cuestión de inseguridad para el comprador y
el vendedor, que debían trasladarse con una valija de billetes, esta práctica
facilita la realización de operaciones con fondos no declarados al no
quedar registro sobre su origen. El proyecto oficial contempla la forma de que aun las personas no bancarizadas (sin cuentas bancarias) puedan realizar este tipo de operaciones: los bancos deberán "venderle" un cheque de mostrador (innominado) contra el depósito previamente realizado en la institución, para efectuar el pago y dejarlo registrado. Este instrumento tendrá un costo para el que lo utilice: 0,25 por ciento del monto de la operación. es decir, por cada 10 mil pesos, deberá abonar 25 pesos para la compra del instrumento de pago.
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