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Por Romina Calderaro
Gobernar la ciudad es el tema
que le ocupa cada minuto. Y se le filtra hasta en las aficiones. Como
cuando habla de "Naranjo en flor", su tango preferido. "Es
una canción muy dulce, muy linda", empieza, para enseguida volver a
la campaña: "La idea del naranjo me hace acordar al árbol, a lo que
puede mejorar la calidad de vida de una ciudad". Domingo Felipe
Cavallo explica, desde su oficina de Tagle y Libertador, su plan para
gobernar Buenos Aires. Que incluye medidas como derogar el Código de
Convivencia, sancionar "el merodeo, la oferta y la demanda de sexo en
la vía pública, y el exhibicionismo", transformar a la UBA en la
Universidad de la Ciudad y permitirle cobrar aranceles. Cavallo, desde su
plataforma local, participa del debate nacional sobre la seguridad:
"La policía debe recuperar la facultad de interrogar a los
detenidos, como en la provincia". Dice que es "el único"
con un plan para mejorar los transportes, que fue el primero que propuso
enterrar las vías del Sarmiento, pero... no sabe cuánto cuesta un cospel
del subte que raramente usó.
--Hay gente que critica a los candidatos que para presentarse a
una elección se cambian de distrito. Le pasó a Fernández Meijide, a
Pinky, a Ruckauf. Usted es cordobés, ¿se siente porteño?
--Yo
soy un vecino de la Ciudad de Buenos Aires. Obviamente no nací aquí,
pero hace treinta años que trabajo prácticamente todas la semanas y hace
diez que vivo en Buenos Aires. Soy un típico vecino de la ciudad y estoy
preparado para gobernarla.
--¿Y está interiorizado de cuestiones de infraestructura: cuántas
líneas de subte hay, cuánto vale el cospel...
--Por
supuesto, las sé como las sabe cualquier vecino. Aquí lo importante es
saber gobernar, es saber crear un sistema de participación ciudadana para
que todos los vecinos puedan aportar la información que cada uno tiene
sobre su barrio, sobre su cuadra, sobre su hábitat. Aquí no es cuestión
de que alguien sepa todo lo que hay que saber sobre la ciudad. La cuestión
está en saber aprovechar lo que cada vecino sabe, resolver sus demandas
legítimas y saber organizar equipos humanos que den respuestas.
--¿Y sabe cuánto sale el cospel de subte?
--Sí,
sale setenta y cinco centavos.
--Cuesta sesenta.
--...
(Largo silencio) ... Yo creo que sale sesenta, pero la empresa tiene la
facultad de aumentarlo a setenta y cinco cuando terminen de realizar las
inversiones.
--Bien, ¿qué haría con el aeroparque? ¿Una aeroísla?
--Entiendo que la mejor solución es una nueva pista, no muy lejana
de la actual, aprovechando espacios que se puedan ganar al río. La mejor
forma de hacerlo es a través de una península, que de paso podría dar
lugar a la creación de un polder, para evitar el efecto de la sudestada
sobre la desembocadura de los ríos subterráneos y darle seguridad a la
operación de los aviones en este nueva pista, por su longitud, alejarla
un poco de la ciudad lo suficiente como para que no haya nada de
contaminación auditiva, permitiendo una operación eficiente de
Aeroparque y Ezeiza.
--¿Tiene algún plan para la Villa 31?
--Hay
que dar soluciones habitacionales dignas a las familias que las merezcan.
Me refiero a familias humildes pero trabajadoras, decentes, que son muchas
allí. Pienso que algunas soluciones se van a poder construir ahí mismo,
pero la mayoría tendrá que darse en otros barrios de la ciudad. Los que
no van a conseguir reinstalarse ni mantenerse en las villas son los
delincuentes. Una de mis tareas como gobernador de Buenos Aires va a ser,
en lo posible, mandarlos a la cárcel.
--¿Alguna vez lo asaltaron?
--No,
no me asaltaron, pero conozco a muchísima gente que sí fue asaltada o
que vivió una situación de violencia. De cada dos personas con las que
converso, una ha sufrido en carne propia un robo.
--¿Y por qué cree que estos temas, las villas, la inseguridad,
no los pudo solucionar De la Rúa?
--Porque
no fue gobernador de la Ciudad de Buenos Aires. El se hizo llamar jefe de
Gobierno, pero continuó siendo el intendente. Y el intendente nunca tuvo
las atribuciones para organizar y controlar a la policía. Tampoco la
prestación del servicio de justicia. La Legislatura y el Gobierno de la
Ciudad no se abocaron a una reforma del Código Procesal Penal como la que
está haciendo Ruckauf en la provincia y que es imprescindible también
para la Ciudad. Por ejemplo, la policía porteña no puede interrogar a
los detenidos aunque los pesque in fraganti en el lugar del delito.
--¿Interrogar a los detenidos no es una atribución del juez?
--No.
Esa es una atribución de la policía en todos los países del mundo.
--Pero la policía debería ser eficiente, entonces. No como
ahora.
--Por
supuesto. La policía cuando es ineficiente tiene que ser castigada. Pero
no se puede presumir que va a ser ineficiente y quitarle atribuciones
porque así se deja a la población indefensa.
