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Por Fernando Cibeira Para todo el mundo civilizado, el avance del líder neonazi austríaco Joerg Haider fue una desgracia. Estados Unidos lo acaba de considerar �repugnante�, mientras que los países de la Unión Europea estudian aplicar sanciones concretas al régimen de Viena como señal de repudio al llamado �Hitler de la Carintia�. Pero siempre hay una excepción: para el embajador argentino en Austria, Juan Carlos Kreckler, Haider no sólo no es �un político extremista ni neonazi� sino que se está en presencia de �un demócrata�. Según el embajador, la repercusión que había alcanzado su figura se debía sólo a que �la prensa exagera�. Kreckler envió su información mediante un cable con categoría de �reservado� el 6 de octubre último, cuando el notable ascenso electoral de Haider en las elecciones provocó las primeras reacciones internacionales. Cuando aquí aún faltaba poco más de 20 días para los comicios presidenciales de octubre, el jefe del ultraderechista Partido Libre (FPO) había alcanzado un sorpresivo segundo puesto cosechando casi el 30 por ciento de los votos, amenazando con lo que recién concretaría a principios de febrero del 2000: su llegada al gobierno formando una alianza con los conservadores. Ya en octubre la cosecha de Haider generó un inmediato impacto. Las comunidades judías de todo el mundo organizaron manifestaciones de repudio y el Estado de Israel anticipó que estudiaría la ruptura de relaciones con Austria en caso de que Haider o su partido llegaran al poder. Para respaldar su afirmación sobre la falta de peligrosidad de Haider, el diplomático argentino aseguró que: * �Haider es un demócrata que jamás dijo buscar un cambio de sistema en Austria, como la formación de un Estado corporativo o la existencia de un partido único�. * �Desde marzo de 1999 es gobernador de la provincia de Carintia, sin que hasta la fecha haya tomado decisiones controvertidas ni haya habido menor atisbo de escándalo en ese sentido�. * �En la campaña electoral el FPO no propuso cuestión extremista alguna�. * �Los políticos de otros partidos y sus más acérrimos opositores coinciden en señalar que Haider no es un neonazi ni un extremista�. Por eso, para Kreckler, toda �la propaganda en contra� de Haider se basa en un comentario tomado �fuera de contexto� de 1991 y que le costó al líder neonazi abandonar su primera gobernación de Carintia, conseguida en 1989. En aquellas frases �fuera de contexto�, Haider elogió la política laboral de Hitler, calificó como �víctimas� a los veteranos nazis de las SS y redenominó como �campos disciplinarios� a los campos de concentración en los que fueron exterminados seis millones de judíos durante el Tercer Reich. En otro contexto, Haider es hijo de un zapatero que formó parte de las SS y de una ama de casa que fue miembro de las organizaciones nazis. Además, pese a las consideraciones del embajador Keckler, durante la campaña electoral Haider propuso cerrar las fronteras a la inmigración porque considera a Austria �inundada� de extranjeros. También habló de la creación de escuelas separadas para los inmigrantes. Pese a todo, el embajador en Viena concluyó el informe opinando que �la prensa exagera enormemente el �fenómeno Haider�, atribuyéndole un extremismo que no tiene. Si bien el líder del FPO y su partido son de derecha, no presentan características que justifiquen la actual repercusión internacional�. El cable de Kreckler mereció un pedido de informe del senador radical Luis Molinari Romero para que el Poder Ejecutivo responda a través de Cancillería si efectivamente existe un cable con un contenido como el detallado y si ha habido otras comunicaciones similares. Además, Molinari Romero pregunta �qué medidas adoptará la Cancillería para asegurar que el representante argentino en Austria exprese la opinión del gobiernonacional sobre el regreso al poder de un grupo de ultraderecha como el liderado por el Sr. Haider�. Kreckler es diplomático de carrera. Entre el �91 y el �93 fue director de Ceremonial de Cancillería, un puesto desde donde recorrió mundo con el ex presidente Carlos Menem. Luego se desempeñó como cónsul en Miami hasta llegar a su destino actual en la ciudad de los Habsburgo. Su padre es un diplomático retirado y uno de sus hermanos, el actual cónsul en Los Angeles, Luis María Kreckler, supo hacerle algunos favores extra función al menemismo. Por ejemplo, actuó de celestina en la relación que tejieron el líder anticastrista cubano Jorge Mas Canosa y el ex jefe de la SIDE Juan Bautista �Tata� Yofre. Cuando era su segundo en la embajada argentina en Panamá, Kreckler presentó a Mas Canosa y Yofre después de convencer al argentino de que el entonces presidente de la Fundación Cubano Americana era clave para llegar al círculo íntimo de George Bush. El cable del embajador fue leído por un mínimo de 23 organismos de la Cancillería. Enviado originalmente a la Dirección de Europa Occidental, recibieron copias, por ejemplo, el canciller, el gabinete del canciller y las embajadas argentinas en Estados Unidos, Alemania, Italia, Hungría, el Reino Unido y Francia. No hay duda de que el mensaje refleja la opinión personal de Kreckler, quien no encargó el trabajo a ningún subordinado de la embajada en Viena. El cable indica claramente que él mismo es autor y firmante. Solo recurrió a una tipeadora que luego se encargó de enviar el texto, como surge del mismo cable. En los fundamentos de su pedido de informes, el senador Molinari Romero dijo que �llaman la atención� los análisis de Kreckler. El legislador los comparó con declaraciones de De la Rúa en las que �ha instado a sus pares del Mercosur para que emitan una declaración conjunta al respecto�. Molinari recordó que �el Presidente ha manifestado el firme compromiso del gobierno argentino en la defensa de la democracia como una forma de vida que parte del respeto del ser humano y no como una mera fórmula matemática para contar votos y legalizar cualquier aberración que pueda conducir -como sucedió en el pasado� a la propia destrucción de la democracia y al avasallamiento de los valores en que se asienta�.
�Nosotros desde un principio hemos evaluado todas las posibilidades, y se siguen evaluando�, dijo ayer el canciller Adalberto Rodríguez Giavarini en Washington, tras su primera reunión con la secretaria de Estado Madeleine Albright. Un periodista acababa de preguntarle si el Gobierno retirará al embajador en Austria como señal de repudio al liderazgo de Joerg Haider. CLAVES DE LA COMPLEJA REALIDAD POLITICA AUSTRIACA Por Claudio Uriarte
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