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LA PASION POR LO RETRO, UNA TENDENCIA EN ALZA
"La tele cambió... para peor"

De Miguel conserva colecciones completas de objetos televisivos

Esteban De Miguel es uno de los padres de  "Planeta TV", una revista que intenta captar el público de señales como Volver y Uniseries.


Por Roque Casciero
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Pepe Biondi, Batman, Alberto Olmedo, "Brigada A", "Titanes en el ring", Gaby, Fofó y Miliki, "Mister Ed", Santiago Bal, Los Parchís, "Ally McBeal" y "That 70's Show", entre otros, son los protagonistas de Planeta Televisión, una revista hecha por dos "hijos de la tevé, pero mal", según su propia definición. Esos muchachos que crecieron tomando Nutri Superhijitus y jugando al Tope y Quartet se llaman Esteban Farfán y Esteban De Miguel. Se conocieron cuando producían los espectáculos de la Operación Fideos Con Manteca, precursores --si cabe el término-- en esto de mirar hacia el pasado con nostalgia y generar un espectáculo con el retro. Farfán y De Miguel se hicieron amigos y descubrieron que ambos conservan colecciones importantes de juguetes, figuritas y demás objetos con sabor a infancia. Luego se retiraron de los Fideos y empezaron a pensar en una revista que hablara de todo eso que tanto los apasionaba. Entonces apareció una editorial (Bates Motel, que publica La cosa) y el sueño del pibe de los dos Esteban se hizo realidad. "Queríamos hacer una revista que fuera cincuenta por ciento nostalgia y cincuenta por ciento actualidad, pero nos dimos cuenta de que no llegamos a la mitad de actualidad porque la tevé de hoy nos gusta poco y nada", reconoce De Miguel.

  Planeta Televisión ya va por su número cuatro, siempre con secciones llamadas como viejos programas de tevé: "El contra", "La gran ocasión", "Música prohibida para mayores", "Momento de meditación". Ahora, con la colaboración del coleccionista Fernando Peña, la revista organiza el ciclo mensual Veladas Paquetas, en el que se pueden ver (en copias originales en fílmico) las cámaras ocultas de Nicolás "Pipo" Mancera, programas de Tato Bores de 1962, "Viendo a Biondi" y "Astroboy". El próximo encuentro es el viernes 18 a la medianoche, en el cine Atlas Recoleta.

  --¿Cómo fue que Farfán y usted empezaron a coleccionar cosas relacionadas con la televisión?

  --Es muy simple: nunca tiramos. Bah, hemos perdido cosas por mudanzas y eso, pero más de la mitad de lo que tenemos son cosas que conservamos de la época en que salieron. Y después nos fueron regalando más... Nunca pensamos que podíamos llegar a hacer una revista. Lo que conservo son los juguetes que amaba y jamás hubiera permitido que alguien me los tirara. Hoy, a poco de cumplir 30 años, reviso lo que tengo y lo disfruto un montón. Mi colección es el lugar principal de mi casa. Está en un placard cerrado con llave al que sólo yo accedo. Y me puedo pasar un par de horas viendo figuritas, me cuelgo mal. No es que vivo en aquella época, pero fue un tiempo en el que fui muy feliz, la tele me vendió mucho ídolo, mucha fantasía. Y veo que hoy eso no pasa, no hay referencias fuertes como lo eran Carlitos Balá, los Titanes...

  --¿Cambió la televisión o cambió usted?

  --Cuando veo un video de "Titanes en el ring" lo disfruto igual. Obviamente, después no voy a agarrarme con un amigo como lo hacía cuando era chico. Sí, yo soy otro, pero la tele también cambió. Y para peor. Hoy no hay humor en la tele. El que quedó es el de "Petardos" y esa fórmula ya fue hecha mejor cuando yo era chico, porque estaban Olmedo, Porcel... Hace poco entrevistamos a César Bertrand y nos decía: "¿Cómo me va a hacer reír Emilio Disi, si lo más divertido que tuvo en su vida fue Dorys del Valle?".

  --Cualquiera que los haya visto sabe que no era lo mismo el Capitán Piluso que Carlitos Scazziotta. Sin embargo, la mirada nostálgica a veces lleva a que se los iguale.

  --Posiblemente sea un error nuestro. Tenemos especial debilidad por los segundos como Bertrand o Délfor Medina. Tal vez, como hace mucho que no aparecen, nosotros los sobredimensionamos.

  --¿Farfán y usted viven de lo que ganan con la revista?

  --No, no da para tanto, aunque nos dedicamos a full. El trabaja haciendo dibujos animados y yo me hice echar de mi laburo, así que estoy tirando con la indemnización. A los 29, me pareció que era la última oportunidad de hacer lo que realmente me gustaba, antes de subirme a un taxi hasta morir.

 

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