|
En
diciembre el Grupo Clarín vendió el 18 por ciento de las acciones al
grupo de inversores Goldman Sachs, en un monto de 500 millones de dólares.
"En algún momento el Grupo Clarín saldrá a la Bolsa", afirma
Di Guglielmo casi como al pasar, "pero todo negocio termina siempre
en la capacidad del medio para generar contenidos que le interesen a la
gente", explica en el reportaje. --Desde
su puesto, ¿cómo cree que evolucionará el medio?
--Ningún medio termina matando
a otro. Cada cual arma su propio nicho. Ni la radio mató a la gráfica,
ni la televisión mató a la radio. Cada cual encontró distintos modos de
relacionarse. En Internet todos están allí por si acaso y corren
millones de dólares de un lado a otro. Este es un negocio inexplicable y
yo creo que sobra plata por algún lado que no se sabe dónde poner. Pero
en definitiva lo que define el negocio de la comunicación es el
contenido, es decir, un tipo que desarrolla un mensaje que a otro le
interesa escuchar. --¿Qué
opina de las fusiones siderales que están ocurriendo?
--Me fascinan, pero no encajan
en los parámetros de la lógica matemática. Los medios valen por la
capacidad de su gente de crear mensajes que interesen. La comunicación es
floreciente en el mundo sólo si uno tiene éxito. Si no, es una máquina
de chupar plata y te destroza. --¿Cómo
piensa que va a ser este año?
--No va a ser un año de
crecimiento económico. En las últimas temporadas no hubo cambios en la
torta publicitaria, por lo tanto no da para jugarse demasiado porque hay
que mirar mucho los números. La torta oscila entre los 320 y los 400
millones desde hace cinco años. Esto se reparte entre cuatro canales,
pero el 80 por ciento está entre el 13 y Telefé. Es que el mercado
argentino no da para más. Por suerte en 1999 metimos muchos éxitos con
programas nuevos, por lo tanto entramos al 2000 con productos a explotar.
Salvo "Primicias" y "Calientes", no vamos a hacer nada
nuevo. --¿Cuál
es la relación actual con las productoras independientes?
--Nosotros hicimos punta con
los independientes, ya que vimos una buena proyección de futuro. El canal
no dejó de producir, pero dejamos la rigidez y nos abrimos a propuestas
externas. Tenemos ideas de Promofilm que se realizan en el canal, con
"Calientes" de Pol-Ka tenemos una coproducción, pero la cuestión
es que salga bien y cierre económicamente. La división es clara: se
trabaja en equipo con la productora, se discute el proyecto en conjunto,
el casting en conjunto, las ideas en conjunto, acá hay un trabajo de
gestación, la responsabilidad es siempre del canal y una vez encarrilado
se delega a la productora. --¿Hay
personal del canal que trabaja en las productoras?
--Se pasa equipo técnico,
directores o productores. Un canal no podría asumir todos los riesgos que
implican las producciones un tanto especiales. Para mí, como programador,
es más rico tener a disposición un abanico de posibilidades. Esto bajo
el techo de un solo canal sería un descontrol. --Pero
cambiaron también las formas de trabajo.
--Tenemos estructuras
distintas. La estructura de las productoras da más agilidad en la toma de
decisiones, y además están acostumbrados a achicarse o agrandarse
dependiendo del éxito que tengan. --Además
hubo cambios en el edificio.
--El canal a nivel general ha
hecho grandes cambios arquitectónicos. Hay mayor espacio para el
noticiero porque estaban muy apretados. El archivo no tenía lugar para
poner los casetes. Hay que recordar que en el mismo lugar en que se
encontraba "Telenoche" nació "Todo Noticias". --¿Se
les dará mayor importancia a las noticias?
--Las noticias siempre fueron
importantes para el canal. De hecho, en los últimos años muchos canales
se bajaron del tema y nosotros jamás lo hicimos. Es nuestro baluarte. Eso
no se tercerizaría nunca porque es la línea editorial del canal. Las
grandes cadenas conservan el informativo y algunos programas en vivo, y lo
demás se terceriza. --¿Cómo
vio la unión de las productoras independientes en Capit?
