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REPORTAJE A ALFREDO BRAVO
"En la Alianza, como en toda familia, hay discusiones"

Es el nuevo presidente de la Comisión de Derechos Humanos en la Cámara baja. Dice que ése es el lugar desde donde garantizar los derechos civiles e impulsar la lucha contra el discurso y las prácticas racistas y xenófobas. Y explica cómo hace para sostener su independencia dentro de la coalición.


Por Victoria Ginzberg
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El despacho de Alfredo Bravo es un fiel reflejo del trabajo del diputado socialista. Un cuadro con la leyenda "Nunca más", retratos de Alfredo Palacios y Alicia Moreau de Justo, un premio de la Unesco, calcomanías de apoyo a la carpa blanca, un dibujo donde aparece como un Quijote luchando contra los molinos de viento hecho por los presos de La Tablada, citas de Mario Benedetti y Gandhi y el infaltable poster de River Plate adornan las paredes. Bravo acaba de ser nombrado presidente de la Comisión de Derechos Humanos de la Cámara de Diputados. Dice que se siente bien en el oficialismo. "Cuando tengo que apoyar, apoyo y cuando tengo que criticar, critico", fundamenta.     

  --¿Fue peleada su designación como presidente de la Comisión de Derechos Humanos?

  --No. Yo sólo sé que me designaron a mí como presidente y el Partido Justicialista designó a la señora Aráoz. Pero no conozco quiénes son los otros que van a integrar la comisión. Probablemente a fin de mes estén todos y podamos establecer el plan de trabajo. Creo que mi designación no es casual. Sin lugar a dudas responde a una política concreta que se entronca con los postulados de la Alianza de promocionar, defender y hacer respetar todos los derechos de las personas. No ha sido casual, por ejemplo, que en la nueva ley de ministerios se haya cambiado el nombre de Ministerio de Justicia por el de Justicia y Derechos Humanos. En ese marco tenemos la designación de Diana Conti al frente de la Subsecretaría de Derechos Humanos. En la Cancillería, otro hombre comprometido con esa temática ha sido designado al frente de derechos humanos. Me refiero a Leandro Despuy.

  --¿Cuáles son sus objetivos respecto del trabajo de la comisión?

  --Mi propósito es que se impulse todo lo relacionado con el efectivo cumplimiento de los derechos y garantías consagrados en la Constitución. Pondremos acento en que, con la reforma de 1994, la Constitución argentina aparece como una de las más garantistas, dado que a ella se han incorporado pactos y tratados internacionales muy importantes. Estos pactos y tratados garantizan los derechos civiles y políticos, sociales, económicos, culturales y ecológicos. Además de los derechos del niño y de la mujer --para lo cual trabajaremos en conjunto con la Comisión de Minoridad y Familia--, contra las prácticas xenófobas, racistas y todo acto de discriminación que atente contra la dignidad de las personas. Otra cuestión de importancia es que de una vez por todas se debe cumplir el último párrafo del art. 18 de la Constitución, que dice "las cárceles de la nación serán sanas y limpias, para la seguridad y no para el castigo de los detenidos en ellas", es decir que sirvan realmente para la rehabilitación de quienes han delinquido. En todos los temas trabajaremos en conjunto con otras reparticiones del Estado y con las organizaciones no gubernamentales. Si bien la temática es amplia no dejaremos de lado todo lo concerniente a los años de terror. En este caso abogaremos por la búsqueda de la Verdad y la Justicia. Mi idea es que la comisión trabaje con las puertas abiertas --como es costumbre en mi despacho-- a todas las inquietudes y problemas de la ciudadanía.

  --¿Qué otras comisiones va a integrar?

  --Ya estamos trabajando en la de Peticiones y Reglamentos --que es la encargada de definir qué va a pasar con Bussi-- y esperamos estar en Defensa. Si no estoy en Defensa no sé cómo puedo hacer andar los proyectos sobre derechos humanos ligados con el tema militar.    

  --¿Cómo se siente en el oficialismo?

  --(Piensa por un momento.) Yo siempre fui soldado raso, nunca fui oficial.

  --¿Qué quiere decir con eso?

  --Que me siento bien porque cuando tengo que criticar, critico y cuando tengo que apoyar, apoyo. Nena... fui un hombre de saludo uno, saludo dos. Aprendí en la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos lo que es la unidad en el disenso. En la Asamblea había hombres que venían de la Iglesia Católica, protestantes y rabinos y aprendimos a movernos buscando el consenso necesario para impulsar las acciones. Y esto es lo que tenemos que hacer acá. Primero, yo empecé mi ejercicio dentro del Frepaso, que es una confederación de partidos de diferentes extracciones e ideologías y con gente distintas historias personales. Y lo pudimos hacer. Ahora hacemos la Alianza y eso no me impidió, por ejemplo, presentar con todo respeto en el bloque mi disidencia respecto de la ley del arrepentido.        --¿Qué otras cosas critica?

  --Bueno, también hice llegar mis observaciones a la ley laboral. Nosotros, los socialistas, no vamos a renunciar de ninguna manera a los principios básicos de nuestra historia y trayectoria.

