Por Victoria Ginzberg
Se
asomó por la mirilla de la puerta del baño. Le habían dicho que desde
allí se podía ver la celda de los hombres y quería hablar con su
esposo. Lo que observó, según dijo, era �lo más parecido a un campo
de concentración nazi: cuerpos apilados y lastimados que despedían olor
a miedo�. Adriana Calvo, quien tuvo a su hija mientras la policía la
trasladaba hacia el Pozo de Bánfield, narró su estadía en cuatro
centros clandestinos de la provincia de Buenos Aires ante la Cámara
Federal de La Plata. Calvo también aportó, en la primera audiencia del
año del juicio en el que se intenta averiguar lo ocurrido con más de dos
mil desaparecidos, datos recopilados por la Asociación de Ex Detenidos
Desaparecidos.
En 1977 Calvo era docente e investigadora de la Facultad de Ciencias
Exactas de La Plata y militaba en el gremio, que funcionaba en la
semiclandestinidad. Fue secuestrada el 4 de febrero de ese año. Estaba
embarazada de seis meses y medio.
Calvo relató ante los camaristas Leopoldo Schiffrin, Julio Revoredo,
Alberto Durán, Carlos Nogueira y Antonio Pacilio su �recorrida� por
el circuito represivo a cargo del COT (Comando de Operaciones Tácticas).
Según pudo establecer Calvo posteriormente, la Brigada de Investigaciones
de La Plata era la �central� del grupo de tareas conocido como �La
Patota�. De allí se derivaban a los prisioneros. Este hecho fue
corroborado por Graciela Liliana Mercioni, otra ex detenida, que declaró
después.
Calvo fue conducida al destacamento de Arana, que funcionaba como un
centro destinado a la tortura. Permaneció en ese lugar durante siete
días y nunca le dieron de comer. Allí fue interrogada por un militar que
aparentaba mucha autoridad. Calvo sólo pudo percibir su intenso perfume y
vio, por debajo de la venda que tenía en los ojos, sus pantalones con
estampado príncipe de Gales y sus zapatos prolijamente lustrados. El le
dio datos de su familia que la estaba buscando y se había podido conectar
con el comisario Alberto Rousse a través del relator deportivo José
María Muñoz.
El siguiente destino de la mujer fue la Comisaría 5ª de La Plata. Allí
estuvo en una celda en la que podía tener los ojos descubiertos. La
habitación estaba separada del patio por una chapa que tenía pequeños
agujeros por los que las prisioneras se asomaban cautelosamente. En esa
comisaría Calvo estuvo con Elena de la Cuadra, que estaba embarazada de
cinco meses, y supo que Inés Ortega dio a luz un varón. Allí también
escuchó por primera vez la voz de Jorge Antonio Bergés. �Lo llamaron
los guardias porque Inés tenía contracciones. Yo me tapaba la panza con
las manos, pero el ojo clínico de Bergés me vio. Nos llevaron escaleras
arriba a los empujones. Bergés nos tiró en el piso y nos hizo una
revisión ginecológica.� Pocos días después, Ortega tuvo un varón al
que llamó Leonardo. El parto fue en la cocina, mientras la mujer tenía
las manos atadas a la mesada. Al otro día los guardias se llevaron al
bebé. El y su madre están desaparecidos. La Comisaría 5ª estaba a
cargo del comisario Osvaldo Sertorio, quien ya fue llamado por el tribunal
pero se negó a declarar.
A mediados de abril, Calvo todavía estaba detenida aunque le habían
anticipado que sería liberada. �Mi bebé no se movía. Yo hacía como
que no estaba embarazada. Pero empezó el trabajo de parto. Los guardias
hablaron por teléfono y se escuchó �dicen que la lleven para allá��,
manifestó. Allá era el Pozo de Bánfield. Los policías subieron a Calvo
a un patrullero y Teresa nació en el viaje. �Estaba con las manos
atadas y no la podía agarrar. No me habían cortado el cordón y en un
pozo Teresa se cayó entre los asientos�, relató la testigo.