--¿Qué le parece el Código de Convivencia?
--Vamos
a derogar este denominado Código de Convivencia para sancionar un código
bien hecho, con determinación de normas susceptibles de ser cumplidas. El
nuevo código tiene que sancionar el merodeo, tiene que sancionar
expresamente la oferta y la demanda de sexo en público, el
exhibicionismo, todo este tipo de cosas tienen que estar claramente
sancionadas.
--¿Cuál es su tango preferido?
--(Ríe.)
Bueno, me gustan muchos tangos, pero hay uno en particular que es
"Naranjo en flor". Me gusta porque es muy dulce, muy linda. Además,
la idea del naranjo me hace acordar precisamente al árbol, a lo que puede
mejorar la calidad de vida de una ciudad.
--Volviendo a la política. ¿Se va a juntar con Granillo Ocampo
en la segunda vuelta?
--No
es cuestión de juntarse con los candidatos o entre los dirigentes políticos.
Yo estoy convencido de que quienes voten a Beliz o a un candidato
justicialista en la primera vuelta, en la segunda me van a votar a mí.
Descuento que Ibarra y yo vamos a pasar a la segunda vuelta, que es el 21
de mayo. Yo diría que estas cuestiones de acuerdos son irrelevantes para
el resultado electoral, pero no para el futuro gobierno. Por eso yo les he
dicho a los justicialistas, a la gente de Nueva Dirigencia, del Partido
Socialista Auténtico, que va a haber espacio en mi futuro gobierno para
aquellas personas a las que yo considere capaces.
--Cuando usted se fue del Gobierno, se peleó mucho con Carlos
Menem. Y Granillo Ocampo representa al menemismo en Capital. ¿Usted
aceptaría aportes de Granillo en su eventual gobierno?
--Yo
no voy a nombrar ni a Granillo, ni a Corach, ni a Kohan, ni a ninguno de
ellos. Como tampoco nombraría a Enrique Rodríguez (el principal operador
político de Nueva Dirigencia), por poner un caso de alguien que está con
Beliz, porque me parece que tiene tantas objeciones en su trayectoria
anterior como las que tiene Granillo. Por eso, que Beliz se escandalice
porque por ahí un dirigente nuestro habla con Granillo...
--¿Qué le cuestiona a Enrique Rodríguez?
--No se lo cuestiono yo, se lo cuestiona su propia trayectoria,
pero prefiero que los hechos hablen. No creo que esta campaña tenga que
ser de agravios, pero me disgustan mucho los que la gente de Nueva
Dirigencia viene haciendo de manera sistemática.
--De todas formas usted invita a Beliz a apoyarlo.
--A
la gente muy buena que tienen, como Jorge Srur, el mismo Gustavo Beliz,
Patricia Ruiz, Javier Castrilli.
--¿Por qué Beliz lo tiene que apoyar a usted y no al revés?
--No
es que Beliz no me tenga que me apoyar a mí, ni yo a Beliz. Los que voten
a Beliz en la primera vuelta, en la segunda me van a votar a mí.
--Y si Beliz saca más votos que usted, ¿se retiraría, seguiría
adelante?
--En
ese caso, muy probablemente el grueso de la gente que me vote a mí lo
votaría a Beliz. Yo no voy a cometer la hipocresía de hacer campaña en
contra de Beliz y a favor de Ibarra, como en la práctica está haciendo
Beliz y sobre todo Enrique Rodríguez.
--¿Conoce el proyecto de soterramiento de las vías del tren?
--Fui
el primero que habló de ese tema. Los únicos que tenemos un proyecto
financiable e integral, que resuelve integralmente el problema del
transporte tanto ferroviario como de subterráneos, colectivos, taxis, y
bicicleta somos nosotros. La gente lo va a conocer cuando ya en la campaña
podamos divulgarlo con detalle.
--¿Arancelaría la educación en alguno de sus niveles?
--Voy
a trabajar para que la Universidad de Buenos Aires pase a ser Universidad
de la Ciudad. Voy a darle verdadera autonomía y no voy a impedir que
cobren aranceles, pero van a ser los propios universitarios los que lo
decidan. Esto de prohibirle a la universidad que, por ejemplo, les pueda
cobrar a los ricos para darles becas a los pobres es una manifestación de
la poca vocación por darle verdadera autonomía como institución.
--¿Le gusta recorrer las calles, hablar con la gente? Porque
usted tradicionalmente tuvo un perfil más técnico.
--Yo
permanentemente recorrí las calles y hablé con la gente. Por ejemplo, en
los diez últimos años, todas las veces que estuve en la Argentina mi
hobby fue y es salir a caminar y hablar con la gente.
--¿Y lo tratan mejor ahora o antes?
--En
el único momento en que yo sentí ataques fue cuando decidieron
destruirme y pusieron dinero, poder político. No sólo menemistas, sino
que en esa época también algunos radicales. No la gente de De la Rúa, sí
la gente que manejaba el partido en ese momento, que se había sentido
afectada por mis denuncias contra Yabrán. --¿Le va ganar a Ibarra?
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