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Los universitarios abren el juego de la discusión con el Ministerio

Entre los proyectos de Educación para las universidades, los planes de aplicar un impuesto y evaluar a los graduados ya generan polémica. Aquí opinan autoridades y estudiantes.

El dirigente estudiantil Pablo Javkin (izq.) es uno de los que se está reuniendo con Llach (arriba) en busca de consenso.


Por Javier Lorca 
     y Cecilia Sosa

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Las propuestas de la Alianza ya generan disputas dentro de la comunidad universitaria. Mientras vuelven a las actividades después del receso de enero, los estudiantes, profesores y autoridades de la universidad pública empiezan a discutir los planes anunciados por el Ministerio de Educación durante las vacaciones. De los proyectos lanzados por el ministro Juan José Llach, el más polémico es el de sancionar una "ley de solidaridad intergeneracional" para que los graduados reintegren a la sociedad los servicios recibidos por la educación pública. Y, ahí nomás, lo sigue el plan para que el Estado evalúe a los graduados de las carreras de interés público, como Medicina e Ingeniería, entre otras (ver aparte). En diálogo con Página/12, los diferentes actores del sistema universitario abren el juego de los debates que prometen seguir.

  Los proyectos oficiales todavía están en su etapa de gestación en las oficinas de Llach y de la Secretaría de Educación Superior. En la comunidad universitaria, la idea de que los egresados devuelvan algo a la sociedad que financió sus estudios encontró muchas adhesiones. Aunque también generó muchos "peros" la posibilidad de que sea a través de un impuesto. Justamente, el ministerio está estudiando dos variantes del proyecto, y una es la aplicación de un impuesto a los graduados. La otra habla de una contribución que podría o no ser obligatoria, que alcanzaría a los egresados que por haber estudiado reciben, de hecho, un beneficio económico, o que ponderaría los ingresos de los graduados. "Se podría, por ejemplo, gravar lo que se paga como matriculación en los colegios profesionales", apuntó Pablo Javkin (Franja Morada), titular de la FUA. Junto con esas alternativas, se analiza la posibilidad de que los graduados, así como los estudiantes, realicen tareas o servicios sociales.

  "Es un tema controvertido --opinó Aníbal Franco, decano de la Facultad de Ciencias Veterinarias (UBA), ajeno al sector más apegado al rector radical Oscar Shuberoff--. Vivimos en un país que no garantiza el trabajo. Hay muchos egresados que no están en condiciones de pagar un impuesto. Más aún los de las ciencias humanas, donde es tan difícil ganarse la vida." Sin embargo, matizó: "No me parece mal que quienes puedan lo paguen". Más cercano al shuberoffismo, el decano de la Facultad de Psicología, Raúl Courel, dijo que habiendo "ahora un gobierno que defiende la educación pública, es necesario generar un profundo debate". Y añadió: "La educación es un servicio que puede considerarse como un pacto social. Hoy, como nunca en la historia, el mundo se ha mercantilizado y se hace difícil sostener un pacto que no tenga una traducción monetaria. La idea del impuesto es una expresión de este clima. Al contrario, podría plantearse que es el Estado el que debe pagar a los estudiantes para que estudien. Ese pacto social debe ser ponderado, no todo es calculable en monedas", subrayó.

  A favor de que la sociedad reciba una retribución de quienes se benefician con la educación pública, el rector de la Universidad de General Sarmiento, José Luis Coraggio --que no integra el bloque de rectores radicales--, alertó: "No es lo mismo un graduado que se dedica a un servicio no pecuniario y cobra un salario mínimo, que otro que es un potencial rico por el capital cultural que acuñó en la universidad --distinguió--. Si un arquitecto termina manejando un taxi, no se le puede cobrar un impuesto por haber estudiado." Y sugirió: "Con un sistema impositivo progresivo, el que gana más contribuye con más impuestos. Esto es más equitativo que los métodos ad hoc para resolver el financiamiento universitario".

