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ENTREVISTA A HUGO DI GUGLIELMO, EL HOMBRE QUE DESDE HACE DIEZ AÑOS MANEJA LA PROGRAMACION DE CANAL 13
�El mercado en la Argentina no da para más�

Fue de los primeros en darles pantalla a las producciones independientes, pero ahora, con el rating en baja, encara un verano difícil para su pantalla, y vaticina que el 2000 será un año conservador en materia de decisiones mediáticas. �Ahora están la radio, los cables e Internet. El tema es que tironeamos todos de la misma frazada�, sostiene.

Di Guglielmo asegura que en la TV se han acortado los tiempos de prueba para nuevas ideas. 


Por Mariano Blejman
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Hace 10 años que Hugo Di Guglielmo decide cuáles programas irán y cuáles no en Canal 13. Durante la década que terminó pasaron por sus manos decenas de proyectos y pilotos que han visto la luz del aire, mientras que otros terminaron hundidos en el fondo de un cajón. Di Guglielmo fue un pionero en relacionarse con los productores independientes de televisión, cuando tenían poca cabida en el aire. Le dio pantalla a Estevanez Producciones, a Promofilm, de Horacio Levin, y escuchó a Adrián Suar allá por 1994, con el piloto de "Poliladron". Y acertó. Hoy, el canal tiene íntimas relaciones con la floreciente Pol-Ka, con un contrato de dos tiras y un unitario como mínimo por tres años. El canal facturó 200 millones de dólares durante 1999 y obtuvo ganancias por 40 millones. Sin embargo, como hacía mucho que no pasaba, durante enero el rating del Canal 13 bajó hasta acercarse al de Azul Televisión. "Estamos en los niveles normales del verano", dice Di Guglielmo en la entrevista que le concede a Página/12.

En diciembre el Grupo Clarín vendió el 18 por ciento de las acciones al grupo de inversores Goldman Sachs, en un monto de 500 millones de dólares. "En algún momento el Grupo Clarín saldrá a la Bolsa", afirma Di Guglielmo casi como al pasar, "pero todo negocio termina siempre en la capacidad del medio para generar contenidos que le interesen a la gente", explica en el reportaje.

  --Desde su puesto, ¿cómo cree que evolucionará el medio?

  --Ningún medio termina matando a otro. Cada cual arma su propio nicho. Ni la radio mató a la gráfica, ni la televisión mató a la radio. Cada cual encontró distintos modos de relacionarse. En Internet todos están allí por si acaso y corren millones de dólares de un lado a otro. Este es un negocio inexplicable y yo creo que sobra plata por algún lado que no se sabe dónde poner. Pero en definitiva lo que define el negocio de la comunicación es el contenido, es decir, un tipo que desarrolla un mensaje que a otro le interesa escuchar.

  --¿Qué opina de las fusiones siderales que están ocurriendo?

  --Me fascinan, pero no encajan en los parámetros de la lógica matemática. Los medios valen por la capacidad de su gente de crear mensajes que interesen. La comunicación es floreciente en el mundo sólo si uno tiene éxito. Si no, es una máquina de chupar plata y te destroza.

  --¿Cómo piensa que va a ser este año?

  --No va a ser un año de crecimiento económico. En las últimas temporadas no hubo cambios en la torta publicitaria, por lo tanto no da para jugarse demasiado porque hay que mirar mucho los números. La torta oscila entre los 320 y los 400 millones desde hace cinco años. Esto se reparte entre cuatro canales, pero el 80 por ciento está entre el 13 y Telefé. Es que el mercado argentino no da para más. Por suerte en 1999 metimos muchos éxitos con programas nuevos, por lo tanto entramos al 2000 con productos a explotar. Salvo "Primicias" y "Calientes", no vamos a hacer nada nuevo.

  --¿Cuál es la relación actual con las productoras independientes?

