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En las cumbres europeas, ahora siempre hace frío para Austria

Manifestantes en Hungría contra el neonazi Joerg Haider

Durante una cumbre de ministros de la Unión Europea ayer, la representante austríaca padeció un boicot a causa de Joerg Haider.


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Ayer comenzó en Bruselas una cumbre de cancilleres que podría ser decisiva para el futuro de la Unión Europea (UE). Este Consejo de Ministros tratará la ampliación de la UE hacia el este, la reforma de sus instituciones y la creación de una fuerza militar propia de intervención. Pero la importancia de la agenda no eliminó los desaires contra la ministra austríaca de Relaciones Exteriores, Benita Ferrero-Waldner, por parte de sus colegas. El motivo fue el mismo que desde hace dos semanas monopoliza las relaciones exteriores de Austria: la entrada de los neonazis de Joerg Haider al gobierno. De su lado, Haider denunció ayer que Francia (uno de sus críticos más acérrimos) "trataba mucho peor a sus inmigrantes que Austria". Y también canceló un viaje que tenía previsto hacer el jueves a Bruselas para asistir a una cumbre de gobernadores de la UE.

  Al llegar a la capital belga, la ministra Ferrero-Waldner (que pertenece a la mitad conservadora de la coalición negroparda) no podía albergar demasiado optimismo sobre lo que se venía. El viernes la ministra austríaca de Asuntos Sociales, la neonazi Elisabeth Sickl, había sido ignorada por todos sus colegas durante una cumbre informal, que las ministras de Trabajo francesa y belga abandonaron en protesta. Ayer se preveía que los ministros se reunirían para la tradicional foto del comienzo de una cumbre. Pero hubo un "retraso colectivo" de los ministros a la cita fotográfica, que fue entonces cancelada. Comenzada la cumbre, Ferrero-Waldner hizo lo mejor que pudo para disipar los temores de sus colegas europeos. Haider, les recordó, gobierna la provincia de Carintia, no Austria. El hecho inexplicable de que todos le presten atención es el fruto de una "imagen diabólica creada por la prensa". Concluyó amenazando veladamente con sabotear el funcionamiento de la UE si seguían las sanciones diplomáticas contra Austria: "Seguiremos cooperando sólo si participamos íntegramente en los asuntos de la UE, no sólo aquí en Bruselas, sino en todas las capitales de los socios".

  Los colegas de Ferrero-Waldner no se mostraron disuadidos por la advertencia. El español Abel Matutes señaló la evidente "preocupación de la Unión por la defensa de sus valores". El británico Robin Cook le recordó a Viena que sus hermanos mayores en Europa "vigilarán muy de cerca que cumplan las garantías de derechos humanos". El belga Louis Michel habló nuevamente de modificar y endurecer las sanciones de la UE contra países miembro donde se registren violaciones sistemáticas a los derechos humanos. Nadie abandonó la sala de conferencias, sin embargo.

  Pasado este preludio antiHaider, la reunión se desarrolló con toda normalidad. Los ministros aprobaron casi de inmediato crear en marzo órganos de defensa de la UE, el núcleo del futuro Estado Mayor para una fuerza de intervención europea de 60.000 hombres. También acordaron suspender por seis meses la veda aérea contra Yugoslavia que rige desde el fin de la guerra de Kosovo de 1999. Hoy se espera que comiencen oficialmente las negociaciones para la admisión de Rumania, Malta, Eslovaquia, Letonia, Lituania y Bulgaria. La UE ya negocia desde marzo de 1998 con Polonia, Hungría, la República Checa, Estonia, Eslovenia y Chipre. Es en parte la ampliación la que impulsó ayer el debate sobre la reforma institucional de la UE, en el que se analizaría reducir el derecho de veto de sus miembros. El mismo veto que Haider sugirió que Austria podría utilizar si sus colegas europeos no moderaban sus críticas contra ella.


QUE VA A HACER HAIDER EN CARINTIA
Mientras haya Cultura

Por cada cincuenta personas que saben quién es Joerg Haider y qué significa la llegada de un partido neonazi al poder en la Europa de la posguerra, seguramente son menos las que saben que el político austríaco es gobernador de la provincia de Carintia. Y muchas, muchas menos las que saben que Haider no sólo gobierna. Además, es el ministro de Cultura de la provincia. Un ministro con muchos planes, que a veces no coinciden con lo que se entiende por Cultura (con mayúscula, y aun sin ella) en otros países. Si se recuerda que una propaganda de Haider lo representaba deportivo y con música de fondo de Rambo, tendremos una aproximación de cómo el ministro carintio entiende el futuro de su cartera. 

  Ayer, en Bruselas, la ministra de Relaciones Exteriores austríaca, la conservadora Benita Ferrero-Waldner, recordó que a Joerg Haider hay que dejarlo en Carintia. Y Haider mismo, aunque aspira a ser el próximo canciller, dijo que tiene mucho que hacer en su patria chica, donde no es sólo gobernador sino también ministro de Cultura. Como esta cartera ministerial permite, quizás más que ninguna otra, hacer lo que uno quiere casi sin límites, es lógico que Haider se la haya reservado. También le permite extender a las artes su peculiar visión política: así, le pidió al artista de origen esloveno Valentin Oman que se vaya de Carintia.

  En su acción cultural pasada, Haider contó siempre con un aliado. Y un aliado poderoso: el[FrontPage Image Map Component] Kronenzeitung, el diario más vendido de Austria. Juntos denunciaron al artista Cornelius Kolig, a quien los socialdemócratas habían encargado antes una serie de frescos para el Parlamento regional. Lo hicieron con insultos y citas falsas incluidas, precisamente de lo que hoy se queja Haider de la prensa extranjera. El "affaire Kolig" tenía todos los elementos para ser el éxito popular que fue: clientelismo político (los socialdemócratas lo habían elegido a dedo), escabrosidad y denuncia de la cultura urbana (Kolig había hecho un happening con sus propios excrementos), y gasto escandaloso del dinero público (el monumento costaba unos 200 mil dólares). En declaraciones al diario francés Le Monde, Klaus Amman, actual director de los archivos Robert Musil en Klagenfurt, había resumido el modus operandi de Haider: como los nazis, siempre con el mismo gusto por buscar un chivo emisario.

  En su primer discurso como jefe del Partido de la Libertad en 1986, Haider atacó violentamente al novelista Thomas Bernhard, un "autor subsidiado" por todos los austríacos, pero muy crítico con su patria. Como demuestra el website azul (color partidario) de su ministerio carintio, la cultura debe dejar atrás esos subsidios que se asocian con la administración "roja y negra" (socialdemócrata y conservadora). La cultura, dice Haider, debe volver al pueblo. En su website, Haider se explaya sobre el Volk y sobre el "gusto espontáneo de los carintios por el canto".

  La fórmula más fácil, aunque quizás no la más inadecuada, sería decir que para Haider la cultura es la naturaleza. Para ello, el mejor escenario cultural es el natural. Lo que explica la construcción del gran teatro, en adecuado ambiente natural, a orillas del lago Wörthersee. Está destinado a las comedias musicales (los carintios, insiste Haider, tienen el gusto espontáneo del canto). Pero desde allí mismo lanzó su campaña electoral nacional en 1999.

 

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