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DE LA RUA Y RUCKAUF SE REUNIERON EN LA CASA DE GOBIERNO PROVINCIAL
La foto de un matrimonio de conveniencia 

Compartieron un amigable almuerzo en el que también estuvieron cuatro ministros del gabinete nacional y Solá. Dejaron claro que no tienen �pactos� ni una relación de toma y daca. Pero ambos tienen motivos para tratarse así.


Carlos Ruckauf y Fernando de la Rúa en su primer encuentro con el bonaerense jugando de local.
Ruckauf se refirió a De la Rúa como �querido amigo� o, más campechanamente, como �Fernando�.

 
Por José Natanson 
y Felipe Yapur

t.gif (862 bytes) Se saludaron con un abrazo. Se sentaron uno al lado del otro en el Salón de Música de la gobernación bonaerense. Compartieron el vino y una charla distendida en la que se tutearon. Fernando de la Rúa y Carlos Ruckauf se prodigaron elogios, coincidieron en temas como la necesidad de generar una baja de tarifas y festejaron el ingreso de la provincia de Buenos Aires al Consejo de Seguridad. Aunque insistieron en aclarar que lo de ayer no fue un �pacto� o un �toma y daca�, lo cierto es que la reunión en La Plata fue la traducción pública de un acercamiento concreto: los dos dirigentes con mejor imagen del país cuentan con razones políticas de peso para el acuerdo implícito que �hasta ahora� los mantiene unidos como si fueran amigos de toda la vida. 
La reunión fue acordada un par de semanas atrás en uno de los diálogos telefónicos que mantienen casi a diario De la Rúa y Ruckauf. Poco después del mediodía, el Presidente subió a un helicóptero en la Casa Rosada, acompañado por Jorge de la Rúa, Darío Lopérfido, Nicolás Gallo, Federico Storani y Graciela Fernández Meijide (ver aparte). Ruckauf los recibió bajo el sol tremendo del mediodía en una base militar. De allí se trasladaron hasta la Casa de Gobierno provincial, en donde aguardaban Felipe Solá y algunos ministros provinciales.
Ruckauf sobreactuó su rol de anfitrión. Saludó a De la Rúa con un abrazo y se deshizo en elogios al Presidente, al que se refirió más tarde como su �querido amigo� o, directamente, �Fernando�. Los gestos amigables del gobernador llegaron al clímax cuando saludó al frepasista Alejandro Mosquera, con el que se ha cruzado fuertemente en el pasado. �¿Cómo está mi adversario? Con Alejandro siempre espadeamos, nos peleamos un poco�, explicó Ruckauf a De la Rúa.
Almorzaron en el Salón de Música y repasaron varios temas. No hubo acuerdos concretos, pero lamentaron los precios de algunas tarifas �mencionaron las de trenes y peajes� y se comprometieron a realizar �esfuerzos� para generar una baja. El Presidente felicitó al gobernador por su decisión de incorporarse al Consejo de Seguridad, en donde se coordinan las distintas policías provinciales. �De la Sota también se decidió�, aseguró Ruckauf, y explicó que el cordobés mandó un proyecto a la Legislatura para que su provincia se sume al organismo. Promediando el almuerzo, mientras los mozos retiraban los restos de crêpes de espinacas con coulis de tomates, Graciela Fernández Meijide explicó la idea de unificar los planes alimentarios de la Nación y Buenos Aires. 
La conferencia de prensa conjunta comenzó luego de una reunión con intendentes y legisladores. �No hay ningún pacto. Ruckauf apoya al Gobierno cuando algo le parece sensato�, señaló De la Rúa ante la primera pregunta. �Acá no hay toma y daca o una actitud de permuta�, completó el gobernador. Y señaló que la discusión por la reforma a las leyes bonaerenses, un tema que generó encontronazos con la Alianza, fue excluido del encuentro. 
�No hay que pensar mal cuando dos estadistas se juntan para que los ciudadanos puedan vivir mejor� fue la �inmodesta� frase que eligió Ruckauf para desmentir la existencia de un pacto con el gobierno nacional. De todas formas, más allá de las declaraciones del gobernador, lo cierto es que los dos protagonistas del encuentro de ayer tienen motivos de sobra para un entendimiento político.
Las razones de De la Rúa
El Presidente ya se había reunido en dos oportunidades a solas con Ruckauf: antes de la asunción y el 17 de diciembre, cuando el gobernador respaldó la decisión de intervenir Corrientes. En cambio, De la Rúa se encontró una sola vez con Carlos Menem, el jefe formal del justicialismo, al que trató con distancia y frialdad. La estrategia tiene una explicación: a pesar del categórico triunfo de octubre y de la excelente imagen de la Alianza, el PJ controla las tres gobernaciones másimportantes, el Senado y algunos resortes claves de la Justicia. En este marco de debilidad institucional, De la Rúa ha decidido priorizar el diálogo con los jefes territoriales más importantes del peronismo: José Manuel de la Sota, Carlos Reutemann y especialmente Ruckauf. 
El acercamiento tuvo efectos concretos. Ruckauf respaldó al Gobierno en las fatigosas negociaciones por la sanción del Presupuesto y pidió a los legisladores del PJ que aprueben las leyes giradas por Ejecutivo: el Pacto Fiscal, el paquete impositivo y las reformas al Código Penal. Colaboró con De la Rúa y se reunió con Adalberto Rodríguez Giavarini para apoyar las negociaciones con Brasil por el régimen automotor. Y, contra la opinión de los sectores sindicales de su partido, pidió públicamente un consenso para que el Congreso sancionara la ley de Reforma Laboral.
Los operadores de la Alianza sostienen que el espíritu de colaboración es similar al que desplegó Carlos Menem con Raúl Alfonsín en la primera etapa de la gestión radical. Y aseguran que durará hasta que se desate la pelea por la candidatura presidencial del PJ. �Ahora juega con nosotros porque la gestión de la Alianza tiene buena imagen y porque sabe que no hay espacio para el obstruccionismo. Pero es probable que la actitud cambie cuando el Gobierno empiece a desgastarse, cuando se desate la carrera por ver quién se diferencia más. No creo que le cueste mucho: tres meses atrás nos catalogaba de marxistas�, explicó a Página/12 uno de los principales asesores de De la Rúa.


