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Para colmo, el organismo del
realizador de E.T., Tiburón y Jurassic
Park no tuvo la delicadeza de exteriorizar con tiempo los síntomas de su
enfermedad, con lo
cual muchos proyectos se encaminaron alegremente, confiados en la salud
eterna de Spielberg. Según confirmó Marvin Levy, portavoz del realizador
de 53 años, a Spielberg le extirparon uno de sus riñones debido a una
"irregularidad" que le detectaron durante un chequeo de rutina.
La expresión "irregularidad" alarmó a la industria, ya que
Levy tardó en aclarar si esa anomalía era cancerígena o no. Su vocero
trató de tranquilizar a los más preocupados: "Está muy bien. Estoy
en contacto con él". Pero realmente comenzó a neutralizar la
inquietud generalizada cuando anticipó que Spielberg "regresará
pronto al trabajo. Está estudiando varios guiones y proyectos".
En rigor, hace dos años que el
multimillonario empresario está estudiando variantes y posibilidades. Su
última película, Saving Private Ryan, recaudó 450 millones de dólares
(una bicoca frente a los 2 mil millones que embolsó Jurassic Park) en
todo el mundo, y obtuvo cinco premios Oscar, entre ellos el de mejor
director. La proyección de estas cifras puede haber influido en los
incontables mensajes de "pronto restablecimiento" que recibió
Spielberg en los últimos días. Tantos como proyectos fílmicos se
barajan en la factoría de Hollywood. Entre ellos está The Sorcerer's
Stone, el primer libro de aventuras de Harry Potter. Los estudios Warner
apuestan todas sus fichas a este emprendimiento y aseguran que sólo
Steven puede llevarlo a cabo con posibilidades de éxito. No porque no
existan otros directores confiables sino porque son conscientes de que
"la marca Spielberg", igual que Disney, garantiza una
rentabilidad imposible de igualar por otro realizador.
El hombre llevaba también
muchos meses apoyando logísticamente la realización de Memoirs of a
Geisha, para la que ha escogido como actriz principal a la bailarina Rika
Okamoto. Y otros proyectos esperaban con ansiedad su bendición: entre
ellos AI, una historia sobre inteligencia artificial que había fascinado
tanto a Stanley Kubrick que no tenía suficiente dinero ni tecnología
para concretarlo. Y de eso le sobra a Spielberg. O un film basado en el
premio Pulitzer Lindbergh, u otro que recrearía la novela romántica If
Only Were True, o Minority Report, película basada en un cuento de
Phillip K. Dick, con Tom Cruise como estrella. El poder de Spielberg es
tan grande que si no logran convencerlo de que lo dirija, este film podría
naufragar, y se comenta que Cruise ya anda pensando en otro proyecto.
Mientras tanto, Spielberg descansa en su casa de Los Angeles junto a su
familia. Deberá apurar su convalecencia: no sea cosa que los muchachos de
Hollywood se pongan nerviosos y le manden a Indiana Jones.
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