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BUENOS AIRES SERA DIVIDIDA EN 16 COMUNAS
Los gerentes de la ciudad

El jefe del Gobierno porteño presentó el proyecto de descentralización de la ciudad que la dividirá en comunas, cada una con un gerente administrativo. Las juntas deberán ser elegidas antes del 2001. Los candidatos serán de partidos u ONGs.

El jefe de Gobierno porteño, Enrique Olivera, presentó el proyecto para descentralizar la ciudad.


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A la manera de los norteamericanos, el año que viene los porteños tendrán dieciséis prolijos "City Managers" listos para resolver sus cuentas. Este es uno de los puntos que integra el proyecto de ley de descentralización de la Capital que presentó ayer el jefe de Gobierno, Enrique Olivera. El proyecto intentará dividir la Capital en dieciséis comunas con órganos de gobierno que contarán con un gerente administrativo. La división, pensada sobre la estructura actual de los centros de gestión, es un punto donde hay diferencias con el resto de los partidos políticos y sobre el cual la Alianza busca acelerar un acuerdo que le permita contar con las dos terceras partes de la Legislatura --exigidas por la Constitución-- para la aprobación.

  Planteada por el artículo 127 de la Constitución de la Ciudad, la Ley General de Comunas --como se ha dado en llamar-- dispone la creación de un órgano de gobierno con el nombre de juntas comunales, que tendrá un presidente y siete miembros en cada barrio. Así, de prosperar el proyecto del Ejecutivo, la Capital tendrá 16 juntas comunales, con una organización política que la asemejará a ciudades como Bologna, Nueva York y Barcelona, consideradas pilares en políticas de descentralización. A fin de consolidar la efectividad del área política y administrativa, el proyecto crea al llamado "City Manager": a la usanza norteamericana, se ha pensado en la figura de un gerente con capacidad operativa para implementar los mandatos de la junta. Aunque su período será como el de los miembros del órgano de gobierno --cuatro años--, contará con el beneficio de una reelección indefinida.

  Los órganos de gobierno deberán ser elegidos por los porteños antes de octubre del 2001. "Los cargos serán no exclusivos --indicó Olivera a este diario-- y, en principio, honorarios salvo el del jefe comunal. Sólo en aquellos casos en los que la dedicación lo exija, los miembros de ese directorio tendrán un sueldo, que no podrá superar el 50 por ciento del que reciba el jefe." Los candidatos serán miembros de partidos políticos o de ONGs que presenten a sus postulantes de acuerdo a los términos de la ley de partidos políticos. Pero hay más: aquel ciudadano que se mantenga por fuera de esos círculos, pero que busque intervenir, podrá presentarse como extrapartidario en alguna de las listas, armar su propio partido o inscribirse para participar de los consejos consultivos. Y esperar que lo llamen.

  Estos consejos serán similares a los que ahora nuclean los CGP. Reunirá a representantes de instituciones barriales o independientes y, además de canalizar proyectos y demandas vecinales, "cumplirá el rol de contralor interno sobre la gestión", aclara Olivera antes de señalar a la Legislatura y al gobierno porteño como los encargados de las auditorías externas.

  La junta comunal no tendrá tareas legislativas, por el momento, sino administrativas y políticas. Cada una contará con un presupuesto reasignado por el gobierno central de acuerdo a la cantidad de habitantes y demanda. Este presupuesto servirá para resolver temas menores vinculados a obras y servicios públicos, como refacción de plazas --no parques-- y baches en calles internas. Pero las atribuciones podrán ampliarse: "La competencia de cada comuna no tiene límites, se irá regulando de acuerdo a las necesidades", indicó Olivera, para quien es posible que en el futuro áreas de educación y salud también recaigan sobre los comuneros.

  En diálogo con este diario, el jefe comunal se encargó de aclarar que esta trasformación no exigirá ampliación de la planta de empleados públicos. "Cada comuna --indicó-- contará con el personal que actualmente está trabajando para el Gobierno de la Ciudad, con la característica de que, además, pertenecerá al barrio." Según sus cálculos, esta estructura será suficiente para hacer funcionar estas comunas que aún no tienen sedes. Se calcula que el costo para poner en condiciones cada una será de 1,5 o 2 millones de dólares.

 

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