Las razones de Ruckauf

Los asesores de Ruckauf también estaban de parabienes. Se congratulaban explicando que el traslado del Presidente a La Plata fue una clara devolución de favores adeudados. El gobernador bonaerense se esmera mucho por ser un opositor contemporizador. Y no lo hace por pura buena voluntad. También para dejar bien claro que él es uno de los referentes de la oposición. Y un almuerzo como el de ayer le viene como anillo al dedo porque deja a Carlos Menem y hasta a Eduardo Duhalde en la vereda del justicialismo beligerante. Mientras él, mostrándose como un �estadista�, pica primero en la carrera presidencial. Esto le sirve también, según sus operadores, para legitimarse partidariamente y generar la estructura territorial que necesita. 
El avance sobre el territorio es una obsesión para hombres como el ministro de Gobierno, Raúl Othacehé o al vicepresidente de la Cámara de Diputados provinciales, Osvaldo Mércuri. Ambos insisten en la necesidad de generar una línea interna que le permita a Ruckauf sentar las bases de la candidatura presidencial de Ruckauf y a ellos mismos pelear por la sucesión provincial. 
Según los hombres del gobernador de la sonrisa perenne, la cordial reunión servirá también como mensaje para que la oposición aliancista en las cámaras bonaerenses baje los decibeles y termine acompañando alguna de las iniciativas del PJ, como es la reforma judicial. Si es así, los justicialistas creen que les alcanzará para pelear en el 2001 con el fin de recuperar al menos una de las cámaras legislativas, hoy en manos de la oposición.

 

La paz sea con vosotros

Tres meses atrás la tildaba de �atea�, �marxista� y �anticristiana�. Ayer la recibió junto a Fernando de la Rúa en la sede de la Gobernación bonaerense. Pero, más allá del entendimiento entre el Presidente y el gobernador, lo cierto es que Carlos Ruckauf y Graciela Fernández Meijide se trataron de manera estrictamente formal. Según uno de los dirigentes que participaron del encuentro, el gobernador dejó de lado los abrazos y los modales ampulosos que desplegó ante el resto de los visitantes y trató a la ministra de Desarrollo Social con cierta distancia. La que se ocupó de que Graciela se sintiera cómoda fue la mujer de Ruckauf, María Isabel Zapatero: saludó a la funcionaria con un beso, la tomó del brazo, la sentó cerca suyo y se esforzó en sacar los temas sociales. La frepasista trataba de olvidar los ataques del pasado. �Voy a dialogar siempre, con quien sea, porque se trata de buscar consensos. El Ministerio de Desarrollo Social va a implementar planes en conjunto con la provincia�, explicó Graciela antes de subirse al helicóptero que la trasladó a visitar a su ex adversario.

 

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