El
ex juez decidió que no dará más batalla para evitar la extradición de
Brasil. Ayer pidió ser traslado al país sin más trámite. |
El anunció llamó la atención.
Desde que cayó en desgracia, el ex juez se consideró una "víctima
del narcotráfico" y dijo que en la Argentina no hay tribunales
imparciales para juzgarlo. Al no allanarse inmediatamente al pedido de
captura librado por Cavallo, Bernasconi debía someterse a un lento
proceso de extradición. Su caso era diferente al de otros prófugos
famosos que fueron atrapados en Brasil y enviados rápidamente de regreso
al país, como sucedió con el ex juez Francisco Trovato y el ex concejal
José Manuel Pico. La diferencia radica en que Bernasconi ingresó
legalmente al país vecino, antes de que la Justicia argentina lo
declarara prófugo. El juicio de extradición podía estirarse hasta tres
meses, con sucesivas presentaciones de la defensa.
Ayer, al retirarse de los
tribunales de Comodoro Py, Guevara Lynch reveló la nueva estrategia del
ex juez. En su presentación ante Cavallo, Bernasconi solicita que
"se ordenen con carácter de urgente las diligencias necesarias a los
efectos de mi remisión al país para comparecer a ese tribunal". En
el escrito ante el tribunal de Brasil, manifiesta en forma "expresa e
incondicional" su "conformidad, aceptación lisa y llana con el
pedido de extradición del gobierno argentino".
Bernasconi está acusado, entre
otros delitos, de haber sido el jefe de una asociación ilícita y de
privación ilegítima de la libertad. Su cuestionada actuación derivó en
la detención de Guillermo Coppola, por su presunta vinculación con la
droga, en un proceso en el que después se detectaron serias
irregularidades.
Al llegar a Buenos Aires,
Bernasconi deberá prestar declaración indagatoria ante el juez Cavallo.
Bernasconi llegó a Brasil el 26 de octubre último, cuando su destitución
ya era inminente. Nueve días después, el Senado lo destituyó y el juez
Cavallo ordenó su captura.
Desde ese entonces, Bernasconi
pudo burlar durante casi tres meses las pesquisas de la Interpol. Pero la
suerte se le acabó el 27 de enero, cuando fue encontrado en Río de
Janeiro y quedó a disposición del Supremo Tribunal de Justicia brasileño.
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