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LA ALIANZA APROBO SIN EL PJ LOS CAMBIOS EN EL CODIGO
"No es más duro sino menos blando"

El ministro de Justicia bonaerense, Jorge Casanovas, sostuvo que el texto original "fue lavado".

Al final, el acuerdo no se concretó. El PJ provincial no acompañó los cambios consensuados entre Ruckauf y De la Rúa.


Por Carlos Rodríguez
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La guerra legislativa regresó, sorprendiendo a muchos, horas después de que el presidente Fernando de la Rúa y el gobernador bonaerense Carlos Ruckauf fumaran en público la pipa de la paz. Ayer, pasadas las ocho de la mañana, los 48 legisladores de la Alianza --sólo faltó uno-- votaron con mayoría propia el proyecto de ley que endurece las normas para la excarcelación de los detenidos y que permite a la policía "recoger del presunto imputado indicaciones e informaciones útiles a los fines de la investigación", sólo en el lugar del hecho y nunca en la comisaría. Lo que diga el detenido no podrá ser utilizado en su contra en el proceso judicial. A la hora de votar, los 30 peronistas presentes --son 41-- decidieron abstenerse, aunque la iniciativa aprobada, que la semana próxima será tratada en el Senado, era la misma que aparentemente había sido consensuada en la amable reunión cumbre entre Ruckauf y De la Rúa.

  Voceros del radicalismo estimaron que la marcha atrás del peronismo fue una jugada tendiente a "lograr un nuevo piso de discusión y la semana que viene, en el Senado, tratar de avanzar más". A la propuesta original del PJ, la Alianza le modificó --en el proyecto aprobado-- la obligatoriedad de rechazar las excarcelaciones de los que cometan delitos mediante el uso de armas (incluso blancas o de cualquier tipo), y para los conductores que atropellan a una persona y se fugan. El cambio deja al juez la posibilidad de disponer la libertad. Y la excarcelación deberá ser rechazada sólo a quienes hagan ostentación de "armas de fuego".

  Para los voceros de la Alianza, la norma a la que se dio media sanción "no es más dura sino menos blanda" que la vigente. Más allá del juego de palabras, el camarista Leopoldo Schiffrin sostuvo que la norma "está suprimiendo la posibilidad de excarcelación y la Alianza ha cedido con mucha irresponsabilidad política, al punto de retrotraer la situación a la ley de la dictadura de 1978, modificada luego por el gobierno dictatorial porque era demasiado dura" (ver nota aparte).

  Ruckauf dijo que el proyecto de la Alianza es apenas "un maquillaje" del Código Procesal bonaerense, que no le da al gobierno "los instrumentos fundamentales para luchar contra la delincuencia". El ministro de Justicia, Jorge Casanovas, sostuvo que el texto original "fue lavado". Y apeló a una metáfora propia del que está perdido en el Sahara: "Pedimos una 4x4 para cruzar la arena y nos trajeron un bote".

  Casanovas criticó expresamente que se mantenga en prisión a los que roban con armas de fuego "sin tomar en cuenta a los que usan cuchillos, garrotes o jeringas con sida" (sic). El subcomisario Luis Patti fue más lejos y pronosticó que en un año "habrá que reformar otra vez la ley y el sistema judicial". El proyecto introduce modificaciones a los artículos 141, 159, 166, 169, 171, 189, 269, 294 y 371 del Código Procesal de la provincia de Buenos Aires. Estos son los cambios más importantes:

  * Los procesados sin sentencia podrán estar más de dos años presos, en contra de lo que establecen los convenios internacionales, si el juez determina que se trata de "un caso de suma complejidad" o por la "pluralidad de los imputados".

  * Quedará limitada sólo a delincuentes primarios la posibilidad de una excarcelación, aun cuando la pena máxima prevista fuera menor a seis años. Para la excarcelación tendrá que tenerse la certeza de que la pena que se le aplicará por el delito será "condicional", sin aplicación efectiva.

  * Las tentativas de delitos con utilización de armas de fuego serán tomadas como hechos consumados, impidiendo la excarcelación.

  * También se podrá rechazar cuando se hayan afectado bienes de "valor científico, cultural, militar o religioso".

  * O cuando se trate de enriquecimiento ilícito, cohecho, exacciones ilegales y fraude en perjuicio de la administración pública cometidos por funcionarios públicos en ejercicio u ocasión de sus funciones.

  * Podrá revocarse la excarcelación concedida en primera instancia cuando se dicte sentencia condenatoria (en juicio oral) que imponga pena de prisión de cumplimiento efectivo, aun cuando la sentencia no esté firme.

  * Los operativos policiales se deben realizar previa comunicación al juez de Garantías y al fiscal. En todas las circunstancias se podrán requisar unidades del transporte de pasajeros o de cargas.

