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ASI LO VEN


La tormenta en Austria

El nuevo gobierno negro-pardo en Austria superó esta semana una moción de censura parlamentaria presentada sin que siquiera diera a conocer su programa de gobierno. Prosiguieron las manifestaciones anti-neonazis en Austria y las presiones de la Unión Europea continúan contra el gobierno del conservador Wolfgang Schuessel y del Partido de la Libertad del neonazi Joerg Haider.   

Der Standard (Austria)

Con su intervención contra los métodos políticos de Haider, la Unión Europea ascendió, si bien también con tropiezos, un nuevo escalón hacia la formación de una verdadera comunidad. Los líderes de la UE utilizaron sus facultades para asegurar el cumplimiento de estándares mínimos por parte de los gobiernos de los países miembros. Esto fue bueno, y ya mostró su primer logro positivo: ¿hubiera sido posible eliminar de la lista de gabinete al neonazi Himlar Kabas, responsable de una campaña xenófoba en Viena, sin la presión europea? Haider fue obligado a realizar nada menos que una concesión de principio ante la UE. Y en la sociedad austríaca nació un movimiento y una apertura políticas que ya actúan libremente. Todo esto no es poco. (Thomas Mayer)

Rhenische Merkur (Alemania)

La comunidad europea no se hizo ningún favor al formular su advertencia contra Austria. Todo lo contrario. Su advertencia fue torpe y corta de miras. Nunca antes se había registrado una injerencia en los asuntos internos de uno de los países miembros. Y con buenos motivos. La voluntad del electorado debe ser respetada de la misma manera que lo debe ser el derecho de los partidos de negociar libremente para formar gobierno. Europa se maneja con un doble standard. Turquía, con su cuestionable respeto a los derechos humanos, está cerca de entrar en la UE. Austria, cuya estabilidad democrática nunca estuvo en duda, está amenazada con la ruptura completa de sus relaciones bilaterales con el resto de Europa. (Christoph Birnbaum)

Die Welt (Alemania)

Bajo su nuevo gobierno Austria no se deslizará hacia la derecha solamente en términos ideológicos. No se podrá limitar a ese campo. Es por ese motivo que eventualmente el gobierno deberá plantearse dudas sobre su propia coherencia política. Haider, el rebelde de los hombres comunes, fue siempre en realidad dos personas distintas: alguien que por un lado pedía a los gritos una modernización excluyente mientras que por otro prometía que no alteraría el acogedor Estado de bienestar austríaco. El nuevo gobierno se verá obligado, como todos los anteriores, a acometer un masivo plan de ahorro. Esto podría y debería ser una dura prueba para el social-populista Partido de la Libertad de Haider. (Thomas Schmid)


La tormenta en Europa 

El ascenso de Haider en Austria puso la lupa de la prensa europea sobre los movimientos xenófobos en los países de la Unión Europea. En la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE) hubo un plantazo a medias. Ante el discurso inaugural de la representante austríaca, sus homólogos de Francia, Bélgica y Andorra dejaron la silla vacía.

The Observer (Gran Bretaña)

Está bastante claro lo que Joerg Haider es. No un neonazi, pero sí un nacionalista de la fascista derecha radical, una especie muy común en Europa central. El sabe que su Partido de la Libertad es odiado y temido por suficientes austríacos como para que su llegada a la Cancillería sea difícil de alcanzar a través de medios democráticos, al menos por el momento. Por eso está condenado a compartir el poder, y a usar ese poder no tanto para convertir a Austria en un Estado corporativo y xenófobo sino como una forma de recompensar a sus seguidores partidarios. De todos modos, éste es un gran momento para Europa: la semana pasada los 14 miembros de la Unión Europea no sólo hicieron advertencias en contra de un gobierno que incluya al partido de Haider. Por una vez actuaron.(Neal Ascherson)

Libération (Francia)

