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Telerman, sin escalas del belizismo a la Alianza

Jorge Telerman tomó la decisión tras conocer el apoyo de Menem a la lista de Gustavo Beliz.

Fue vocero de Cafiero, de Gaviria, embajador en Cuba. En las elecciones del año pasado encabezó una lista duhaldista y estuvo a punto de obtener una banca. En los últimos meses militó con Beliz. Ahora pasó al Frepaso y aspira a ser secretario de Cultura de la Ciudad.


Por J.N.
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--Bueno, entonces ya está --dijo Jorge Telerman. Lanzó una carcajada, levantó los ojos y clavó la mirada en Carlos "Chacho" Alvarez, Aníbal Ibarra y Pedro del Piero, que esperaban ansiosos el okey definitivo. El dirigente peronista, que el año pasado obtuvo el 5,5 por ciento de los votos como cabeza de una lista que apoyó a Eduardo Duhalde, acababa de definir su incorporación a la campaña de la Alianza por la jefatura de gobierno porteño.

  La historia comenzó a principios de este año, cuando los operadores aliancistas iniciaron contactos con algunos dirigentes del PJ porteño disconformes. Uno de ellos era Telerman. De perfil progresista y con una buena elección como respaldo, el ex vocero de Duhalde se había acercado a Gustavo Beliz, pero se alejó definitivamente esta semana, cuando el líder de Nueva Dirigencia recibió el apoyo de Carlos Menem.

  Fue la ruptura con Beliz lo que terminó de decidirlo. Telerman se reunió en forma reservada con Del Piero, el primero en iniciar los contactos, y más tarde se encontró con Alvarez e Ibarra, con los que terminó de cerrar el acuerdo que la semana que viene se anunciará formalmente en una conferencia de prensa. El candidato aliancista y Telerman son viejos amigos. Se conocen desde hace años y se siguen frecuentando en La Trastienda, el boliche salsero de Telerman al que Ibarra se acerca de vez en cuando para zarandearse.

  Telerman tiene 42 años y una larga trayectoria. Comenzó militando en el Partido Comunista hasta que en los '70 fue seducido por la Juventud Peronista. Durante la dictadura se exilió en Francia y, con el retorno de la democracia, se convirtió casi en periodista. Más tarde retomó el camino de la política: fue vocero de Antonio Cafiero, de César Gaviria en la OEA y finalmente de Eduardo Duhalde. Se convirtió en candidato el año pasado, cuando resignó su cargo de embajador en Cuba y encabezó una lista disidente que, bajo el sello de PAIS, apoyó en la Capital Federal la candidatura presidencial de Duhalde. Telerman obtuvo 5,5 por ciento de los votos y, aunque no logró ingresar como diputado, computó como un triunfo el resultado de una elección a la que fue casi sin estructura.

  En la Alianza saben que los casi 100 mil votos cosechados por Telerman no tienen por qué trasladarse automáticamente a Ibarra, pero confían en que su figura sumará a la candidatura del ex fiscal. El rol que ocupará en la campaña no será, como se pensó inicialmente, un lugar en la lista de legisladores porteños: la idea de Telerman es preservar su identidad (ayer aseguró que sigue siendo peronista) e incorporarse a los equipos de gobierno de la Alianza en el área de cultura. Si el oficialismo gana las elecciones, Telerman ya tiene el okey para convertirse en el secretario de Cultura de la Ciudad.

  La inclusión de Telerman forma parte de las últimas movidas de la Alianza, decidida a utilizar todos los recursos a mano para pasar airosa el test del 7 de mayo: el lugar que planean darle al frepasista rebelde Eduardo Jozami en la gestión y el "operativo clamor" lanzado sobre Cecilia Felgueras (ver página 7) son parte de la estrategia.

  La última apuesta es que algunos dirigentes que definen como "peronistas dignos de la Capital" se acerquen a la Alianza. Aunque aseguran que aún quedan algunos, los operadores del Frepaso admiten que los exponentes de esta especie son escasos. Y explican que las puertas de la coalición no están abiertas a cualquiera. Como ejemplo citan la consulta que le formularon a Chacho Alvarez cuando, un par de meses atrás, Roberto Digón insinuó que estaría dispuesto a sumarse a la Alianza. El vicepresidente escuchó la propuesta y la descartó casi sin meditarla. "No nos vamos a comprar un kilombo por 20 unidades básicas", dijo.

 

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