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Rechazo oficial a amenaza de EE.UU. por patentes

El jefe de Gabinete, Rodolfo Terragno, reclamó una rectificación del representante comercial de EE.UU., que acusó de "piratería" a la industria farmacéutica local. Giavarini se quejó por las presiones.


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El Gobierno salió al cruce de la amenaza de los Estados Unidos de tomar represalias contra la Argentina en caso de que se modifique la ley de Patentes. "Sería inadmisible", aseguró ayer el canciller, Adalberto Rodríguez Giavarini. "La advertencia fue indebida", añadió Rodolfo Terragno, jefe de Gabinete. A su vez, los funcionarios mostraron todo su disgusto por la gruesa calificación realizada por el director de la representación comercial estadounidense que pasó por Buenos Aires, Richard Fisher, quien acusó de "piratería" a la industria farmacéutica argentina. "Si es así, se justificaría que el funcionario pidiera disculpas", sugirió Terragno. "No se puede sostener que toda la innovación científica está en los Estados Unidos y que afuera hay nada más que robo y piratería", añadió. Los empresarios reclaman que Fernando de la Rúa "no ceda" a las presiones.

  En concreto, la presión estadounidense pasa por impedir que en el Congreso cambien la actual ley de Patentes medicinales. William Daley, secretario de Comercio de aquel país, dejó en claro que si los legisladores cambiaban la norma, la Argentina sería denunciada ante la Organización Mundial del Comercio (OMC) para ser sancionada. La pelea gira en torno de un negocio que en la Argentina factura unos 4500 millones de pesos cada año.

  La actual ley de Patentes obliga a los laboratorios argentinos a pagar regalías a los extranjeros a partir del próximo 24 de octubre. Los empresarios y legisladores no cuestionan esta exigencia. Lo que sí quieren es incluir una cláusula, similar a la que ya existe en otros países de la región, como Brasil y Uruguay, por la cual se establezcan cupos mínimos de producción dentro del país y obligue a los dueños de las patentes extranjeras a autorizar la fabricación de un medicamento a un laboratorio local en caso de que éste tenga condiciones para hacerlo.

  Enterados de la movida, los delegados de Bill Clinton reaccionaron con firmeza durante su paso por Buenos Aires. "Los cambios que se proponen violan las regulaciones de la OMC", aseguró Daley. Desde Economía prefirieron la cautela. Mario Vicens, secretario de Hacienda, dijo que la propuesta de los legisladores "habrá que discutirla, pero teniendo en cuenta también la opinión de un país que se siente afectado".

  En el Congreso no son amigables. "Si aprobamos los cambios, pueden ir a quejarse a la OMC o a donde se les ocurra, porque van a perder. El proyecto está dentro de las normas que permite la Organización", desafió el diputado aliancista Rafael Flores. El titular de la comisión de Industria de la Cámara baja, Juan Pablo Baylac, también salió en defensa de la iniciativa. "Si Daley fuera un hombre equilibrado, tendría que admitir la asimetría profunda que la Argentina padecerá con respecto a Brasil si la ley no es modificada", apuntó.

  Los empresarios también salieron a jugar fuerte. "Me sorprendería que el Gobierno ceda a la presión de Estados Unidos. Tiene que hacer lo que debe, que sea bueno para los intereses del país", señaló Pablo Challú, titular de Cilfa, la cámara que agrupa a los laboratorios argentinos.

 

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