|
Cuestionada por sus críticos más severos como un "espacio sin memoria", Potsdamer Platz supo ser uno de los centros más activos de la ciudad hasta que los bombardeos durante la Segunda Guerra Mundial y luego el levantamiento del Muro convirtieron la zona en una tierra yerma, vacía. Después de la reunificación de las Alemanias, ese fue el "botín" por el que pelearon algunas de las principales corporaciones internacionales -�Sony, Mercedes Benz, entre otras--, donde erigieron desde la nada inmensos edificios de vidrio y neón, un ostentoso shopping center al mejor estilo estadounidense y el flamante Berlinale Palast, que junto con el modernísimo complejo de salas CinemaXX albergará, a partir de hoy y hasta el domingo 20, a las 300 películas y los más de 3000 periodistas que se han dado cita en el festival.
La vuelta de Wenders a
la competencia de la Berlinale es vista por las autoridades del festival
�-encabezadas por su eterno director, Moritz de Hadeln�- como el
regreso del hijo pródigo. La nueva película del director de Las alas del
deseo, sin embargo, fue rodada en Los Angeles, con Mel Gibson como
protagonista y a partir de una idea argumental de Bono, el líder del
grupo U2, que desde hace años es amigo personal de Wenders. Los alemanes
también tendrán en competencia otros dos films de sendos representantes
de lo que alguna vez, allá por los años '70, se llamó "nuevo cine
alemán". El realizador de El tambor, Volker Schlöndorff, presentará
Las leyendas de Rita, la historia de una mujer, miembro prominente de la
ex Alemania oriental, que después de la caída del Muro debe afrontar la
nueva realidad. Y Rudolf Thome, menos conocido fuera de Europa, pondrá en
pantalla Paradiso, que promete ser uno de sus habituales diálogos socráticos
entre personajes de la alta burguesía.
Como siempre,
Hollywood tiene en la Berlinale una presencia importante, por un doble
motivo. A las autoridades del festival les sirve para llenar su álbum de
estrellas y a los grandes estudios estadounidenses para utilizar la
muestra como plataforma de lanzamiento de sus estrenos en la temporada
europea invierno-primavera. Es así como estarán Leo DiCaprio y el
director Danny Trainspotting Boyle presentando La playa, sobre la novela
de Alex Garland. El checo Milos Forman (largamente radicado en Hollywood)
traerá Hombre en la luna, su retrato del famoso comediante Andy Kaufman,
interpretado por Jim Carrey, en un personaje que le valió el mes pasado
en Los Angeles el Globo de Oro al mejor actor de comedia. Por su parte,
Norman Jewison, junto a su protagonista, Denzel Washington, llega a Berlín
con Huracán, la historia de otro personaje de la cultura popular
estadounidense, el boxeador negro Rubin "Hurricane" Carter, que
fue víctima del racismo y cuyo caso se hizo célebre a partir de una
canción que le dedicó Bob Dylan. El controvertido Oliver Stone, por su
parte, acerca Un domingo cualquiera, protagonizada por Al Pacino, la
historia de un entrenador de fútbol americano escindido entre el
idealismo y el dinero.
Fuera del planeta
Hollywood, la competencia tendrá seguramente puntos altos en la
representación francesa, con Amame, de Laëtitia Masson, y Gotas de
lluvia sobre piedras ardientes, de François Ozon, ambos revelaciones
recientes de Cannes. A ellos se suma el veterano Claude Miller con La
habitación de las magas, rodada en el nuevo formato de moda, el video
digital, luego transferido a película 35mm., como hicieron los daneses
del Dogma. Finalmente, no se puede dejar de destacar la presencia en
competición del chino Zhang Yimou con El camino a casa, la película con
la que el director de Sorgo rojo (revelada aquí en Berlín una década
atrás) intentará reconquistar el corazón de quien fuera su actriz
fetiche, Gong Li, que ahora encabeza el jurado oficial de la Berlinale,
integrado entre otros por la actriz española Marisa Paredes, el
realizador brasileño Walter Estación central Salles y el veterano
director polaco Andrzej Wajda.
|