Principal RADAR NO Turismo Libros Futuro CASH Sátira

OPINION

Haider sigue ganando

Por Claudio Uriarte

El dedo fue puesto en la llaga el viernes último, cuando la ministra neonazi austríaca de Asuntos Sociales Elisabeth Sickl recordó con la voz más humilde que pudo manufacturar ante sus 14 pares de la Unión Europea que "sin unidad no podremos avanzar en temas cruciales". Tiene toda la razón legal de su parte: las decisiones de los 15 deben ser tomadas por unanimidad, mucho más si se trata de temas clave como la ampliación de la Unión hacia el Este --que el neonazi Joerg Haider primero rechazó y ahora dice que acepta--. Entonces, gestos puramente simbólicos como la "ruptura de relaciones bilaterales" --pero no multilaterales-- de los 14 con Austria, o la negativa de los representantes de Francia y Bélgica a dar la mano o escuchar el discurso del viernes de Sickl --lo que había sido anticipado un día anterior en una reunión de cancilleres de la OSCE, donde irónicamente Austria detenta ahora la presidencia rotativa-- no sólo no tienen ningún efecto contra Haider, sino que éste sale ganando en dos terrenos: 1) le permite galvanizar una especie de frente de dignidad nacional austríaco ante las intromisiones del resto de Europa; 2) mantiene a la UE como rehén, ya que todas las decisiones cruciales de la organización dependen ahora del asentimiento o negativa del astuto gobernador de Carintia.

  En esta partida de póquer, Haider sigue ganando, la UE sigue girando en descubierto y Wolfgang Schuessel, el ambicioso hombrecito del conservadorismo que encabeza formalmente la coalición negro-parda en Viena, es el increíble canciller menguante. La UE sigue girando en descubierto porque gestos como los de Francia y Bélgica sólo suman un matiz de absurdo a una encrucijada terrible, y porque Alemania y Holanda se desmarcaron explícitamente de esas actitudes. Además, Haider no demoró un segundo en acusar justificablemente de racismo al presidente francés Jacques Chirac por hablar en su campaña del "olor de los inmigrantes". Por otra parte, Schuessel pierde protagonismo --si alguna vez lo tuvo--: las últimas encuestas sugieren que, de celebrarse nuevas elecciones, el FPO de Haider sería hoy el partido más votado --en parte por aquello de la dignidad nacional herida--, y Herr H. se ocupó de hacerlo manifiesto la semana pasada en una curiosa reunión de "gabinete de las sombras" en Carintia, enceguecida por los flashes de los fotógrafos registrando quién está ganando la puja por el poder en Austria. La situación ha cambiado y ya no se trata de la UE amenazando a Haider sino de Haider amenazando a todos.

 

PRINCIPAL