Entre los proyectos de Educación para las universidades, los planes de aplicar un impuesto y evaluar a los graduados ya generan polémica. Aquí opinan autoridades y estudiantes.
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Los proyectos oficiales todavía
están en su etapa de gestación en las oficinas de Llach y de la Secretaría
de Educación Superior. En la comunidad universitaria, la idea de que los
egresados devuelvan algo a la sociedad que financió sus estudios encontró
muchas adhesiones. Aunque también generó muchos "peros" la
posibilidad de que sea a través de un impuesto. Justamente, el ministerio
está estudiando dos variantes del proyecto, y una es la aplicación de un
impuesto a los graduados. La otra habla de una contribución que podría o
no ser obligatoria, que alcanzaría a los egresados que por haber
estudiado reciben, de hecho, un beneficio económico, o que ponderaría
los ingresos de los graduados. "Se podría, por ejemplo, gravar lo
que se paga como matriculación en los colegios profesionales", apuntó
Pablo Javkin (Franja Morada), titular de la FUA. Junto con esas
alternativas, se analiza la posibilidad de que los graduados, así como
los estudiantes, realicen tareas o servicios sociales.
"Es un tema controvertido
--opinó Aníbal Franco, decano de la Facultad de Ciencias Veterinarias
(UBA), ajeno al sector más apegado al rector radical Oscar Shuberoff--.
Vivimos en un país que no garantiza el trabajo. Hay muchos egresados que
no están en condiciones de pagar un impuesto. Más aún los de las
ciencias humanas, donde es tan difícil ganarse la vida." Sin
embargo, matizó: "No me parece mal que quienes puedan lo
paguen". Más cercano al shuberoffismo, el decano de la Facultad de
Psicología, Raúl Courel, dijo que habiendo "ahora un gobierno que
defiende la educación pública, es necesario generar un profundo
debate". Y añadió: "La educación es un servicio que puede
considerarse como un pacto social. Hoy, como nunca en la historia, el
mundo se ha mercantilizado y se hace difícil sostener un pacto que no
tenga una traducción monetaria. La idea del impuesto es una expresión de
este clima. Al contrario, podría plantearse que es el Estado el que debe
pagar a los estudiantes para que estudien. Ese pacto social debe ser
ponderado, no todo es calculable en monedas", subrayó.
A favor de que la sociedad
reciba una retribución de quienes se benefician con la educación pública,
el rector de la Universidad de General Sarmiento, José Luis Coraggio
--que no integra el bloque de rectores radicales--, alertó: "No es
lo mismo un graduado que se dedica a un servicio no pecuniario y cobra un
salario mínimo, que otro que es un potencial rico por el capital cultural
que acuñó en la universidad --distinguió--. Si un arquitecto termina
manejando un taxi, no se le puede cobrar un impuesto por haber
estudiado." Y sugirió: "Con un sistema impositivo progresivo,
el que gana más contribuye con más impuestos. Esto es más equitativo
que los métodos ad hoc para resolver el financiamiento
universitario". Desde la conducción del movimiento estudiantil, Pablo Javkin dijo que el virtual aporte de los graduados debería usarse "para evitar la deserción de los alumnos por razones económicas y para mejorar las políticas de bienestar estudiantil, y no el financiamiento". Similar es la preocupación del gremio docente, que pretende que cualquier aporte extra que consiga el ministerio no deje de ser eso: extra. "Una contribución que se pida a los graduados no puede reemplazar al presupuesto", dijo Daniel Ricci, de la Federación Nacional de Docentes Universitarios (Conadu). Pero, para él, el problema de fondo es otro: "Primero habrá que discutir qué es lo que los graduados aportan hoy a la sociedad. Y si eso va a mejorar creando una nueva contribución. También hay que analizar si esa devolución no está incluida en los impuestos que pagan los profesionales". También advirtió: "Sería una barbaridad que un desocupado, los profesores universitarios o los médicos de los hospitales públicos tengan que pagar ese impuesto". Por eso, muchos impulsan otras alternativas. "Sería muy positivo que se aplique una devolución solidaria. Se podría hacer que los graduados den clases en la universidad o que trabajen en organizaciones sin fines de lucro", dijo el dirigente estudiantil Raúl Sánchez (MNR-Frepaso).
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