--No lo veo como un problema
para los canales. Los productores independientes siempre dependen de los
canales, y lo que regula el negocio de la TV es el éxito. No hay reglas
permanentes. El éxito es rating, pero el rating es público. Todos hablan
de un monstruo incontrolable, pero en realidad lo que mide el éxito es la
gente, el rating no es cruel, el público es cruel, y tiene su derecho. --¿Cómo
cree que funciona la medición del rating?
--La principal preocupación
nuestra es saber si sirve o no. Creo que la homologación (la aceptación
de Ibope como medidora oficial) por parte de la Comisión de Control de
Mediciones de Audiencia es muy importante. Pero sigo creyendo que la
medición debe ser mejor. Está bien un control permanente por todas las
partes que constituyen el mercado, porque el rating regula el negocio, es
el sistema métrico. Si eso falla, el resultado es terrible. --¿Quedaron
atrás las suspicacias y las dudas?
--Siempre hubo suspicacias. A
partir de que comenzó a trabajar la Comisión de Control desaparecieron
dos medidoras: Ipsa y Mercados y Tendencias. Nunca tuvimos en la Argentina
una medición en la cual confiar, porque si dos medidoras desaparecen
apenas empiezan a controlarlas, entonces esto deja muchas dudas. --La
directora de Ibope, Antonella Frediani, dice que fueron demasiado
exigentes.
--Nunca se puede ser demasiado
exigente, porque ellos regulan todo el negocio. Una empresa que factura 10
millones regula un negocio de casi 400, con muestras muy chicas. --¿Cuál
es la línea editorial del canal?
--Hay una esencia desde la época
de Goar Mestre en adelante: buscamos entretenimiento, información y
llegada popular, pero también queremos que haya cierta calidad y buen
gusto. Parece ser que cada vez que nos movemos un poco la gente nos dice
"señores se están corriendo". Es un canal masivo que prioriza
el estilo por sobre el rating a cualquier precio. Si me preguntan si
quiero poner un programa al aire con 5 puntos más de rating, pero perder
el estilo del canal, digo que no. Esta es nuestra vocación, nuestro
estilo y es también nuestro negocio. --¿Cuál
es su negocio?
--Si uno toma el número bruto
de rating, se observa que hay canales que hacen más rating pero ganan
menos por publicidad. El tema es que Canal 13 es del Grupo Clarín y el
interés del grupo es que la empresa sea rentable. Tenemos que tener una
economía sana. No hacemos locuras. --¿La
participación accionaria extranjera influyó en la programación?
--No ha influido en nada.
Tampoco se ha pedido cambio de management de la empresa. Es básicamente
una operación comercial. No hay otro motivo que el de tener una parte
minoritaria de acciones y ganar plata cuando el Grupo salga a vender
acciones a los mercados internacionales. Por ahora no hay acciones
disponibles, pero hay una idea de salir al mercado internacional. --¿Siente
el peso de la economía sobre la línea editorial?
--Ultimamente, cuando se habla
de medios, se escucha más sobre fusiones que sobre la línea editorial.
Pero esto sigue dependiendo del público, y si la gente no se ve reflejada
en sus necesidades el medio está perdido. Este negocio se define por el
contenido. En las ferias de televisión hay cada vez más contadores y
abogados. Se habla mucho de finanzas pero todo termina siempre en saber si
el programa que pusimos le gustó a la gente, o no. --El
problema es que la torta publicitaria no se expande.
--Sabemos que el mercado no da
para más de dos canales. Pero resulta que ahora están la radio, los
cables e Internet. El tema es que tironeamos todos de la misma frazada. Lo
único bueno de esto es que uno tiene que pelarse el cerebro para que las
cosas vayan bien. Pero esto tiene un límite. --¿Cree
que en los últimos años se han acortado los tiempos de prueba de nuevas
ideas?
--Sí, porque hay más
competencia. Hace 7 años, cuando el cable no era importante, la gente tenía
4 canales y listo. Uno podía esperar a los programas, darles tiempo.
Cuando la gente se acostumbra a elegir entre 70 señales, es menos
paciente. --Pero
hay ideas que funcionaron gracias al tiempo...
--Pocas. Vamos a ser justos.
Hay ciertos pisos de rating o tipos de
respuesta en donde uno se da cuenta de que tiene un paño para
corregir. Pero cuando hay ciertos niveles que dicen "esto no me
gusta, me fastidia, sacalo del aire porque me voy", allí paramos la
oreja. Cada canal sabe cuánto puede bancar a un programa.
|