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Adolf Hitler fue el líder máximo de Alemania durante 12 años. En su condición de tal, y al frente de un país expansionista como pocos, viajó tan sólo a una París ocupada y una Roma fascista; también visitó el frente de guerra ruso de su Wehrmacht. Ahora, el más exitoso de sus admiradores, el austríaco Joerg Haider, ya se dio el lujo de cruzar el Atlántico. Y eso que el Partido de la Libertad (FPOE) de Haider lleva sólo dos semanas en el gobierno, y que él ni siquiera es el líder máximo de Austria (apenas es el gobernador de una provincia, la de Carintia), país que por otra parte no se expande hacia ningún lado. Más bien recibe portazos por doquier. En Canadá, el gobierno expresó su disgusto por la presencia de Haider. Las autoridades del Centro del Holocausto de Montreal le negaron el permiso para visitar el lugar y decenas de manifestantes se pusieron delante de su hotel pidiéndole que se vaya. �Toronto podría ser más interesante�, atinó a decir el neonazi. En Toronto está la comunidad judía más grande de Canadá. Y también reside un empresario vinculado al Partido de la Libertad austríaco. La versión oficial indica que hace poco tiempo Haider, en ocasión de sus 50 años, recibió una insólita tarjeta de felicitación de la comunidad judía canadiense Tash (que constituyen unas 300 familias instaladas en Boisbriand, a 30 kilómetros de Montreal), en la cual se incluía una invitación para viajar a Canadá. Manuel Prutschi y David Birnbaum, dirigentes del Congreso Judío Canadiense, confirmaron esta versión. Pero el mismo Haider, en una entrevista al diario The Gazette de Montreal, dijo que fue invitado a una gran boda de la comunidad. Israel Lowen, uno de sus miembros, indicó que no es así. La boda fue el miércoles por la noche y Haider brilló por su ausencia. La segunda versión es más intrincada pero menos insólita. Fuentes de la Cancillería canadiense, que pidieron el anonimato, destacaron los vínculos de Haider con Frank Stronach, influyente hombre de negocios austríaco -canadiense. Stronach es el propietario de Magna International, un gigante industrial que suministra repuestos a los grandes fabricantes de automóviles norteamericanos, y es un hombre cercano al Partido Liberal (PL) del premier canadiense. También está vinculado al FPOE austríaco a través de Karl-Heinz Grasser, uno de sus máximos dirigentes y actual ministro de Economía de Austria. Grasser habría sido la mano derecha del imperio económico de Stronach en Europa y las fuentes citadas señalan que incluso le pidió permiso al empresario para incorporarse al gabinete. Pero las mismas fuentes declararon también que no se le conoce a Stronach ninguna orientación neonazi y que incluso aporta fondos a universidades israelíes. En todo caso, Haider aprovechó los flashes posados sobre él para conceder una entrevista a The Gazette y lavar su cara por enésima vez. Junto al periodista austríaco judío Peter Sichrovsky, uno de los representantes de su partido en el Parlamento europeo, el líder neonazi reconoció que �cometí algunos errores� pero aclaró que �soy uno de los pocos políticos austríacos que está dispuesto a arrepentirse�. Respecto de las pocas simpatías que despierta en los gobiernos de todo el mundo, Haider dijo que �el problema es que mi partido no pertenece al establishment político�. El mismo Grasser tuvo una salida más socarrona al rechazo mundial. �Si los ministros de la Unión Europea no quieren darme la mano en la próxima reunión�, anunció Grasser en alusión a los portazos de funcionarios europeos contra el gobierno austríaco, �intentaré darles un abrazo�. Sin embargo, el presidente austríaco Thomas Klestil no tiene las mismas ganas de ejercitar su sentido del humor. Hoy, durante la ceremonia de juramento del nuevo presidente croata Stipe Mesic, Klestil hará un maratón de reuniones: con la secretaria de Estado norteamericana, Madeleine Albright, con sus colegas turco Suleiman Demirel, el checo Vaclav Havel, el húngaro Arpad Goencz, el esloveno Milan Kucan, el macedonio Boris Traikovski y el polaco Alexander Kvasnievski y con el croata Stipe Mesic.El 8 de marzo, Klestil se reunirá con el presidente de la Comisión Europea, el italiano Romano Prodi. Con todos ellos, tratará eufemísticamente �los problemas actuales de Centroeuropa�.
EE.UU. DIO UN GIRO Y CRITICA
LOS ATAQUES A CIVILES Por tercer día
consecutivo miles de personas se concentraron en los alrededores de la
capital libanesa para protestar contra la nueva ola de bombardeos
israelíes y el apoyo que la ofensiva militar recibió por parte de
Estados Unidos. Según los cálculos de la policía, la mayoría de los
2.000 manifestantes eran estudiantes. Tres de ellos fueron heridos cuando
intentaban romper el cordón de seguridad dispuesto alrededor de la
embajada norteamericana ubicada en Awkar, a 20 kilómetros de Beirut. Y
por primera vez, Washington se distanció de su anterior posición y
cuestionó la utilidad de los ataques israelíes para solucionar el
conflicto.
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