  --Nosotros hicimos punta con los independientes, ya que vimos una buena proyección de futuro. El canal no dejó de producir, pero dejamos la rigidez y nos abrimos a propuestas externas. Tenemos ideas de Promofilm que se realizan en el canal, con "Calientes" de Pol-Ka tenemos una coproducción, pero la cuestión es que salga bien y cierre económicamente. La división es clara: se trabaja en equipo con la productora, se discute el proyecto en conjunto, el casting en conjunto, las ideas en conjunto, acá hay un trabajo de gestación, la responsabilidad es siempre del canal y una vez encarrilado se delega a la productora.

  --¿Hay personal del canal que trabaja en las productoras?

  --Se pasa equipo técnico, directores o productores. Un canal no podría asumir todos los riesgos que implican las producciones un tanto especiales. Para mí, como programador, es más rico tener a disposición un abanico de posibilidades. Esto bajo el techo de un solo canal sería un descontrol.

  --Pero cambiaron también las formas de trabajo.

  --Tenemos estructuras distintas. La estructura de las productoras da más agilidad en la toma de decisiones, y además están acostumbrados a achicarse o agrandarse dependiendo del éxito que tengan.

  --Además hubo cambios en el edificio.

  --El canal a nivel general ha hecho grandes cambios arquitectónicos. Hay mayor espacio para el noticiero porque estaban muy apretados. El archivo no tenía lugar para poner los casetes. Hay que recordar que en el mismo lugar en que se encontraba "Telenoche" nació "Todo Noticias".

  --¿Se les dará mayor importancia a las noticias?

  --Las noticias siempre fueron importantes para el canal. De hecho, en los últimos años muchos canales se bajaron del tema y nosotros jamás lo hicimos. Es nuestro baluarte. Eso no se tercerizaría nunca porque es la línea editorial del canal. Las grandes cadenas conservan el informativo y algunos programas en vivo, y lo demás se terceriza.

  --¿Cómo vio la unión de las productoras independientes en Capit?

  --No lo veo como un problema para los canales. Los productores independientes siempre dependen de los canales, y lo que regula el negocio de la TV es el éxito. No hay reglas permanentes. El éxito es rating, pero el rating es público. Todos hablan de un monstruo incontrolable, pero en realidad lo que mide el éxito es la gente, el rating no es cruel, el público es cruel, y tiene su derecho.

  --¿Cómo cree que funciona la medición del rating?

  --La principal preocupación nuestra es saber si sirve o no. Creo que la homologación (la aceptación de Ibope como medidora oficial) por parte de la Comisión de Control de Mediciones de Audiencia es muy importante. Pero sigo creyendo que la medición debe ser mejor. Está bien un control permanente por todas las partes que constituyen el mercado, porque el rating regula el negocio, es el sistema métrico. Si eso falla, el resultado es terrible.

  --¿Quedaron atrás las suspicacias y las dudas?

  --Siempre hubo suspicacias. A partir de que comenzó a trabajar la Comisión de Control desaparecieron dos medidoras: Ipsa y Mercados y Tendencias. Nunca tuvimos en la Argentina una medición en la cual confiar, porque si dos medidoras desaparecen apenas empiezan a controlarlas, entonces esto deja muchas dudas.

  --La directora de Ibope, Antonella Frediani, dice que fueron demasiado exigentes.

  --Nunca se puede ser demasiado exigente, porque ellos regulan todo el negocio. Una empresa que factura 10 millones regula un negocio de casi 400, con muestras muy chicas.

  --¿Cuál es la línea editorial del canal?

  --Hay una esencia desde la época de Goar Mestre en adelante: buscamos entretenimiento, información y llegada popular, pero también queremos que haya cierta calidad y buen gusto. Parece ser que cada vez que nos movemos un poco la gente nos dice "señores se están corriendo". Es un canal masivo que prioriza el estilo por sobre el rating a cualquier precio. Si me preguntan si quiero poner un programa al aire con 5 puntos más de rating, pero perder el estilo del canal, digo que no. Esta es nuestra vocación, nuestro estilo y es también nuestro negocio.

