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Parece, después de todo, un
negocio redondo: en poco más de un minuto, la banda express se lleva en
promedio entre diez y quince mil dólares de un banco. En la cuenta de los
45 atacados este año, ayer ingresó el Francés de Caballito, el Banco Río
de Devoto y una sucursal de Galicia en Paternal. La maniobra en cada uno
de ellos fue similar a la registrada durante los últimos meses en las
entidades bancarias. "Fue como en las películas --contó uno de los
empleados del Francés a este diario--: uno entró a pedir cambio con
otro, después entraron tres más y fueron derecho a las cajas." La
película incluyó una voz cantante que ordenó "'todos al piso'
--continúa--. El que hablaba tenía capucha y era el del FAL, el resto
tenía armas cortas". De la sede del banco, los cinco hombres
lograron llevarse doce mil dólares, cifra similar a la rescatada en las
otras dos entidades. En el Banco Río el dinero extraído fueron diez mil
pesos y en el Galicia quince mil.
"Estas bandas actúan en
un minuto y medio, roban el auto el día anterior, suelen llegar con armas
largas y no avanzan sobre el tesoro para que la policía no tenga tiempo
de llegar", indicó a este diario un conocido abogado. El auto robado
suele reemplazarse por uno propio en un radio no mayor a las diez cuadras.
Dentro del banco, cada uno tiene un cometido preciso. El jefe da la voz de
mando y controla el tiempo, como ocurrió ayer en el Banco Francés:
"El encapuchado decía: tiempo, tiempo, tiempo", describe de
nuevo el joven que aún intenta descifrar aquel comentario. Es el jefe
quien debe controlar que la tropa no se exceda. Ese control puede hacerlo
con cronómetro o un simple reloj. Las cajas se vacían hasta que el
minuto treinta corta la maniobra. "No pueden demorarse más porque ése
es el tiempo que suele tardar la policía... cuando el tránsito es
normal", comenta un funcionario de Policía Federal. A partir de ese
instante se inicia la huida que rara vez puede incluir el atraco a un
segundo banco. Aunque esa hipótesis fue pensada ayer cuando la suma de
bancos robados llegó a tres y en un mismo radio. Pero los especialistas
dicen que "si ocurre, un robo se hace en Capital y otro en provincia,
para evitar riesgos".
A grandes rasgos ésta es la
base del robo express o --en la jerga-- el modo en que accionan los
"cajoneros". Mientras la policía admite, por lo bajo, que
"solemos retrasarnos", explican que las dificultades de tránsito
molestan también el escape de los ladrones, que ahora "están
empezando a usar motos" para evitarlo.
La banda puede estar formada
por cinco o seis personas. Uno es el jefe y el resto "son
burquitas": hombres del ramo, generalmente poco profesionales que,
suelen no tener antecedentes. Esta característica sirve a la policía
para argumentar incluso sus dificultades a la hora de las detenciones:
"A veces no tienen antecedentes --precisa el jefe policial-- e
identificar a alguien por las filmaciones del banco, ¿imagínese cuánto
tiempo puede llegar a tardar?". A la complicación técnica, suman
otra: "Las bandas cambiaron --agrega el hombre--: ya no se asocian en
forma permanente. Hay muchas mutaciones".
El robo a bancos evita, en
general, el área del microcentro por la cantidad de efectivos vigilando.
Hasta hace unos meses, los preferidos eran los sectores cercanos a la
General Paz, que facilitan la salida de la Capital. Entre los bancos
asaltados de ayer, uno está en el barrio de Caballito y esta ubicación
es la que empieza a mirarse como síntoma de la expansión.
Desde el Ministerio del
Interior, el subsecretario de Seguridad, Carlos Martín, impulsa la
formación de un Consejo Permanente dedicado al tema bancario. El motivo:
"Esta realidad que nos preocupa", dice mientras evalúa los 162
robos del '99 y marca los 45 sucedidos sólo entre enero y febrero. En diálogo
con Página/12, Martín reconoció "más allá de la buena
voluntad, algo está fallando" y que los sistemas de filmación no
son suficientes. "Habría que avanzar sobre el detector de metales
--dice-- para entorpecer el ingreso, porque una vez adentro es difícil
repeler el asalto, por un tiroteo." Los mecanismos que se deberían
implementar están siendo adoptados lentamente por las entidades bancarias
(ver aparte): sus críticos sostienen que "son reacios a las
inversiones".
Aunque el Gobierno teme que la
tendencia se incremente y aumente el riesgo de "la intromisión de
ladrones no profesionales, que tiren a matar", Martín da el visto
bueno a algunas medidas tomados por el Banco Central. Desde el año pasado
los bancos no pueden dejar más de diez mil dólares en las cajas, el
resto debe guardarse en el Tesoro. Por esta razón la recaudación en los
robos es menor.
Según
se desprende del documento difundido por el BCRA, los bancos están
obligados a incorporar de forma paulatina, entre otras, las siguientes
medidas de seguridad: instalación de circuitos cerrados de televisión,
sistemas de enlace, vía handy o teléfonos, entre el personal de
vigilancia y la policía, modificación del horario de apertura del
tesoro, al comienzo de la jornada, para evitar los robos cuando se
distribuye el dinero a las cajas, reducción del monto de efectivo
destinado a las cajas de atención al público y la instalación de
sistemas de doble puerta con exclusa o detector de metales.
Sin embargo, y según el
documento dado a conocer por la Asociación Bancaria, apenas 25 entidades
han cumplido hasta el momento con las disposiciones. "El
incumplimiento es muy alto debido a que el Banco Central no tiene la
estructura suficiente como para controlar si efectivamente se llevan a
cabo sus disposiciones. Acá tiene que tomar cartas en el asunto la
Secretaría de Seguridad y transformar este cuerpo normativo en
obligatorio", aseguró a Página/12 Juan José Zanola,
secretario general de la Asociación Bancaria. Para Alberto Alonso, de la consultora de seguridad Sasetech, el problema de la seguridad bancaria se ve dificultado por dos razones: "Una de índole económico y otra de tipo estética. Existe el sistema de doble puerta con detector de armas y los vidrios blindados para proteger a los cajeros, pero desde los bancos se prioriza la reducción de costos y el diseño e imagen de las sucursales." Al respecto Zanola es categórico: "Acá hay sucursales que son muy lindas, pero ni siquiera tienen el bunker para el guardia de seguridad. Hoy es más fácil asaltar un banco que robar un kiosco."
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