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"La semana que viene lanzo
el operativo clamor", le dijo pocos días atrás a Felgueras Carlos
"Chacho" Alvarez, uno de los principales impulsores de su
candidatura. En realidad, lo más probable es que ni siquiera sea
necesario. Aunque públicamente se limita a decir que irá a donde De la Rúa
disponga, la funcionaria aceptó integrar la fórmula de la Ciudad luego
de asegurarse que mantendrá la conducción del PAMI hasta agosto, cuando
asuman las nuevas autoridades porteñas, y tal vez hasta fin de año. La
buena relación que mantiene con Ibarra y algunos roces con su superiora
inmediata, Graciela Fernández Meijide, terminaron de convencerla.
La nominación formal de
Felgueras dependerá de los tiempos normalmente laxos de De la Rúa, quien
se aseguraría la posibilidad de seguir de cerca una eventual gestión de
Ibarra a través de una funcionaria que creció públicamente bajo su
paraguas.
Los argumentos para apoyar la
postulación de la viceministra son básicamente dos:
* El primero son las encuestas.
Los sondeos de Analogías que circulan en los despachos de la Alianza
confirman que Felgueras, una de las funcionarias del Gobierno con más
protagonismo público, es la única capaz de sumar votos a la boleta de la
Alianza. Es más: fuentes muy cercanas a De la Rúa aseguran que según
los sondeos su presencia potenciaría la candidatura de Ibarra permitiéndole
ganar en la primera vuelta.
* El segundo argumento es más
intangible. Según creen los dirigentes del Frepaso, la imagen de buena
administradora que construyó Felgueras se complementa con la figura de
Ibarra, más asociada con las tareas legislativas, y podría resultar útil
para contrarrestar el perfil de tecnócrata de Domingo Cavallo.
Los más entusiasmados con la
nominación de Felgueras son los dirigentes del Frepaso que, después de
la derrota en la provincia de Buenos Aires, juegan buena parte la
supervivencia de su partido en las elecciones porteñas del 7 de mayo.
Conscientes de que la buena imagen de la gestión de la Alianza no
alcanza, cerca de Ibarra buscan generar las condiciones que permitan
triunfar en primera vuelta y evitar los riesgos de una oposición
unificada en el ballottage. Por eso traman operaciones para reforzar la
candidatura del ex fiscal (ver aparte) y presionan por la nominación de
Felgueras que debería definirse antes del 7 de marzo, cuando comience la
campaña.
En el radicalismo las cosas son
distintas. El delarruismo ortodoxo y la corriente que lidera Enrique
"Coti" Nosiglia, aliados en la enmarañada interna de la
Capital, impulsan la candidatura de José María García Arecha, que
resignarán recién después de que De la Rúa anuncie su decisión. El
Presidente intentará llegar a un consenso en el resto de las candidaturas
--legisladores porteños y autoridades partidarias-- para evitar la
interna, que por más pacífica que sea siempre provoca algún desgaste.
El último capítulo de la
historia lo protagoniza Enrique Olivera, que hoy se reunirá con Raúl
Alfonsín para discutir el tema. El actual jefe de gobierno rechazó
secundar a Ibarra, planea postularse a senador en el 2001 y quizás a jefe
de gobierno en el 2003. Si bien aún no dio el okey, Olivera podría
encabezar la nómina de legisladores de la Ciudad. Aunque se incomodan
cada vez que alguien menciona las ambiciones de Olivera, los operadores
del Frepaso confían en que su inclusión en la lista contribuiría a
reforzar uno de los ejes de la campaña de Ibarra: la continuidad de la
gestión de De la Rúa en el gobierno porteño.
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