  Desde la conducción del movimiento estudiantil, Pablo Javkin dijo que el virtual aporte de los graduados debería usarse "para evitar la deserción de los alumnos por razones económicas y para mejorar las políticas de bienestar estudiantil, y no el financiamiento". Similar es la preocupación del gremio docente, que pretende que cualquier aporte extra que consiga el ministerio no deje de ser eso: extra. "Una contribución que se pida a los graduados no puede reemplazar al presupuesto", dijo Daniel Ricci, de la Federación Nacional de Docentes Universitarios (Conadu). Pero, para él, el problema de fondo es otro: "Primero habrá que discutir qué es lo que los graduados aportan hoy a la sociedad. Y si eso va a mejorar creando una nueva contribución. También hay que analizar si esa devolución no está incluida en los impuestos que pagan los profesionales". También advirtió: "Sería una barbaridad que un desocupado, los profesores universitarios o los médicos de los hospitales públicos tengan que pagar ese impuesto". Por eso, muchos impulsan otras alternativas. "Sería muy positivo que se aplique una devolución solidaria. Se podría hacer que los graduados den clases en la universidad o que trabajen en organizaciones sin fines de lucro", dijo el dirigente estudiantil Raúl Sánchez (MNR-Frepaso).

 

La evaluación y el despropósito

  "Las más capacitadas para evaluar son las propias universidades. No se puede evaluar bien tomando sólo un examen. Hay que hacerlo a lo largo de toda una carrera", cuestionó Daniel Ricci (Conadu), en referencia a la otra propuesta del ministerio que despierta controversias: la evaluación estatal de los graduados. "La universidad tiene la obligación de otorgar títulos sólo a personas idóneas. Si no cumple, hay que ver por qué, no introducir un agente de control externo. Poner un examen es pensar en términos de mercado. Las universidades van a preocuparse por obtener buenos resultados para que no se reduzca su matrícula", dijo José Luis Coraggio, rector de la Universidad General Sarmiento. "No está mal que se evalúe --matizó Raúl Sánchez, del Frepaso--. Pero habrá que consensuar los criterios. Y las universidades no deben perder la facultad de otorgar el título habilitante. Sería dar un paso atrás", advirtió. Por su lado, el decano de Veterinarias propuso que "la evaluación sea integral y no caiga sólo sobre el graduado". Aníbal Franco también cuestionó que la evaluación comience por las denominadas carreras de "interés público" (Medicina, Arquitectura, Odontología). "Esa diferenciación es un despropósito. Todas las carreras pueden afectar el bien público", protestó. "Debe haber pocas carreras donde se hagan más evaluaciones que en Medicina, que es justo sobre la que se plantea la necesidad de evaluar", dijo Pablo Javkin (FUA).


Para el tiempo libre...(si queda)

Cursos. El Centro Cultural Rojas (UBA) ofrece cursos de verano en las áreas de teatro, artes visuales, culturas afroamericanas, tango y folklore, danzas, cine y video, letras, indumentaria. La inscripción cierra el martes 15. Informes: Corrientes 2038, 4954-5521 y 4954-5523.
Docentes. El Instituto Superior de Investigaciones Psicológicas inscribe  para sus cursos semipresenciales dirigidos a docentes, auspiciados por la Unesco. Informes: Viamonte 1716, piso 2º, of. 11, 4373-0604, de 15 a 19.
Física. Hasta el martes 22 se realiza en la Universidad Nacional del Nordeste el "Segundo instituto de verano sobre física molecular del Mercosur." Informes: (03783) 473931, interno 123; e-mail: [email protected]
Fotografía. La Universidad de Quilmes inscribe en sus talleres de fotografía de verano (de retrato o paisaje) y en el foro gratuito de análisis fotográfico. Informes: Roque Sáenz Peña 180 (Bernal), 4365-7168.
Conferencias. Hoy, a las 18.30 habrá una charla gratuita sobre "Principios básicos de códigos autocorrectores", en la Facultad de Ciencia y Tecnología de la Universidad de Palermo. Inscripción: 4963-1180, interno 1165.
Virtual.
El sitio de Internet Contenidos.com, dedicado a la educación, ofrece on-line talleres de cuento, de animación y de portugués.

 

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