Como
deja entrever el diputado Fleitas en su columna de opinión del
viernes 4 de febrero, la cuestión de la reforma a la Ley Electoral de
la Ciudad de Buenos Aires es compleja. La propuesta de la Alianza es
clara y viable, busca respetar los preceptos constitucionales de
proporcionalidad y cupo femenino, y resolver lo que se percibe como
falta de representatividad de los legisladores, atribuida, por los
medios y la opinión pública, a la "lista sábana". ¿Por
qué no fue posible lograr el consenso para aprobar la reforma a la
ley? Porque la propuesta de Nueva Dirigencia es inviable. Para no
abundar en detalles, diremos solamente que no es cierto que ND y el PJ
apliquen la ley electoral vigente en Alemania, sino versiones
incompletas que no contemplan la eventual ampliación de la cantidad
de bancas de las Legislaturas (procedimiento vedado
constitucionalmente en la Ciudad de Buenos Aires). En el caso de ND,
propone dividir a la ciudad en 15 secciones electorales que elegirían
tres diputados, lo que da un total de 45, y una lista de toda la
ciudad compuesta por 15 diputados. Aplicando el sistema D'Hont, las
bancas se asignarían, en principio, de acuerdo con los votos
obtenidos en la lista de la ciudad, a los que se sumarían los de las
15 secciones electorales. Posteriormente, se determinaría qué
candidatos entrarían por cada partido: Primero, los que ganaron en
las secciones (donde también regiría el sistema D'Hont); luego, los
primeros candidatos de la lista de toda la ciudad, hasta alcanzar el número
de bancas obtenidas. Lamentablemente, después de este engorroso
procedimiento, nos encontramos con el siguiente problema: ¿Qué
sucede si uno o varios partidos obtuvieran mayor cantidad de victorias
en las 15 secciones que el número de bancas que le corresponde por
distribución proporcional? En Alemania, se amplía el tamaño de la
Legislatura. En Buenos Aires, la solución propuesta es suplantar a
los últimos candidatos que entrarían por la aplicación del sistema
D'Hont a todo el distrito con los candidatos excedentes provenientes
de las secciones. Esto, técnicamente, resulta inviable, ya que los últimos
candidatos distritales podrían ser del mismo partido por el cual
fueron electos los seccionales. La única alternativa sería subir por
la lista, hasta encontrar alguno de algún partido contrario.
Realizando una simulación con los datos de la última elección de
diputados nacionales en la ciudad, a la Alianza le hubieran
correspondido proporcionalmente 35 diputados, sin embargo, las
victorias en las secciones sumarían 39. Al aplicar el Sistema, los
tres últimos de la lista (que deberían ser suplantados) son
justamente de la Alianza. En consecuencia, el partido mayoritario
debería llevarse 4 bancas adicionales (volviendo desproporcional al
sistema). Para respetar la proporcionalidad, la Legislatura debería
ampliarse a 64 miembros o ir por las bancas de los partidos
minoritarios. Se reclama respeto a la proporcionalidad y a las minorías
y se obtiene exactamente lo contrario.
* Legisladores porteños de la Alianza.
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