  * En esos operativos, la policía podrá secuestrar los elementos que razonablemente se presuman producto de la comisión de un delito, o los instrumentos que pudieran ser utilizados para cometerlo.

  * En el lugar del hecho, o en sus inmediaciones, la policía podrá recoger del presunto imputado "indicaciones e informaciones útiles a los fines de la investigación", aunque tendrá "prohibido tomarle declaración (indagatoria) bajo sanción de nulidad".


DOS JUECES Y UN ESPECIALISTA ANALIZAN LOS CAMBIOS
"Se legaliza lo que nunca fue legal"

Por Cristian Alarcón 
¿Cómo leer lo que fue sancionado --entre la medianoche del jueves y los gallos de ayer-- con el voto de los diputados provinciales de la Alianza? ¿Qué fue lo que se aceptó de la propuesta original del gobernador Carlos Ruckauf y cómo se vivirá esto en las calles bonaerenses? Un juez de garantías, César Melazo; el director del CELS, Martín Abregú, y el camarista Leopoldo Schiffrin juzgan la reforma del Código Procesal con diferentes varas, pero acuerdan en que lo único que ven es la intención de enviar un mensaje a la sociedad acorde con los tiempos de mano dura en épocas de marginalización creciente. Schiffrin lo explica de fondo repitiendo una cita del francés Loic Wacquant, criminólogo de la escuela de Pierre Bordieu, escupida el martes en la audiencia pública sobre Seguridad en las caras de unos impermeables legisladores: "A mayor atrofia del Estado social, surge la hipertrofia del Estado penal".

  A Martín Abregú del CELS, a pesar de que no quiere ignorar "que este proyecto es menos peligroso que el de Ruckauf", le resulta "extremadamente preocupante la cuasi desaparición de la excarcelación y las mayores facultades policiales". "La Bonaerense --considera-- va a seguir con su falta de profesionalización y los brutales mecanismos investigativos de siempre, más allá de cualquier marco legal que se sancione, pero ahora con el mensaje de que para la clase política la inseguridad se resuelve con una mano dura". Schiffrin considera que ello se notará cuando la fuerza use la atribución que se le concedió al modificar el artículo 294 del Código. Allí se autorizan los "operativos públicos de control" en los que se puede requisar a cualquier persona, sus ropas, bártulos, vehículos y los transportes públicos con sólo "avisar" al juez y al fiscal. "El clima de fondo de la sanción de estas normas --asegura el camarista-- es legalizar lo que jamás fue legal, los operativos masivos de control, para sembrar esa amenaza terrible que siente la gente cuando se está instaurando un Estado dictatorial."

  Melazo, ex fiscal y casi único juez de Garantías de un megadepartamento judicial como el platense, considera que la casi eliminación de las excarcelaciones "es tapar un pozo hoy y dejar que revienten las cárceles mañana". Melazo concede que "cualquier política criminal seria piensa en meter presas a las bandas", pero "para eso necesitamos inteligencia en la policía y no llenar las cárceles de gente que roba garrafas", dicho en criollo. El juez no cree que habilitar las requisas a las personas sea literalmente mano dura. Como tampoco la oportunidad de preguntar --sin que sea un interrogatorio-- en el lugar de los hechos. Aun así, dice: "Continúan discutiendo los efectos sin atreverse a ir a las causas. La seguridad es una cuestión de Estado y si lo es no tiene que ser política partidaria de los bloques", en relación con las intensas negociaciones sobre el proyecto de reforma esta semana.

  El juez Schiffrin siguió durante esta semana el vaivén de las modificaciones de la posición aliancista en un clima de acercamiento a las pretensiones del PJ. En cuanto a las excarcelaciones, suponía que no sería de la Alianza la severidad que descubre en la ley: "Esto era una cuestión esencial, porque en realidad suprime la excarcelación; acá la Alianza ha cedido y en ello hay mucha irresponsabilidad política". El camarista explica que con la nueva normativa, y a pesar de que a diferencia de lo propuesto por el PJ se pone a consideración de los magistrados la excarcelación, la medida casi desaparece en la práctica. "Llegaron al punto de retrotraerse a lo que sancionó por decreto-ley 9032 la dictadura en 1978, una norma tan terrible que en el '82 el gobierno dictatorial la sustituyó, considerándola demasiado dura, por la ley 10.120", opinó con los viejos códigos en la mano. "En las condiciones actuales de marginalidad --señaló--, el Estado siempre es terrorista. Lo terrible es establecer normativamente el fascismo, donde poco importa la efectividad de una investigación: está claro que acá lo que se pretende es mandar un mensaje donde abundan los bastones."

 

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