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Las minorías (de edad) dicen que es neonazi

Más de 4000 estudiantes secundarios marcharon en Viena en protesta por la participación del partido de Haider en la coalición de gobierno.

Una medida del gobierno nacional había prohibido la realización de la marcha estudiantil


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Con Bob Marley y hip-hop de fondo. Con reivindicaciones gremiales como las de sus profesores pero con varios años menos. Así, miles de estudiantes secundarios --4000 según los cálculos de la policía, cinco veces más según sus hiperbólicos líderes-- salieron ayer a las calles de Viena y marcharon hasta la sede de la Cancillería austríaca para protestar en contra de la alianza gobernante negro-parda que llevó al gobierno a hombres y mujeres del neonazi y haideriano Partido de la Libertad (FPOE), pero sobre todo para hacerle saber al máximo villano europeo que están listos para encarar la "resistencia contra el racismo y la ruptura social". La manifestación junior fue el adelanto de la que se realizará hoy en la capital austríaca, convocada por ONG, sindicatos y la oposición socialdemócrata y verde, a la que sus líderes esperan convertir en la mayor demostración de oposición vienesa a Joerg Haider.

  Con pancartas que rezaban "Mi mejor amigo es turco", "Nazis fuera" y

"Schuessel más Haider, igual a aislamiento y división", los estudiantes abandonaron las aulas y se lanzaron a las calles obviando la prohibición de la protesta dispuesta por el Ministerio de Educación. Primero se reunieron en la céntrica plaza de la Catedral de San Esteban, y desde allí marcharon hacia la Ballhausplatz, sede de la Cancillería. Una vez que llegaron al lugar de trabajo del canciller conservador Wolfgang Schuessel y actual aliado del neonazi gobernador carintio, los jóvenes, liderados por la Plataforma de Acción de Bachilleres y la Acción de Bachilleres Críticos, denunciaron los intentos de intimidación y las amenazas que recibieron por parte de varios directores de las escuelas que, en algunos casos, llegaron a cerrar con llave las puertas de los establecimientos. Desafiantes, muchos escaparon por las ventanas. Pero ante la posibilidad de que se tomen medidas penales contra los manifestantes, el ahora opositor Partido Socialdemócrata (SPOE) les ofreció asistencia legal y se sumó a los reclamos de los estudiantes para tener el mismo derecho a huelga que los docentes por tratarse de "uno de los fundamentales de cualquier democracia".

  Tranquilo como siempre, pero tan dispuesto a responder a las críticas como de costumbre, Haider reiteró desde una fugaz escala en el aeropuerto de Amsterdam que el FPOE "no se retirará del gobierno austríaco a pesar de las presiones de Bruselas y París. Si Europa comienza a ocuparse de las elecciones en los Estados miembro, entonces se puede suprimir la democracia". En relación con la megamarcha prevista para hoy, el gobernador de Carintia retrucó las acusaciones con otra acusación: los organizadores de la protesta le pagaron a "gente sencilla" para que asista. Michael Grossmann, líder de la juventud socialdemócrata, salió al cruce a defender los "principios y convicciones políticas" de los jóvenes opositores.

  Pero las protestas y advertencias en contra del neonazismo haideriano en el gobierno austríaco volvieron a exceder las fronteras de la república alpina. En Atenas, unas 1500 personas manifestaron frente a la sede de la embajada austríaca en el país. Y en Alemania el canciller Gerhard Schroeder alertó sobre la posible "haiderización" de la sociedad alemana si la democristiana CDU continúa cayendo a pique. Pero el canciller austríaco salió a intentar calmar los ánimos con una explicación bastante curiosa sobre el futuro del FPOE: "El trabajo les absorberá una gran energía y ya verán, se convertirán en un partido político normal".

 

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