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Por Irina Hauser ![]() El bibliotecario Miguel Agnese detalló lo sucedido en una nota dirigida al secretario del Colegio. Contó que, después de que la ex jueza revisara y devolviera dos libros que había solicitado, se le acercó otra abogada que estaba en el lugar para comentarle con preocupación que había visto a la mujer �arrancando hojas de un libro�. Al comprobar que efectivamente faltaban las páginas 481 a 612 del libro Procedimiento sucesorio, de Héctor Roberto Goyena Copello, y después de avisar a vigilancia que no la dejara salir del edificio, él mismo alcanzó a Rogovsky Tapia en la planta baja. �Me dirigí a la misma requiriéndole que reintegrara las páginas del libro que había `retirado�. Después de alguna demora (ella fue hasta el baño), la Dra. Rogovsky Tapia salió y me entregó la parte del libro arrancada.� El episodio terminó cuando Agnese la apercibió y la ex magistrada se retiró �incómoda�. La denuncia quedó a consideración del tribunal de disciplina, que deberá evaluar si se violó el código de ética. La asesoría letrada del Colegio también la examinó y dictaminó que existió tentativa de hurto. �Esta semana haremos la denuncia penal�, anunció el presidente en ejercicio del Colegio de Abogados, Angel Bruno. �Una de las cuestiones que habrá que verificar es si rompió o no el libro, porque tal vez lo que se llevó es una suerte de cuadernillo separable. Esto cambiaría la calificación del delito: si arrancó las hojas habría robo, si no hurto�. �Probablemente se llevó las hojas para copiar un procedimiento, lo extraño es que no se haya cuidado. Podría haber tomado nota, por ejemplo, que es lo que hacen los matriculados cuando vienen a consultar libros a la biblioteca�, agregó Bruno. Rogovsky Tapia se graduó en 1987. En 1993, cuando tenía sólo 29 años, los senadores peronistas dieron su acuerdo para que se hiciera cargo del juzgado número 39. Al parecer, como único antecedente tenía el de haber sido empleada contratada en el fuero laboral. Dos años más tarde fue denunciada por el abogado Daniel Salaberry, quien, con grabaciones en mano, aseguró que la entonces magistrada y su madre le habían propuesto que redactara las sentencias. Cuando la Comisión de Juicio Político de la Cámara de Diputados comenzaba a tomar testimonios a los empleados del juzgado y la remoción era una posibilidad palpable, la joven jueza presentó la renuncia. En los últimos años habría estado ejerciendo como abogada.
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