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PEDIDO DE LA OMBUDSMAN PARA PRESERVAR DOCUMENTOS
Papeles de verdad

Oliveira reclamó medidas para que no se destruya la documentación del hospital de Campo de Mayo, porque podría ayudar a descubrir la verdad sobre los desaparecidos. Proyecto de Bravo y Rivas.


Por Martín Granovsky
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En otra iniciativa dentro de la reconstrucción de la verdad sobre los desaparecidos, la defensora del pueblo de la Ciudad de Buenos Aires, Alicia Oliveira, pidió a la Cámara Federal porteña que incaute el libro de nacimientos del Hospital Militar de Campo de Mayo. También le reclama que realice una inspección personal y secuestre "toda documentación que obre en el lugar y que sirva a la tutela del derecho a la verdad como lo manda el derecho internacional de los derechos humanos".

  La supervisión de la causa pertenece a la Cámara Federal de San Martín, pero Oliveira explicó a Página/12 que prefirió elevar el pedido a los jueces porteños por su ámbito natural de actuación. "La Cámara de Buenos Aires, además, ya había reconocido el derecho a la verdad cuando la Defensoría pidió que interviniera para prohibir la incineración de documentos en el Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas", dijo Oliveira. Y agregó que el 19 de mayo del año pasado la misma Cámara dijo que ordenaba a los restantes poderes de la República, sin limitaciones, que aplicara la prohibición de quemar y destruir documentos.

  El juzgado civil y comercial de San Martín tramita la causa que pidieron abrir los familiares de Roberto Santucho y de Benito Urteaga, jefes del Ejército Revolucionario del Pueblo al momento del golpe militar de 1976, para encontrar sus cuerpos y llegar a la verdad sobre su muerte.

  A principios de diciembre último el juez encabezó un procedimiento en Campo de Mayo y secuestró un libro de nacimientos con datos que van de enero de 1974 a diciembre de 1978.

  Cuando la Justicia pidió más documentación, los oficiales dijeron que no había nada más porque una orden del director del Hospital Militar Central de 1994 había mandado a quemar todo el material existente.

  Sin embargo, Oliveira presentó de todas maneras su pedido a la Cámara Federal porque "durante el procedimiento se advirtió que en el archivo del Hospital Militar de Campo de Mayo se encontraba abundante documentación correspondiente a los años 1976/83 que no había sido incinerada". El ejemplo es el libro de nacimientos.

   Según la presentación, el caso revela "que la documentación secuestrada y la que aún se encuentra en el archivo del Hospital Militar de Campo de Mayo están protegidas por la medida cautelar" de la Cámara Federal porteña, o sea la orden de no quemar. Pero, a la vez, "parte del entramado burocrático de los poderes de la República desconoce" esa medida cautelar. Si la burocracia continúa desconociendo la orden de preservar los documentos, "la medida de protección de derechos ordenada puede devenir en letra muerta".

  Al margen de la inspección ocular en Campo de Mayo, Oliveira pidió a la Cámara Federal que exija una copia del libro de nacimientos al juzgado civil y que envíe un oficio a la Cámara de San Martín informando sobre la prohibición de que se destruya documentación.

  Los diputados de la Alianza Jorge Rivas y Alfredo Bravo coincidieron en paralelo con la iniciativa de Oliveira. Presentaron un proyecto de resolución para que la cámara baja pida al Ministerio de Defensa información sobre Campo de Mayo.

  Rivas y Bravo piden respuestas a varias preguntas. Quieren saber qué calidad tiene la información que surge de los documentos encontrados junto al libro de nacimientos y si de la documentación "se desprende alguna información que pudiera contribuir a esclarecer el destino de personas desaparecidas entre 1976-1983, y sobre niños nacidos en cautiverio en ese período". También piden interrogar sobre si se iniciaron las investigaciones para saber si alguna autoridad militar sabía que había documentación y lo ocultó. Solicitan "los nombres y grados militares del o de los directores del Hospital Militar de Campo de Mayo" durante la dictadura, y lo mismo con el personal médico y paramédico y con los encargados de Sanidad militar.

  "A nadie se le escapa la importancia de los archivos encontrados, en razón de que pertenecen a los años de la sin república, a los años de la dictadura militar", neologiza la presentación de los diputados del Frepaso.

  "Este proyecto pretende que no haya distracciones", dice el texto de los diputados. "Que no se deje de investigar en todos los rincones de la burocracia militar hasta encontrar los archivos que ofrezcan verdad; que no se deje de sancionar a todo aquel que sabiendo de su existencia miara hacia otro lado, burlándose de la ley y del reclamo de toda una sociedad que lucha contra el olvido".

  De acuerdo con Rivas y Bravo, "en esta nueva etapa del país en la cual la ciudadanía con su voto reclamó transparencia en los actos de gobierno, también se debe acabar con la incertidumbre de miles de argentinos de saber dónde están los cuerpos de sus seres queridos".

  En una alusión a la principal bandera del gobierno de Fernando de la Rúa, el proyecto de los diputados socialistas señala que "no se comprende tampoco una Argentina transparente si quienes nacieron en cautiverio creen ser quienes en realidad no son".

  "Nadie puede discutir hoy nuestro derecho constitucional a la verdad", termina el texto. "Nosotros lo ejercemos desde aquí con este reclamo, pero el Poder Ejecutivo nacional y todos los poderes de la República lo deben ejercer con el trabajo diario consistente en investigar y sancionar a los cultores del olvido y la mentira".

 

La conducta del fiscal Sica

Por M.G.
En otro proyecto por el caso de la documentación en Campo de Mayo, los diputados Jorge Rivas y Alfredo Bravo pidieron que la Cámara de Diputados pregunte al procurador general de la Nación, Nicolás Becerra, si el fiscal Jorge Sica actuó bien cuando intimó por oficio a la secretaria del juzgado federal civil de San Martín, María Isabel Forns. Los diputados quieren saber si son ciertas tres frases atribuidas a Sica: "Las investigaciones sobre la apropiación de niños en cautiverio son causas comunes y ajenas al plan sistemático de sustracción de bebés", "Los procesos que se están llevando adelante en la Cámara Federal de la Capital son un engendro" y "Lo que corresponde es un tratamiento por parte del Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas, y luego por la Cámara Federal". Según Bravo y Rivas, "la gravedad institucional que implican conductas de este tipo por parte de un fiscal federal nos eximen de mayores comentarios y requieren de una adecuada investigación y la aplicación de la sanción correspondiente".

 

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