  --¿Cuáles fueron esas observaciones?

  --Explicarlas sería extenso, porque son varias. La cuestión fundamental es que los socialistas entendemos que los sindicatos están por encima de los crápulas que los pueden estar manejando ahora, porque es el único lugar en el que los trabajadores pueden tener defensa.   

  --¿Cómo espera que se resuelvan las impugnaciones a la asunción de Bussi?

  --Yo voy a trabajar hasta que la comisión esté en condiciones de emitir su dictamen y luego me voy a abstener de opinar, porque soy denunciante. Nosotros todavía seguimos teniendo y creyendo en los valores éticos del ser humano. Creo que los cargos que se han presentado son demasiado contundentes y precisos. Nosotros vamos a fomentar el derecho al debido proceso. Así que él tendrá su derecho a defensa. Queremos que todo sea claro y transparente. Nosotros fuimos los primeros que lo impugnamos por inhabilidad moral, un hecho que va a sentar un precedente porque nunca en la Cámara se ha hecho una acusación de esa naturaleza.

  --¿Tiene confianza en que avancen los juicios en el exterior?

  --Yo apoyo lo que ha realizado Garzón. Creo que los que hablan de la territorialidad se olvidan de que en nuestro país hemos privatizado y que cualquier discusión sobre esas empresas debe hacerse en tribunales extranjeros. Debemos tener un solo lenguaje. Si reclamamos nuestro derecho soberano, practiquémoslo en todas las instancias.

  --¿Se decepcionó cuando algunos funcionarios defendieron el argumento de la territorialidad?

  --Yo respeto todas las opiniones, pero sigo sosteniendo la mía. Y creo que es la que se encuadra en lo que la gente desea. La Alianza es una gran familia, y como en las grandes familias... hay discusiones, hay simpatías, en fin, todo lo que pasa en una familia. Y esto no nos hace perder de vista lo que estamos buscando y de qué manera lo estamos proyectando. Creo que se está trabajando bien, se está buscando el consenso. No hubo ningún gesto autoritario, por ejemplo, respecto de la ley laboral.

  --Pese al recambio natural de los años, sigue habiendo personal militar en actividad vinculado con las violaciones a los derechos humanos. ¿Cómo se pueden mejorar las Fuerzas Armadas?

  --Indudablemente es un tema complejo. Sabemos que acá no va a haber penalidad, salvo alguna cosa que podamos encontrar que no haya sido tomada en cuenta en el juicio a las Juntas. Pero nosotros tenemos que seguir buscando la verdad. Y cuando encontremos la verdad, la justicia va a llegar.

  --¿Se terminó la ofensiva contra las leyes de Obediencia Debida y Punto Final?

  --De ninguna manera. Estamos viendo cómo podemos volver a plantear el tema dentro del esquema jurídico.   

  --¿Esto no le va a traer nuevamente conflictos internos?

  --Es como preguntarle a un hombre que se casó por tercera vez por qué lo hace. Siempre va a traer conflictos. Creo que todo lo que sucedió en el país y el hecho de que haya cosas que cada vez que se tocan parece que saltaran como un chorro de pus, se debe a que no aplicamos el antiséptico que tendríamos que haber aplicado. Lo que importa es la conciencia de uno, el compromiso que uno ha asumido con el pueblo.

  --Los militares que son llamados en los juicios por la verdad...

  --... tienen que presentarse a declarar. En una democracia y un Estado de derecho todos tenemos que cumplir con las obligaciones que marcan las instituciones. Si está en retiro o en actividad no interesa, debe presentarse.

  --Quería referirme a que los organismos de derechos humanos piden que cuando en esos juicios se compruebe la culpabilidad de un militar, éste sea destituido aunque no pueda ser juzgado.

  --No es tan fácil. Se los puede citar y hay que preservar el debido proceso. Yo quiero echarlos o destituirlo o darlos de baja con todas las formalidades bien cumplidas. No quiero que nadie se retire haciéndose el mártir. Yo tengo muchos años en la vida institucional y eso lo cuido como respirar, porque sé que después viene la contrarréplica. La premura es mala consejera.

  --¿Está conforme con la resolución del tema docente?

  --Estoy de acuerdo con la forma en que lo resolvió la Cámara. En que los aportes para el incentivo los pusiera el Poder Ejecutivo.

  --¿Y con el pago en cuotas?

  --Yo dije en cómo se resolvió en el Parlamento nacional, que fue la iniciativa que llevamos adelante y salió por unanimidad. Ahora, si el Poder Ejecutivo va a pagar en cuotas es una cuestión que tendrá que dilucidar el gremio y el Poder Ejecutivo.

  --El gremio no estaba muy conforme.

  --Me parece bien que no esté conforme y que siga peticionando.

  --Incluso afirmaron que podrían llegar a convocar a un paro. ¿En qué situación lo pondría eso a usted?

  --Apoyando el paro. Apoyaré todas las medidas que hagan los docentes. Yo fui, junto con otros compañeros, uno de los creadores de la Ctera. 

 

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