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El que disparó no tuvo buena
puntería o no quiso tenerla. Todas las balas impactaron a un metro y
medio del suelo. Dos quedaron en el baúl del auto, otras dos en el portón
de la vivienda y la restante en la goma del automóvil VW Carat del
legislador, que se encontraba estacionado en el garaje. Courel salió de
su vivienda inmediatamente --adentro quedaron su esposa y sus hijos Isaías
y Jerónimo--, pero el agresor ya no estaba. Sólo quedaban los casquillos
vacíos, esparcidos en un pequeño radio en la calle frente a la casa.
Este detalle llevó a que el legislador radical José Ascárate indicara
que "dispararon con tranquilidad, sin apuros, como si operaran en una
zona liberada".
A partir del lunes, a Ascárate
y Courel no sólo los une la participación dentro de la misma línea
interna de la UCR local, el Ateneo de la Libertad, sino también el haber
sido víctimas de un atentado. En julio de 1997, Ascárate se despertó
cuando su camioneta se incendiaba en el garaje de su casa, producto de una
estopa colocada estratégicamente dentro del motor mientras éste dormía
junto a su familia. Por esos días, Ascárate había desenmascarado la
relación que existía entre el ex represor Bussi y el suicidado
empresario telepostal Alfredo Yabrán. Ambos dirigentes radicales viven en
la misma zona, Yerba Buena, un municipio administrado por el bussismo que
se caracteriza por su extensa zona residencial.
Hoy por la tarde, Courel se
encontrará con Raúl Alfonsín, de quien recibirá en persona la
solidaridad y el repudio de la UCR por el ataque.
La causa por el atentado quedó
en manos del juez federal Ricardo Maturana, el mismo que desde hace dos años
investiga a Bussi por enriquecimiento ilícito. Fuentes judiciales
aseguraron a Página/12 que la hipótesis más fuerte que se baraja por el
atentado está relacionada con el bussismo y los problemas que enfrenta su
líder para acceder a la banca de diputado. "Es posible que la idea
haya surgido de la cabeza de algún ex servicio o policía que buscó
congraciarse con la familia Bussi", confió un funcionario judicial.
La fuente destacó además que, "aunque se investiguen otras hipótesis,
todas tienen un denominador común: el bussismo".
Courel coincide con esta
posibilidad, ya que el ataque se produjo un día antes de que se
trasladara a Buenos Aires para participar de la reunión de la comisión
parlamentaria que tiene a su cargo la determinación acerca de si se
permite o no el ingreso de Bussi a la Cámara baja (ver nota aparte).
Reconoció que "no es agradable vivir con estas presiones",
aunque adelantó que "nada va afectar mi conducta y mi participación
en el caso del pliego de Bussi".
En cuanto a las otras hipótesis
que maneja la Justicia tucumana, está aquella que sostiene que con este
ataque "se buscó quebrar el pacto de gobernabilidad" que existe
entre el gobernante Partido Justicialista y el sector que integran Courel,
Ascárate y el también diputado nacional Alfredo Neme Scheij. "Esta
hipótesis no es descabellada --reconoció Ascárate--, porque ahora nos
obliga a exigir la interpelación del ministro de Gobierno cuya actuación,
dicho sea de paso, dejó bastante que desear." La tercera hipótesis,
que también tiene punto de coincidencia con la anterior, es el
descabezamiento de toda la cúpula policial que estuvo relacionada con la
administración Bussi, y que realizó el gobernador Julio Miranda poco
después de asumir. Con todo, hasta ahora ningún grupo se atribuyó el
ataque.
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