Por Luciano Monteagudo
Desde Berlín
Fue
un golpe duro para la Berlinale. A último momento, cuando ya lo esperaban
en la alfombra roja, Robert De Niro adujo �motivos personales y
profesionales� para dejar plantado al festival. Los organizadores no
sólo le habían preparado a De Niro una retrospectiva en su homenaje,
sino también la exhibición especial de El francotirador cuya
programación en 1979 fue uno de los momentos más controvertidos de los
50 años de historia del festival. En aquel momento, el Muro estaba en su
apogeo, pero la Berlinale cumplía la función de puente entre los cines
de Occidente y de Europa oriental, una suerte de �Checkpoint Charlie�
por el que pasaban los films del este y el oeste. Sucedió que la
delegación soviética se sintió ofendida por la manera en que la
película protagonizada por De Niro retrataba al pueblo de Vietnam y
retiró a todos sus representantes, provocando un efecto dominó. Cubanos,
alemanes del este, búlgaros, polacos y checoslovacos, además de dos
miembros del jurado oficial, se retiraron de la ciudad dando un portazo y
dejando tras de sí un incidente que hoy parece anacrónico, pero que por
entonces hizo tambalear al festival.
La controversia no alcanzará seguramente los niveles de aquella época,
pero la nueva película de Volker Schlöndorff, La leyenda de Rita,
exhibida ayer en concurso oficial, ya está provocando algunas discusiones
en Berlín. El motivo de debate es la historia que el realizador de El
tambor eligió para contar un momento en la vida en las dos Alemanias, en
los años previos a la caída del Muro. En el lenguaje que utilizaba la
STASI, la temible policía secreta de la ex RDA, una �leyenda� era la
nueva identidad que recibían los refugiados políticos que escapaban de
Alemania occidental. Y ése es el caso de Rita (la debutante Bibiana
Beglau, firme candidata al premio a la mejor actriz), una integrante de
una célula armada, que después de una serie de acciones violentas en
Berlín oeste consigue refugiarse fácilmente en Alemania del este, bajo
diferentes nombres y profesiones, hasta que con la caída del Muro es
perseguida por la policía de ambos estados, incluso el que hasta entonces
le había dado protección.
�Así es como sucedieron las cosas, o más o menos así�, aclara una
leyenda al finalizar el film, como para dejar bien en claro que La leyenda
de Rita está basada en hechos recientes y reconocibles, pero que
finalmente es una ficción y que su protagonista no existió con ese
nombre (aunque quizás sí con esa misma �leyenda�). El guionista de
la película, Wolfgang Kohlhaase, que fue uno de los libretistas más
prolíficos del cine de la vieja RDA, reconoce incluso haber entrevistado
en la cárcel a Susanne Albrecht e Inge Viett, dos miembros del grupo
Baader-Meinhoff que lograron escapar de Alemania occidental y consiguieron
�leyendas� en Berlín este, hasta que con la caída del Muro fueron
reclamadas por la policía. Otros tuvieron menos suerte. En 1991, en el
momento de su captura, Wolfgang Grams, acusado de terrorismo durante la
década anterior, fue baleado por grupos especiales de la policía, en
circunstancias todavía no suficientemente aclaradas.
Todos estos antecedentes vuelven ahora a salir a la luz en el film de
Schlöndorff, que hace un retrato humano de Rita, demasiado humano para
las miradas más conservadoras. El director alemán no demoniza a su
protagonista, pero tampoco hace de ella un ángel, sino simplemente una
mujer en el centro de una circunstancia histórica particularmente
crítica, de la que no tiene salida. En el comienzo, con su visión un
tanto esquemática del grupo armado, el film hace temer lo peor, pero a
medida que avanza gana en interés y complejidad. Para Rita, su �leyenda�
y su nueva vida en la RDA �una gris rutina� significan una suerte de
liberación, mientras que para Tatjana, una amiga a la que Rita conoce en
su trabajo en la fábrica, esa rutina se convierte en la pesadilla que
lalleva desesperadamente a buscar refugio en el alcohol, su pequeña
rebelión personal contra el sistema. Mientras Rita escapa del oeste para
vivir una nueva vida en el este, Tatjana quiere ir allá de donde viene
Rita. �Ninguna está satisfecha con el lugar de nacimiento que les tocó
en suerte�, declaró Schlöndorff en la Berlinale. �Cada una quiere
estar de lados distintos del Muro. Es una historia típicamente alemana�.
Eso es lo único que no está en discusión de La leyenda de Rita.
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