En Bánfield estaba el centro de operaciones de Bergés, quien le ordenó
a Calvo que desnuda limpiara su placenta y el lugar donde luego la había
�asistido� mientras él y otros policías se burlaban. �Era como
estar en el infierno. Pero lo que más recuerdo fue la ayuda y la
solidaridad de mis compañeros�, afirmó Calvo. La mujer estuvo en la
celda con su hija recién nacida.
Un día los guardias decidieron desinfectar la celda con pastillas de
gamexane. Un carcelero, entonces le pidió a Calvo que le entregara su
bebé. Ella se negó; había visto varios casos en los que los niños no
volvían. �Me puse en un rincón de la celda con Teresa y mis
compañeras formaron una muralla humana para protegerme y empezaron a
gritar. Y Teresa se quedó conmigo�, relató emocionada Calvo, cuando ya
llevaba más de dos horas de hablar sin parar ante el Tribunal. El 28 de
abril de 1977 fue liberada. �Esta es la verdad. La conocemos hace mucho
y la dijimos muchas veces. Lo que necesitamos ahora es que se haga
justicia�, finalizó.
Por juicios de verdad
�La ausencia de Justicia continúa
siendo el sustento de la pérdida de derechos laborales, económicos y
sociales. Mientras tanto la Verdad de la lucha por los desaparecidos
permanece oculta tras la arquitectura jurídico/política construida
con las Leyes de Obediencia Debida y Punto Final y los Indultos, por
la claudicación y la complicidad ante las presiones golpistas de los
asesinos y los poderosos�, dice la gacetilla que los organismos de
derechos humanos repartieron antes de que comenzara la primera
audiencia del año del �juicio por la Verdad� en La Plata. El
comunicado llevaba la firma de Madres y Abuelas de Plaza de Mayo de la
Plata, de Familiares de Desaparecidos de La Plata, de la Asociación
de Ex Detenidos, de la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos de
La Plata y Neuquén y de la Comisión por la verdad y la Justicia de
la Central de Trabajadores Argentinos (CTA). Pidieron que �los
fiscales, jueces y cámaras decididos a investigar transformen los
juicios por la Verdad en juicios de verdad�. |
EL CONSEJO DE LA MAGISTRATURA
Y LA DESTITUCION
Brusa, en la puerta de salida
El
suspendido juez federal de Santa Fe, Víctor Brusa, podría ser el primer
magistrado destituido por el Consejo de la Magistratura: el Jury de
Enjuiciamiento lo someterá a un proceso oral y público a partir del
próximo 2 de marzo. El magistrado fue acusado de avalar torturas y
desapariciones de personas durante la última dictadura, pero su
destitución se deberá a que atropelló con su lancha a un bañista y no le
prestó auxilio.
Brusa fue suspendido por �mal desempeño de sus funciones� por el
plenario del Consejo de la Magistratura el 19 de octubre del año pasado,
luego de que seis ex detenidos de la provincia de Santa Fe atestiguaran que
el juez les había tomado �declaraciones� y los había amenazado
mientras estaban detenidos ilegalmente. Todos coincidieron en que el
entonces secretario de un juzgado sabía y respaldaba los malos tratos de
los militares.
La complicidad de Brusa con la dictadura no fue, sin embargo, la causa de su
suspensión, ya que los senadores que avalaron su nombramiento conocían
estos hechos y no los tomaron en cuenta. El Consejo no tenía competencia
para anular esa decisión. Pero estas circunstancias, así como una causa
por una cuantiosa regulación de honorarios a favor de abogados, agravó su
situación, ya que se consideraron parte del �desprestigio� que
impediría a Brusa �acusado ante el juez español Baltasar Garzón�
impartir justicia.
Los encargados de juzgar a Brusa serán el ministro de la Corte Suprema
Eduardo Moliné O�Connor; los jueces Gabriel Chausovsky y Horacio Billoch
Caride; los legisladores Angel Pardo, Jorge Agundez y Carlos Soria; y en
representación de los abogados, los doctores Guillermo Nano, Oscar Ameal y
Juan César Penchansky.
Si Brusa es destituido deberá afrontar una causa por el episodio de la
laguna que tiene abierta su colega Mario Candiotti. Hasta ahora sus fueros
impedían condenarlo. El atropello a un bañista y no prestarle atención,
intentando además desvincularse luego de la cuestión, podría encerrar el
delito de abandono de persona y lesiones culposas, entre otros.
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