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Por Felipe Yapur Mal año para ser dictador y aspirar a ser legislador, parece ser la frase que predice el futuro de Antonio Domingo Bussi. Prácticamente sin posibilidades de acceder a la banca de diputado nacional por inhabilidad moral, el ex gobernador de Tucumán aspira a ocupar la poltrona de senador nacional que pertenecía a su fallecido colaborador, Carlos Almirón. Pero todo indica que no podrá alcanzar los fueros parlamentarios que tanto necesita para zafar de los varios juicios que pesan en su contra por enriquecimiento ilícito, apropiación de menores y genocidio. Lo que sucede es que el PJ y la Alianza tucumana acordaron que la preciada banca recaiga en un radical que, si los acuerdos se respetan, la próxima semana presentará su pliego en la Cámara alta. El radical en cuestión es el abogado Miguel Mibelli, quien ya fue diputado provincial entre 1983 y 1987, y que cultiva una estrecha amistad con el actual gobernador, el justicialista Julio Miranda. Justamente, esta amistad es lo que le permitirá a Mibelli tener vía libre hacia el Senado nacional. El argumento que justifica que la banca le corresponde a un radical y por lo tanto no puede continuar en manos del bussismo es que en la actualidad el partido de Bussi es la tercera minoría en la Legislatura provincial. Como la Alianza es la segunda fuerza, le corresponde el senador por la minoría. Para alcanzar esto, es preciso que la Cámara tucumana apruebe los pliegos del senador. Una alta fuente de la casa de gobierno tucumana confió a este diario que Miranda le aseguró al radicalismo los votos justicialistas en la Legislatura. �Mibelli tiene todo asegurado desde el PJ. Sólo resta que la UCR lo apoye�, indicó la fuente en referencia a la feroz interna que vive desde hace tiempo el radicalismo tucumano. Un ejemplo de ello se vivió ayer en la sede del partido, cuando por dos votos el abogado no consiguió la nominación como senador. Sin embargo, Mibelli dijo a Página/12, que �es sólo cuestión de tiempo. La semana que viene Tucumán tiene nuevo senador�.La confianza del dirigente radical se basa en el pacto de convivencia que Miranda mantiene con el Ateneo de la Libertad, el sector que lidera el diputado nacional Alfredo Neme Scheij. Justamente, éste era quien hasta hace poco tiempo solía decir en estricto off the record que �la banca de senador podía seguir siendo del bussismo, pero nunca de Bussi�. Sin embargo, ahora parece que los vientos han cambiado de rumbo. Varios representantes del Ateneo, como el diputado Carlos Courel, quien sufrió un atentado el pasado domingo y que presentó una de las impugnaciones al pliego de diputado de Bussi, ya no piensa como antes y cree que �será un radical que designe el partido�.Aunque Bussi está al tanto de todo, ya no tiene ni los votos ni la fuerza para frenar el acuerdo PJ-Alianza. En la Legislatura tucumana el bloque de Fuerza Republicana está dividido y apenas 4 de sus 7 legisladores responden a las órdenes del anciano general. Después de que falleciera el senador Almirón, el quince de diciembre, el militar y su hijo, el diputado Ricardo Bussi, conversaron con senadores justicialistas, como Jorge Yoma, para garantizar un acceso a la Cámara alta lo menos traumático posible. Pero no tuvieron suerte. Los justicialistas le cerraron las puertas en sus narices y de nada le valieron a Bussi los cuatro años de haber sido un fiel soldado de la causa menemista.
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