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El
País Por
José Comas
Casi todos los interlocutores
expresan a Haider buenos deseos para el gobierno de Austria. La primera
conversación se centró sobre la celebración, el 10 de octubre, del 80º
aniversario del referéndum que decidió la incorporación de Carintia a
Austria y no al reino de Yugoslavia. El segundo diálogo se centra en los
problemas del presupuesto federal, en el que, según Haider, acaban de
hallar un agujero, "que nos dejaron los socialistas", mayor del
previsto: "No son 60.000 millones de chelines (4286 millones de dólares),
sino 108.000 millones (7738 millones)". Según Haider, esto exige
ajustar el presupuesto con reducción de gastos o subida de las cargas. No
obstante, Haider tranquiliza a su interlocutor y le asegura que los que
hayan cotizado 45 años a la Seguridad Social no tendrán problemas con la
jubilación anticipada. El
diálogo deriva hacia la crítica de la Unión Europea (UE) a Austria, y
Haider dice: "La UE ha cometido un gran error con las amenazas de
sanciones sin tener en cuenta el Tratado. Austria tenía derecho a exponer
su punto de vista. Si Austria acudiese al Tribunal Europeo, se condenaría
a la UE. Por eso intentan ahora dar marcha atrás".
El siguiente interlocutor
critica a los que les acusan de nazis. Haider le responde que se debe a
que él es un político contra el sistema establecido: "Si yo fuese
socialista o del OeVP (Partido Popular) no pasaría esto". Se refiere
la persona al otro lado del hilo al acto de toma de juramento del nuevo
gobierno, y Haider afirma: "Fue indigno", por la forma de la
ceremonia en la que el presidente federal Thomas Klestil dejó patente su
disconformidad. Una referencia al presidente francés, Jacques Chirac,
hace saltar a Haider, quien asegura: "El debería leer sus propias
declaraciones sobre los extranjeros. Uno que dijese esas cosas en nuestro
país no podría ser político aquí". Llama un libanés
nacionalizado austríaco, que vive en el país desde hace 10 años y desde
el pasado octubre reside en Carintia. Haider se interesa por la profesión
de su interlocutor, quien afirma tener un negocio de videos y critica la
campaña extranjera contra Austria. Haider corrobora: "Es una sucia
campaña contra nosotros".
Cuando Haider volvía a hablar
sobre la UE, entró en la sala su jefe de prensa, Karl Heinz Petritz,
quien se dirigió a este enviado invitándole a abandonar el lugar.
"Ustedes escriben siempre de nosotros que somos nazis y fascistas. Yo
leo El País y sé lo que digo." La prensa austríaca ha pasado al
contraataque. El asunto elegido es España y los graves sucesos racistas
acontecidos en El Ejido. Del periódico de Viena Neue Kronen Zeitung se
dice que tiene más poder que el mismísimo gobierno de Austria. Su fuerza
deriva de su enorme tirada. El Kronen es, sin duda, el alimento espiritual
de más de la mitad de la población; sus columnas de opinión hacen
temblar a los políticos. El periódico ha dedicado una doble página a El
Ejido. El antetítulo reza: " ¡Ay, si eso hubiera pasado aquí entre
nosotros!: Caza a los extranjeros en España, pero duras condenas contra
Austria". El titular dice: "Acoso a los extranjeros, ¡pero no
en Austria!".
La información empieza con la
frase: "La doble moral de los países de la Unión Europea contra
Austria queda desenmascarada por la brutal realidad. En el sur de España
han estallado auténticos pogroms contra los extranjeros. Los habitantes
del país cazan a emigrantes marroquíes y otros africanos". La
información cita al periódico conservador alemán Frankfurter
Allgemeine, que, según el Kronen, recomienda al presidente de gobierno,
José María Aznar, que se ocupe de los sucesos en su propia casa en vez
de dedicar su atención a construir imágenes negativas de otros países. HAIDER
LE INICIARA JUICIO A UN DIARIO BRITANICO
Todo tiene un límite. Joerg Haider siempre se intentó mostrar moderado
ante las inexplicables versiones en los medios de que es neonazi. Su
autocontrol fue notable dado que esas versiones, en su opinión, son las
responsables de las manifestaciones populares contra él, como las que
ayer se registraron en Hungría (de 10.000 personas) e incluso en
Australia. Pero ayer el Sunday Telegraph británico llegó demasiado
lejos. Después de leer la versión escrita de una entrevista que le hizo
el diario, Haider anunció que le haría juicio "inmediatamente"
por torcer lo que había dicho.
La controversia gira en torno a su visión del premier británico
de la Segunda Guerra Mundial Winston Churchill. En una entrevista, no
publicada, para un semanario austríaco, Haider supuestamente lo había
calificado como "uno de los mayores criminales de guerra de la
historia". Interrogado por el Sunday Telegraph sobre si respaldaba
esa declaración, Haider asintió, citando el bombardeo de Dresde de 1945
para sustentar su argumento. "En Dresde no había soldados alemanes.
Sólo había civiles. Es lo mismo que le reprochamos a Hitler: nos
preguntamos ¿por qué lanzó bombas sobre ciudades donde sólo vivían
civiles y niños?", explicaba en la entrevista. Pero, desde su
provincia de Carintia, Haider negó tajantemente ayer haber dicho todo
esto. Aseveró que sólo había opinado que Churchill, "como
cualquier gran hombre de Estado", tomó decisiones buenas y malas, y
que entre las malas fue su política de bombardeo durante la guerra. Más
allá de esta disputa, hay otras declaraciones en la entrevista de las que
Haider podría querer retractarse. En un momento afirma que los soldados
alemanes de la Segunda Guerra Mundial, incluyendo a los de las Waffen SS,
combatieron, como también sus oponentes, en pro de la "justicia y
decencia". Además, los soldados germanos "no sabían qué
estaba pasando realmente".
Estas piruetas argumentativas no parecen hacer demasiada mella en
el frente anti-Haider. El diario alemán Welt am Sonntag publicó ayer un
artículo en la que varios jefes de Gobierno y de Estado reiteraron su
fuerte oposición al líder neonazi. El conservador jefe de Gobierno
español José María Aznar se distanció de sus correligionarios
austríacos (que pactaron la coalición de gobierno con Haider) al
subrayar que "Estados basados en una superioridad étnica están
radicalmente opuestos a nuestro programa". La entrada de los neonazis
al gobierno fue "un fenómeno terrible", recalcó el premier
israelí Ehud Barak. El presidente francés Jacques Chirac reiteró su
teoría de que al violar valores "que representan un pilar
común" de la Unión Europea, "Austria ha cometido una especie
de ruptura del Tratado de la Unión". Desde Lisboa, el presidente de
turno de la UE, el premier portugués Antonio Guterres, aseguró que no
tomaría la iniciativa para levantar las sanciones diplomáticas europeas
contra Austria.
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