Por
Horacio Bernades
Desde que en 1992
logró su consagración de público y crítica con Un maldito policía, al
neoyorquino Abel Ferrara le viene costando un horror retornar a los
primeros planos del cine. El funeral (1996) estaba muy bien, pero no logró
repercusión. La pendiente de la pretenciosidad se había iniciado ya con
The Addiction (1995), film de vampiros filosóficos, y alcanzó su punto
de estallido en The Blackout (1997), en el que Ferrara pretendía hacer
actuar a Claudia Schiffer y daba rienda suelta a su vena más
grandilocuente y kitsch. Con el salvavidas de ciertos capitales alemanes y
japoneses, en 1998 este nativo del Bronx, afecto a todos los excesos, logró
completar New Rose Hotel, que en Estados Unidos tuvo un estreno muy
acotado y pasó prácticamente inadvertida. Ahora, el sello AVH la edita
en Argentina.
Aunque ello no quiera decir
demasiado, New Rose Hotel marca un repunte con respecto de The Blackout.
La historia se basa nada menos que en un cuento de William Gibson,
"inventor" del género cyberpunk. Pero Ferrara se ocupó de
aligerar todo anclaje en la ciencia ficción, manteniendo apenas una línea
narrativa que perfectamente podría ser la de un policial negro y también
el espíritu que anima al relato original. Y que es el de un marcado
decadentismo, el agua en el que a cineasta y escritor más les gusta
naufragar. Narrada con el estilo entrecortado y caótico que el realizador
viene cultivando en los últimos años, New Rose Hotel es sin duda un
objeto extraño. A la vez film de género, película semiexperimental y
film "de valijero", New Rose Hotel está llena de orgías, ménages
à trois (y à quatre y cinque) y franelas, toda una imaginería softporno
que Ferrara cultiva desde siempre.
Intercalado con todo esto
circula una intriga que vincula a un hombre poderoso y de salud quebradiza
(Christopher Walken) con un tal X (Willem Dafoe), al que manipula y que
deberá, a su vez, manipular a una joven prostituta (la italiana Asia
Argento, bella y talentosa). La misión de ésta es seducir a un genio
japonés de la informática, parte de una guerra de espionaje entre
gigantescos consorcios multinacionales. Como indican los cánones del género,
los cazadores terminarán cazados, por culpa de una traición que parece
la de un tango. Hay un par de cameos de los músicos cult John Lurie y
Ryuichi Sakamoto, mucha noche, una estupenda fotografía de Ken Kelsch
(brazo derecho de Ferrara) y muy buena música del rapper Schooly D. New
Rose Hotel funciona mejor en términos de melodrama que cuando el
realizador libera sus demonios existenciales.
Casta
de malditos
De
Abel Ferrara puede conseguirse, en video, prácticamente la obra
completa, comenzando por su opera prima, la revulsiva Angel de
venganza, e incluyendo el piloto doble que filmó para la serie
"Historias del crimen". Obviamente, conviene detenerse en El
rey de Nueva York, Un maldito policía y El funeral, posiblemente sus
obras mayores. Vale la pena ver también Suburbios de muerte (China
Girl), que nunca se estrenó en cine. En cuanto a Christopher Walken,
debe ser uno de los actores en actividad que en más películas trabajó.
Quien quiera verlo jovencito, deberá recurrir a Annie Hall, donde creía
ser un extraterrestre. O, lógicamente, su papel consagratorio, en El
francotirador. De ahí en más, hay para elegir: cantando y bailando
en la inédita Dinero del cielo, atormentado por visiones en La zona
muerta, villano-Bond en En la mira de los asesinos, vapuleando a su
hijo Sean Penn en Vivir para contar, a las órdenes del propio Abel
Ferrara en El rey de Nueva York y El funeral. Vale la pena buscar la
inédita en cines The Comfort of Strangers, dirigida por Paul Schrader
sobre guión de Harold Pinter, que se editó en video con el ridículo
título Una relación indecente. Willem Dafoe es otro que cuenta con
una vasta filmografía. Puntos altos: Calles de fuego, Vivir y morir
en Los Angeles, Pelotón, su Bobby Perú de Corazón salvaje, el ladrón
de El paciente inglés. Exclusivas del video son Cry-Baby, de John
Waters, Light Sleeper, de Paul Schrader (editada como Traficantes) y
la flamante Heridas de amor (Lulu on the Bridge, de Paul Auster). Bajo
la mesa, puede llegar a conseguirse La última tentación de Cristo,
donde terminaba en la cruz. En cuanto a Asia Argento, se editaron dos
en las que supo sufrir para su papá Dario (Trauma y El síndrome de
Stendhal). Hace un par de meses salió B. Monkey, donde era también
excluyente objeto de deseo. |
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