  --¿Cuál es su negocio?

  --Si uno toma el número bruto de rating, se observa que hay canales que hacen más rating pero ganan menos por publicidad. El tema es que Canal 13 es del Grupo Clarín y el interés del grupo es que la empresa sea rentable. Tenemos que tener una economía sana. No hacemos locuras.

  --¿La participación accionaria extranjera influyó en la programación?

  --No ha influido en nada. Tampoco se ha pedido cambio de management de la empresa. Es básicamente una operación comercial. No hay otro motivo que el de tener una parte minoritaria de acciones y ganar plata cuando el Grupo salga a vender acciones a los mercados internacionales. Por ahora no hay acciones disponibles, pero hay una idea de salir al mercado internacional.

  --¿Siente el peso de la economía sobre la línea editorial?

  --Ultimamente, cuando se habla de medios, se escucha más sobre fusiones que sobre la línea editorial. Pero esto sigue dependiendo del público, y si la gente no se ve reflejada en sus necesidades el medio está perdido. Este negocio se define por el contenido. En las ferias de televisión hay cada vez más contadores y abogados. Se habla mucho de finanzas pero todo termina siempre en saber si el programa que pusimos le gustó a la gente, o no.

  --El problema es que la torta publicitaria no se expande.

  --Sabemos que el mercado no da para más de dos canales. Pero resulta que ahora están la radio, los cables e Internet. El tema es que tironeamos todos de la misma frazada. Lo único bueno de esto es que uno tiene que pelarse el cerebro para que las cosas vayan bien. Pero esto tiene un límite.

  --¿Cree que en los últimos años se han acortado los tiempos de prueba de nuevas ideas?

  --Sí, porque hay más competencia. Hace 7 años, cuando el cable no era importante, la gente tenía 4 canales y listo. Uno podía esperar a los programas, darles tiempo. Cuando la gente se acostumbra a elegir entre 70 señales, es menos paciente.

  --Pero hay ideas que funcionaron gracias al tiempo...

  --Pocas. Vamos a ser justos. Hay ciertos pisos de rating o tipos de  respuesta en donde uno se da cuenta de que tiene un paño para corregir. Pero cuando hay ciertos niveles que dicen "esto no me gusta, me fastidia, sacalo del aire porque me voy", allí paramos la oreja. Cada canal sabe cuánto puede bancar a un programa.

 

Problema s de reparto

--¿Qué opina de aquella medida de los actores de no participar en talk- shows?

  --Creo que fue equivocada. Me parece noble, leal y correcto pelear por tener más trabajo, pero no se midieron las consecuencias. Los canales queremos hacer ficción porque es uno de los productos que más funcionan, aunque el costo es el más caro. Pero el negocio no da. Pueden no ir a los talk-shows, pero si no hay talk-shows habrá telenovelas mexicanas o series norteamericanas. El error fue lanzar la cuestión en momentos de lanzamiento de programas y temporada en Mar del Plata. Ese no es el camino.

  --¿Hay algún camino?

  --Es el mismo camino para que los arquitectos o los periodistas tengan más trabajo. Si se logran costos menores en la ficción, se va a hacer más ficción. Ahora es más barato que hace 3 o 4 años. Hay muchos cachets que han bajado, hemos estudiado mecanismos para que bajen los costos de producción, las productoras han logrado una flexibilización para que su forma de trabajo sea posible, pero el camino es pegarse a la realidad. Porque escaparse a la realidad creyendo que uno tiene derechos que otro no tiene, no es justo. Ellos dicen "Somos actores, queremos actuar", me parece perfecto. Pero los arquitectos quieren construir y los escritores escribir, no creo que fue una medida simpática para la gente. La gente sufre la falta de trabajo y no puede ser que alguien consiga trabajo por arte de magia cuando la realidad no responde. Aquí el desequilibrio lo hizo Romay cuando se fue del 9 y dejó de producir. Porque Telefé y el 13 siguen haciendo ficción y mucha. Y América nunca hizo.

 

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