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Por Cristian Alarcón La chicharra que convoca a los diputados bonaerenses a sesionar sonaba anoche, pasadas las once, por enésima vez en el día, para tratar el aumento de poderes de la policía auspiciado por el gobernador Carlos Ruckauf. Mientras tanto, los legisladores se reunían ultimando la letra chica de un acuerdo global al que habían llegado durante la jornada la Alianza y el PJ, aunque con alguna diferencia en cuanto al permiso para que la policía interrogara a detenidos. La Alianza, que acuerda con las limitación de las excarcelaciones, ahora coincide también en autorizar a la policía en realizar requisas y operativos de control masivo previo aviso al fiscal de turno y al juez de Garantías. En lo que no se logró coincidir con el PJ fue en la idea de Ruckauf de que la policía interrogue en la comisaría al margen de los fiscales. Por la tarde, la Alianza admitía que, si bien no cedería ante los interrogatorios �prohibiéndolos específicamente en la ley�, permitiría a los policías averiguar �mínimos datos en el lugar del hecho�. Un cálido viento conciliador animó ayer las negociaciones en torno del proyecto del Ruckauf, mucho más después de que el gobernador y el presidente Fernando de la Rúa se tiraran flores en público tras el almuerzo frugal que compartieron con las autoridades de los bloques encargados de las negociaciones. Ya el martes, en la audiencia pública donde se discutió el tema, el ministro de Justicia, Jorge Casanovas, sugirió que quizá todos �Alianza y PJ� estaban de acuerdo, sólo que no se habían dado cuenta. En el encuentro, Ruckauf se mostró conciliador: estuvo finalmente a favor de un tratamiento de los temas de Estado como seguridad y justicia en un ámbito multidisciplinario en el que participen, como ocurrió en la audiencia, desde jueces hasta académicos, después de haber usado los tópicos habituales en sus discursos contra los aliancistas, especialmente el Frepaso. Ayer, cuando se encontró con el vicepresidente 1º de la Cámara, Alejandro Mosquera, al verlo le jugó una de esas que solía hacerle Andy Kusnetzoff. �Ahí viene mi adversario�, le lanzó, palmeándolo saltarín como un colegial cualquiera, pero con su famosa sonrisa. Los presentes en el almuerzo cuentan que le dio el pie perfecto De la Rúa para decir en la mesa �más tarde fue en la conferencia de prensa� que quedó demostrado que la Alianza no está a favor de los delincuentes. Ayer, en el interior de los bloques aliancistas se festejaba el acuerdo, que aún con dificultades todos consideraban global. �Está claro que la intención es que salga la ley y va a salir�, repetían ayer los voceros, mientras unos consideran zanjada la cuestión y otros hablaban de �matices�. Como prueba de los acercamientos, los aliancistas lucían la venia de Ruckauf a la convención interparlamentaria sobre seguridad y justicia a la que prometió elevar el resto de su propuesta de mano dura. La formación de esa comisión incluye a los hombres de la Justicia que el martes sirvieron para golpear duro la idea de dar aire a la policía. Esto es interpretado por los optimistas como una inflexión del peronismo después de la batalla perdida el martes. En el artículo redactado por el PJ sobre la reimposición de la vieja práctica de �interrogar� se habilita a la policía a hacerlo, aunque no indagatoriamente y sin incluir lo declarado en la causa judicial. En seguida aclara que podrá hacerlo �sin perjuicio del examen posterior de las declaraciones testimoniales de los agentes que hagan preguntas�. La Alianza no se apartaba de un texto en el que se dice que a los policías les está expresamente �prohibido interrogar al presunto imputado bajo sanción de nulidad, permitiéndole recoger del aprehendido indicaciones o informaciones útiles a los fines de investigación�. Mientras eso ocurra �sobre el lugar o inmediación de donde se produjo el hecho inmediatamente después de lo sucedido�. El texto en el que explica las limitaciones para permitir recabar datos �tiene su raíz en lo que plantea el código italiano�, contó ayer Mosquera. Por la noche se olía un canje de oracionesentre peronistas y aliancistas: mientras que el PJ parecía resignarse a que las preguntas policiales sean hechas en el lugar de los hechos y no en las comisarías, la Alianza pensaba resignar la frase de su proyecto en la que se puntualiza que �las informaciones recogidas no serán oponibles al presunto imputado�.
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