Francia no es un modelo en todo, está lejos de ser así, pero al menos tiene experiencia reciente en materia de antifascismo, una experiencia que puede inspirar a otros países. Se trata de crear un cordón sanitario inflexible entre los partidos republicanos y la extrema derecha. Sin futuro político, el Frente Nacional de Jean-Marie Le Pen explotó. Toda concesión, aunque sea solamente formal, es una victoria de los movimientos que buscan, por vías encubiertas o simuladas, imponer su hegemonía algún día. En este sentido, el Frente Nacional y el Partido de la Libertad de Haider son gemelos. Los eslabones más débiles en estos casos son los "idiotas útiles" de la derecha que creen jugar a ser los más pícaros para saciar algunos apetitos inmediatos. (Jean-Michel Helvig)

Il Manifesto (Italia)

Haider representa hoy un modelo a imitar y la promesa de éxito futuro. El punto de contacto entre la Liga del Norte italiana y el Partido de la Libertad austríaco son múltiples: lucha contra la inmigración, la polémica contra la tecnocracia de Bruselas, la desconfianza del libre mercado en su forma más extrema, la lucha contra la globalización. Un punto de convergencia sustancial es, entonces, la defensa de la tradición, la familia, el cristianismo, la cultura local, amenazadas por la inmigración y la globalización de los mercados. Las reacciones de Berlusconi frente al problema generado por el nuevo gobierno en Viena fueron complicadas. No podía dejar de adherir a la posición crítica del Partido Popular Europeo en contra de la alianza negro-parda. Pero la nueva política de alianzas contra la izquierda inaugurada en Viena es coherente con las más profundas aspiraciones de Il Cavaliere. (Roberto Biorcio)


  La tormenta en EE.UU. e Israel 

El gobierno norteamericano recibió "con beneplácito" el anuncio del canciller austríaco Wolfgang Schuessel de compensar monetariamente a las víctimas del trabajo forzado bajo el Tercer Reich. Mientras tanto, se sigue discutiendo cuál es el mejor camino a seguir por parte de la Unión Europea contra la nueva bestia negro-parda.

New York Times

La reacción ante la entrada de la extrema derecha al gobierno austríaco es un punto decisivo para Europa. No se puede discutir el derecho de los austríacos de elegir a su gobierno, pero es también indiscutible la opinión clara y unánime de la comunidad europea hacia una elección que era indigna viniendo de un miembro respetado y activo de la Unión Europea (UE). Es en este tipo de formas indefinidas y muchas veces elusivas que Europa avanza en dirección a una existencia tangible como comunidad. Hay todo tipo de barreras burocráticas y tradicionales, pero hay un impulso moral y político básico para ir en esa dirección. (Flora Lewis)

Washington Post

La Unión Europea (UE) ha cometido una locura arrogante e ilegal al declarar, en efecto, que el nuevo gobierno austríaco, producto de las últimas elecciones, es ilegítimo. Esa declaración pone de relieve los motivos por los que se debería reflexionar sobre si el progreso de Europa hacia la unidad política constituye verdaderamente un progreso. Ninguna constitución justifica transformar el comprensible rechazo --rechazo en parte moral y en parte estético-- ante Haider en una ofensiva diplomática que sólo lo fortalecerá. Los europeos tienen mucho más que temer de este tipo de autoritarismo sin principios ni limitaciones de la UE que del exhibicionismo repugnante pero impotente de Haider. (George F. Will)

Jerusalem Post

La aparentemente contenida declaración emitida por la Unión Europea (UE) sobre el gobierno austríaco fue una victoria infrecuente de los valores universales contra la complacencia ante una amenaza creciente. No se puede sostener la crítica de que Israel y la UE son hipócritas al limitar sus relaciones con la Austria democrática mientras mantiene plenas relaciones con regímenes que son mucho peores. Primero, Europa es una comunidad cada vez más integrada, por lo que tiene el derecho de establecer estándares morales entre sus miembros. Segundo, la falta de hipersensitividad en algunos aspectos morales o estratégicos (como el apoyo al terrorismo) no justifica perpetuarla ante el protofascismo. (Editorial)

 

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